Todos los caminos conducen a Teherán – Por Prof. Eyal Zisser

Un alto el fuego en el sur de Siria entró en vigor este último domingo, y parece que todos los lados involucrados en la lucha se preocuparán por asegurar los lugares que dominan. El goteo de los cohetes y morteros errantes hacia el territorio israelí se ha detenido y un silencio engañoso ha vuelto a la frontera de las Alturas del Golán.

El acuerdo es parte de un proceso liderado por Rusia y Estados Unidos para sofocar las llamas de la guerra en Siria y, posiblemente, para poner fin a la lucha allí. En este marco, los rusos, junto con Turquía e Irán, y ahora Jordania y los EE.UU. – y al parecer también Israel – están actuando para establecer cuatro zonas de escalamiento, lo que servirá como una partición de facto de Siria entre la Siria del presidente Bashar El-Assad y sus rivales.

Junto al 25% de Siria que todavía controla Assad, en el que viven alrededor de las tres cuartas partes de la población, se establecerán cuatro zonas controladas por los rebeldes bajo influencia turca y jordana. Estas zonas – en el norte de Siria, en el centro, cerca de Damasco y en el sur – pueden quedar bajo influencia rusa y estadounidense en el futuro.

Estadounidenses y rusos se reunieron en Amán, en las últimas semanas, para delimitar las líneas de demarcación y separación entre el área en el sur de Siria que permanecerá bajo el control del régimen y las otras zonas, incluso cerca de la frontera con Israel, donde el control rebelde será mantenido. Una vez acordados estos puntos, fue posible alabar tal logro y anunciar el alto el fuego, con la esperanza que esta vez las partes presenten dificultades para violar el acuerdo ya que se esforzarán por mejorar sus posiciones, como lo hicieron en instancias anteriores.

El gran ganador en este proceso liderado por Rusia es, por supuesto, Assad. Se le ha asegurado que seguirá en el poder, y la amenaza estadounidense a su gobierno, si tal amenaza realmente existió en primer lugar, ha sido retirada de la agenda. Los rebeldes también tienen algo que ganar con el acuerdo, ya que en el corto plazo, pondrá fin a la olla de presión ruso-iraní-siria que los había empujado cada vez más cerca de una derrota casi segura. Para los rebeldes, este es un logro a corto plazo, pero para Assad, el acuerdo ofrece una sala de respiración indispensable para – cuando llegue el momento – renovar la lucha y recuperar el control de toda Siria.

Otro ganador es el presidente ruso Vladimir Putin, quien con la bendición de Washington ha convertido a Rusia en un rey de Siria. Los estadounidenses, por otro lado, siguen centrados en la lucha contra el Estado islámico y no tienen ninguna estrategia o plan de acción para el futuro de Siria, y ciertamente no para el sur del país que limita con Israel y Jordania.

El mismo día en el que se declaró el armisticio en el sur de Siria, el mundo se enteró que después de ocho largos meses de lucha, Mosul en Irak había sido capturada por el Ejército iraquí, tres años después que el Estado islámico tomara la ciudad y anunciase el establecimiento de un califato en grandes áreas de Siria e Irak.

Mientras que las imágenes de Mosul mostraban al primer ministro iraquí Haider al-Abadi rodeado por sus combatientes, en los próximos días, estaremos expuestos a otras imágenes – las de los milicianos chiítas apoyados por Irán y los comandantes iraníes celebrando en lo que queda de la ciudad. A través de estas imágenes, aprenderemos quién es el verdadero ganador en el juego que se está jugando en ambos países devastados por la guerra.

Israel ha subrayado repetidamente sus líneas rojas con respecto a una presencia iraní en los Altos del Golán. Pero mientras Rusia está atenta a las preocupaciones de Israel, no será persuadida a desvincularse de Irán. Los rusos, al igual que Assad, necesitan que las fuerzas iraníes aseguren el continuo gobierno de Assad en Siria. Como resultado, es difícil imaginar cómo alguien podría intentar mantener a los iraníes fuera de Siria, y mucho menos derrotarles.

El alto el fuego en las Alturas del Golán y el establecimiento de una zona de amortiguación controlada por los rebeldes que sirva para mantener a los iraníes lejos de la frontera con Israel y Jordania es, sin duda, un logro táctico significativo. Pero es un logro temporal que no cambia el panorama general en Siria, que está siendo inundada con los colores de Irán y las milicias que ellos apoyan. Como en el caso de la amenaza de Hezbollah desde el Líbano, Israel podría descubrir que para distanciar esta amenaza de la valla fronteriza, se verá obligado a aceptar una presencia iraní en el corazón de Siria, una presencia que proyecta una sombra sobre los Altos del Golán y más allá.

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