Para Israel la operación Margen Protector, al igual que las anteriores en Gaza, es una verdadera tragedia, por la gran cantidad de víctimas civiles palestinas, los soldados israelíes muertos en combate y el altísimo costo a la imagen global de Israel.
Cabe entonces la pregunta: ¿cuáles son los objetivos estratégicos que tiene el Estado judío para justificar la actual operación militar?
Desde que Israel evacuó Gaza en 2005 y Hamás tomó control de la Franja en 2007 tras expulsar a la Autoridad Palestina, la organización islamista ha invertido ingentes recursos en construir una formidable infraestructura de guerra para atacar a Israel.
Hamás no ofrece ninguna opción política al conflicto palestino-israelí y sigue fiel a su carta fundacional, donde expresamente declara como su objetivo la “destrucción de Israel”. Como esto no lo va lograr, su “razón de ser” es atacar por todos los medios al Estado judío, asesinar civiles y atentar contra objetivos estratégicos, en una macabra evolución que comenzó con los terroristas suicidas, neutralizados por el muro que construyó Israel, pasando a los cohetes y misiles iraníes, ya de poco efecto gracias a la “cúpula de hierro”, y finalmente a los túneles, ese monstruo subterráneo que ahora enfrenta Israel.
Una red de túneles cuya desembocadura queda en el interior de Israel y que no tienen objetivo distinto que ser usados para llevar a cabo ataques terroristas a gran escala. Túneles que comienzan algunos en los barrios más poblados de la ciudad de Gaza, como Shajayia, escenario de los más cruentos combates en esta ronda. Una segunda red de túneles sirve para ocultar los lanzadores de cohetes y demás armamento pesado y como ruta de escape a los líderes de Hamás. Los túneles para contrabando de televisores, misiles y artículos de lujo hace meses que fueron clausurados por el gobierno militar de Egipto. Contrasta esto con lo poco ha hecho Hamás por la población palestina de Gaza, que no tiene alcantarillado y que en situaciones como la actual, no tiene refugios.
Hamás comenzó esta ronda de violencia para recuperar su protagonismo regional, obligando a Israel a reaccionar en defensa propia. Israel tiene como objetivo inmediato eliminar la amenaza de los túneles. Tiene el derecho y la obligación de hacerlo. Vive en un vecindario violento e incierto, donde además debe fortalecer su poder de disuasión demostrando que hará lo necesario para defender a sus ciudadanos de cualquier peligro, provenga éste de Hamás en Gaza, de Hizbolá en Líbano o de los yihadistas del Estado islámico.
Israel busca asestarle a Hamás un duro golpe, que lo lleve a considerar seriamente las consecuencias de iniciar ataques en el futuro. Por ahora no hay alternativa al gobierno de Hamás en la Franja, por lo que su población seguirá siendo rehén de la organización islamista. La única salida es que la Autoridad Palestina vuelva a tomar control de Gaza.
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