RESUMEN: Un análisis del Partido Laborista británico bajo la tutela de Jeremy Corbyn provee una visión panorámica a los muchos aspectos de la propaganda de odio socialista antijudío. Los comentarios más extremos provienen desproporcionadamente de la parte musulmana, un tema que es tabú para los medios británicos. La incitación va acompañada de un encubrimiento al problema del antisemitismo por parte del partido, una forma de blanqueo respaldada por la gran mayoría de sus miembros. El continuo odio en el partido ha llevado a algunas reacciones sin precedentes por parte del liderazgo judío británico.
En las últimas décadas, políticos y partidos socialdemócratas de Europa Occidental se han comportado como los entes más extremistas en contra de Israel. En varios casos, también ha habido expresiones de antisemitismo. Los principales políticos socialistas incluyendo al fallecido primer ministro socialista sueco Olof Palme y al también fallecido primer ministro socialista griego Andreas Papandreou, acusaron a Israel de realizar prácticas nazis.
Sin embargo, en los últimos dos años solamente un partido socialista europeo, el Partido Laborista británico ha sido expuesto por su generalizada y extremista incitación antijudía. Las clásicas declaraciones antisemitas y anti-israelíes de los representantes electos han sido publicadas de forma más o menos continua. Un análisis del Partido Laborista británico provee una visión panorámica a muchos aspectos de la propaganda socialista del odio antijudío.
En septiembre del 2015, el extremista izquierdista Jeremy Corbyn se convirtió en líder del partido. Unos meses más tarde, las primeras acusaciones sobre antisemitismo respecto al Club Laborista de la Universidad de Oxford se hicieron ampliamente conocidas. El Comité Ejecutivo Nacional del partido eligió revelar solo un resumen limitado de los hallazgos expuestos por la compañera Labotista Lady Royall. Varios meses después, el informe completo fue filtrado a la prensa.
A medida que el tema del “antisemitismo en los laboristas” comenzó a interesar a los medios de comunicación británicos, poco a poco se hizo evidente que las expresiones extremistas antisemitas habían estado presentes dentro del partido antes del nombramiento de Corbyn. En el 2014, por ejemplo bajo el anterior líder laborista Ed Miliband, Naz Shah propuso, antes de ser elegida diputada en Bradford, que Israel debería ser reubicado en los Estados Unidos. Para ese momento, aparentemente nadie estaba interesado en hacer pública esta declaración.
Entre las expresiones de odio antisemita pronunciadas por los representantes electos, un número desproporcionado proviene de los musulmanes. Este fue el caso durante el liderazgo de Miliband y continúa bajo el cargo de Corbyn. A pesar de haberse escrito cientos de artículos sobre el tema del antisemitismo en los laboristas, los aspectos específicamente musulmanes siguen siendo tabú en los medios de comunicación británicos.
Miliband condujo al partido hacia una propuesta de reconocimiento de un estado palestino. Muy posiblemente esto se hizo para obtener el apoyo de los musulmanes durante las elecciones de mayo de 2015 ya que se estima que el 4.5% de la población británica es musulmana.
Corbyn se relaciona y se reúne con antisemitas. Ha donado dinero y ha asistido a reuniones de una organización benéfica encabezada por el negador del Holocausto Paul Eisen. Se ha referido a las organizaciones terroristas Hamás y Hezbollah que promueven el genocidio como sus amigos. Cuando llegó al poder promovió a antisemitas, incluyendo a Ken Livingstone a cargos de alto rango. Livingstone, el ex alcalde de Londres, fue luego suspendido tras sus repetidas afirmaciones de que Hitler había apoyado el sionismo en la década de 1930. Livingstone renunció al partido en el 2018.
No es fácil identificar cuáles de los actos de Corbyn cuadran dentro de la definición de anti-semitismo de la Asociación Internacional al Recuerdo del Holocausto, adoptada por el gobierno del Reino Unido. En mayo del 2018, Jonathan Arkush, presidente saliente de la Junta de Diputados, la organización paraguas de la judería británica, afirmó que Corbyn tenía puntos de vista antisemitas. Este señaló que el líder laborista había sido presidente de la organización ‘Detengan la Guerra’, conocida por algunos de los peores discursos en contra de Israel.
Cuando la presión de los medios de comunicación respecto al antisemitismo sobre los laboristas se volvió un problema, Corbyn nombró a la activista de los derechos humanos Shami Chakrabarti en abril de 2016 para que investigase las acusaciones. Su informe fue mal redactado y fue poco profesional. Poco después Corbyn le propuso incorporar a Chakrabarti a la nobleza, convirtiéndose luego en baronesa. Corbyn también la nombró Fiscal General del partido Shadow para Inglaterra y Gales. Poco se ha escuchado de esta supuesta experta sobre el actual antisemitismo laborista.
Ahora queda sumamente claro que Corbyn tiene poco deseo de confrontar el antisemitismo en su partido sino a través de declaraciones generales. Como resultado, su deseo de blanquear el antisemitismo en el partido laboral se ha convertido en un problema importante. En marzo del 2018, una encuesta a miembros laboristas contribuyentes halló que el 47% dijo que el antisemitismo es un problema, pero la magnitud del problema está siendo exagerada “para perjudicar a los laboristas y a Jeremy Corbyn o para suprimir las críticas por parte de Israel”. Otro 30% dijo que el antisemitismo no es un problema serio. El 61% piensa que Corbyn está manejando bien las diatribas antisemitas. Solo el 33% piensa que los está haciendo mal.
La confrontación con el antisemitismo en uno de los dos principales partidos del país ha tenido un impacto importante sobre los miembros de la comunidad judía. Muchos de ellos ya no votan por el Partido Laboral y algunos han dejado de hacer sus donaciones. Una manifestación sin precedentes de la comunidad judía en contra del antisemitismo laborista tuvo lugar en Londres fuera de una reunión del Partido Laborista Parlamentario (PLP). En una carta al presidente del PLP, la Junta de Diputados escribió: “Una y otra vez Jeremy Corbyn se ha puesto del lado de los antisemitas en lugar de los judíos”.
En el Parlamento, varios parlamentarios laboristas judíos y pro-judíos han informado que han sido sometidos a un tremendo hostigamiento. El intento laborista de conquistar el distrito electoral londinense de Barnet, la ciudad más judía del Reino Unido, fracasó en las elecciones locales de mayo del 2018.
El modesto incremento de los escaños laboristas en todo el país durante dichas elecciones decepcionó las expectativas del partido y fue visto, en parte, debido al debate antisemita. Arkush fue mucho más lejos, afirmando que las opiniones de Corbyn pudieran llevar a los judíos a abandonar Gran Bretaña si este se convirtiera en primer ministro. Este fue uno de los líderes judíos que conoció a Corbyn en abril de 2018 una reunión que los líderes vieron como decepcionante.
Los pequeños grupos de izquierda judía son partidarios entusiastas de Corbyn. Este continúa provocando y asistió a un Seder de Pesaj en Jewdas, una organización judía radical anti-sionista que ha denominado a Israel “un montón humeante de aguas negras que debe ser eliminada de manera adecuada”.
En marzo del 2018 Corbyn dijo que desde que llegó a la presidencia del partido, ha habido 300 quejas sobre antisemitismo. Este dijo que de los acusados, 150 de ellos han sido expulsados o han renunciado y agregó que la acumulación de quejas es de 60 casos. Sin embargo, el diario Daily Mail reportó un atraso de 74 casos y dijo que el parlamentario John Mann afirma estar al tanto de otras 130 quejas. Una fuente del Partido Laborista le dijo al diario: “Muchos de estos casos incluyen al antisemitismo más impactante y descarado que haría ruborizar incluso hasta el nazi más comprometido”.
Los decepcionantes resultados en las elecciones locales pueden haber llegado a ser el impulso al anuncio del Partido Laborista que acelerará tratar con las quejas para liquidar el lastre laboral a finales de julio. A raíz del accidentado pasado del partido bajo el mandato de Corbyn, tendremos que esperar y ver si esta promesa será cumplida.
El Dr. Manfred Gerstenfeld es compañero investigador asociado en el Centro BESA y ex-presidente del Comité Directivo del Centro para Asuntos Públicos de Jerusalén. Posee especialización en el tema de las relaciones entre Israel y Europa occidental, antisemitismo y anti-sionismo y es autor del libro La Guerra de un Millón de Recortes.