Los Estados Unidos están determinados a seguir asistiendo a las fuerzas armadas del Líbano, creyendo que esta asistencia militar ayuda a mantener la estabilidad del estado. Sin embargo, aunque en su reciente visita a Beirut, el Secretario de Estado Tillerson enfatizó repetidamente la oposición del gobierno estadounidense a la organización Hezbollah, no parece ser que Estados Unidos haya confrontado la realidad de la asociación de Hezbollah con el gobierno libanés, o los intereses similares de Hezbollah con las posturas del gobierno oficial libanés. La visión oficial de Israel sobre el tema de la ayuda estadounidense dirigida al ejército libanés va bruscamente en contra del enfoque de la administración estadounidense. Por lo tanto, el discurso israelí con la administración estadounidense en este contexto debe tener dos objetivos principales: uno, garantizar que la ayuda no aumente significativamente la amenaza contra Israel, basada en el supuesto de que Hezbollah podrá apropiarse de las armas; y dos, fortalecer el uso de esta ayuda por la administración para motivar a las autoridades en el Líbano a imponerle limitaciones a Hezbollah. Además, la coordinación anticipada con el gobierno estadounidense respecto al dominio de las operaciones militares y el tiempo que Israel tendrá que completar es crítico, siempre y cuando se produzca un enfrentamiento militar entre Israel y Hezbollah.
A comienzos de febrero, 2018 la administración estadounidense afirmó que los Estados Unidos seguían comprometidos con la seguridad y la estabilidad del Líbano. En este contexto, se hizo hincapié en que las armas y el entrenamiento provistos al ejército libanés poseen la intención de desarrollar sus habilidades de combate a fin de mantenerlo como una fuerza nacional, un escudo defensivo contra los elementos terroristas extremistas. En la conferencia internacional anual INSS en enero, 2018, el Subsecretario de Estado interino para Asuntos del Cercano Oriente David Satterfield, reiteró que la administración tenía la intención de perseverar en sus esfuerzos por reforzar los elementos de seguridad del estado en el Líbano, haciendo énfasis en el ejército libanés.
Desde el 2006, los Estados Unidos le han provisto al ejército libanés más de $1.6 billones en ayuda militar. En los últimos meses se ha visto una expansión de la ayuda estadounidense, parte de la cual ya ha arribado al Líbano. Esta ayuda incluye seis aviones ligeros A-29 Súper Tucano para propósitos de ataque y patrullaje, 32 vehículos de transporte armados Bradley M2-A2, helicópteros de ataque ligero (MD 530G) y seis vehículos aéreos no tripulados Scan Eagle. Además, el personal de las fuerzas especiales estadounidenses está actualmente presente en el Líbano para propósitos de entrenamiento.
Simultáneamente, los medios de comunicación rusos anunciaron recientemente que el Ministerio de Defensa de Rusia recibió instrucciones de iniciar conversaciones con su homólogo libanés con el propósito de firmar un acuerdo de cooperación entre Rusia y el Líbano. Se supone que el acuerdo incluye la apertura de puertos marítimos y aeropuertos libaneses a barcos y aviones militares rusos. Según informes, Rusia también tiene interés en ayudar al ejército libanés con entrenamientos y equipos militares.
La política estadounidense respecto al Líbano, que considera el continuo fortalecimiento del ejército libanés como una medida necesaria, se enfoca en mantener la estabilidad del estado mediante el apoyo a sus instituciones. La visita oficial a Washington del Primer Ministro Sa’ad Hariri en julio, 2017 que incluyó una reunión con el Presidente Donald Trump, tuvo lugar dentro de este contexto. La administración estadounidense también enfatiza que su ayuda militar al Líbano no representará una amenaza para las fuerzas israelíes en caso de una confrontación y que no se espera que los sistemas de armas que provee cambien fundamentalmente el equilibrio de poder allí.
En su visita a Beirut, la primera realizada por un Secretario de Estado en varios años, Rex Tillerson enfatizó repetidamente la oposición de la administración estadounidense a Hezbollah. Sin embargo, en las reuniones, incluyendo una con el Presidente Michel Aoun (un aliado de Hezbollah), no se vio que Estados Unidos confrontara la realidad de la asociación de Hezbollah en el gobierno, o los intereses similares de Hezbollah y las posturas oficiales del gobierno libanés. Tales intereses convergentes también son evidentes en el desacuerdo entre el Líbano e Israel respecto a la frontera marítima y los depósitos de gas natural en el Mar Mediterráneo.
La visión oficial de Israel por la ayuda estadounidense al ejército libanés va bruscamente en contra del enfoque de la administración estadounidense. El Ministro de Defensa israelí Avigdor Liberman, ha subrayado repetidamente que “hoy, el ejército libanés ha perdido su independencia y es otra unidad dentro del aparato de Hezbollah y por lo tanto, en lo que a nosotros respecta, la infraestructura del ejército libanés y el estado libanés es uno con la infraestructura de Hezbollah. “En la práctica, una gran cantidad de pruebas, incluyendo pruebas que se acumularon en el 2017, son indicativas de la cooperación entre Hezbollah y el ejército libanés dentro del área operativa, en un marco de medidas militares contra el Estado Islámico en la frontera sirio-libanesa y en el curso de los incidentes que han ocurrido a lo largo de la frontera libanesa-israelí.
La política estadounidense considera que la estabilidad en el Líbano es un objetivo importante y las figuras militares, dirigidas por el comandante del CENTCOM, ven la contribución del ejército libanés, aunque muy limitada como importante para la lucha contra los elementos terroristas y un contrapeso a Hezbollah. Esto agudiza la pregunta de si en un momento de confrontación los Estados Unidos le brindará a Israel el respaldo necesario para hacer realidad las amenazas de Israel donde “Hezbolá y el Líbano son uno” o, alternativamente, tal como lo ha hecho en el pasado, tomar medidas para evitar que Israel le haga un daño significativo a la infraestructura del estado libanés y al ejercito, y se abstenga de utilizar su poder de veto en el Consejo de Seguridad.
Las lagunas que existen entre la política estadounidense y los mensajes enviados por Israel requieren de un análisis a la importancia positiva y negativa de la postura estadounidense, así como también una respuesta a la pregunta sobre qué política debe adoptar Israel para garantizar sus intereses frente a la administración estadounidense. La formulación de una política integral también es importante dada la aparente voluntad de la administración de mediar entre Israel y el Líbano sobre temas controvertidos y en vista de la posibilidad de una mayor participación rusa en el Líbano.
Consideraciones contra la política estadounidense
- La Resolución 1701 del Consejo de Seguridad, aprobada después de la Segunda Guerra del Líbano y que constituye las bases de la decisión de proveer ayuda al ejército libanés, fue implementada parcialmente en el despliegue del ejército libanés al sur de Líbano. No obstante, Hezbollah continúa constituyendo la fuerza militar primaria en el país y el gobierno libanés no ha utilizado al ejército libanés para imponer su soberanía en todos los lugares del país, ni tampoco el implementar las Resoluciones 1559 y 1701 del Consejo de Seguridad sobre el desarme de las milicias militares.
- La estrecha y continúa cooperación entre el ejército libanés y Hezbollah. Por lo tanto, lo supuesto al trabajo debe ser que las armas y el conocimiento que llegan al ejército libanés serán puestos a manos de Hezbollah. Esto significa que toda ayuda al ejército libanés puede fortalecer las capacidades militares de Hezbollah.
- El sistema político y el proceso de toma de decisiones en el Líbano están influenciados por Hezbollah. Como resultado, la agenda en el Líbano está determinada en gran medida por los intereses de la organización, que sirve a los objetivos de Irán.
- Las autoridades libanesas no están tomando medidas para evitar que Hezbollah aumente sus capacidades militares y no se hicieron esfuerzos para evitar que el grupo despliegue misiles y cohetes tierra-tierra destinados a atacar a Israel y tomar medidas para mejorar la precisión del sistema.
Consideraciones en favor de la política estadounidense
- La evaluación hecha por los Estados Unidos de que el ejército libanés no es una sola unidad, sino que también abarca elementos que se oponen a Hezbollah, o al menos su política, parece ser correcta. Siendo ese el caso, la decisión de negarle ayuda pudiera debilitar a quienes se oponen a Hezbollah.
- Continuar fortaleciendo al ejército libanés refuerza la afirmación de que tiene la responsabilidad de contener a Hezbollah y que si no lo hace, sufrirá las consecuencias. Despreciar al ejército libanés, por otra parte, es probable que lo empuje aún más hacia los tentáculos de Hezbollah y ciertamente debilitará la comprensión de que es parte responsable en este contexto.
- Es dudoso de si negarle armas al ejército libanés debilite a Hezbollah, mientras que el suministro de armas al ejército libanés no tendrá necesariamente un impacto significativo sobre la fortaleza de la organización.
- La decisión de la administración estadounidense de retirarse de su política respecto al ejército libanés aumentará su imagen de “traidor” en sus aliados, lo que pudiera servir para aumentar la condición de Hezbollah como el “protector del Líbano”.
- Una retirada estadounidense en este ámbito pudiese también obligar al Líbano y al ejército libanés a mejorar sus vínculos con Rusia.
Los objetivos de Israel
- Reducir la influencia iraní en el Líbano.
- Evitar que Hezbollah expanda su control en el Líbano y aumente su poderío militar.
- Fortalecer el interés de las autoridades y de la población libanesa en evitar que Hezbollah tome medidas en contra de Israel.
- Aumentar la disuasión contra Hezbollah en un esfuerzo por evitar que tome medidas contra Israel.
- Alentar al gobierno de los Estados Unidos a que equilibre la ayuda al Líbano, incluyendo el ejército libanés, como medio de reforzar su entendimiento como costo de un enfrentamiento con Israel.
- En caso de un amplio enfrentamiento militar entre Israel y el Líbano, es importante que al final del enfrentamiento, haya una fuerza responsable y estabilizadora dentro del Líbano que no sea la de Hezbollah.
Recomendaciones
La administración estadounidense está decidida a proveer ayuda al ejército libanés como parte de su política de preservar las instituciones legítimas del Líbano y evitar de esta manera el deterioro de la inestabilidad. Por lo tanto, la posibilidad de persuadir a los Estados Unidos a que cese la ayuda parece improbable. El discurso israelí con la administración estadounidense en este contexto debe tener dos objetivos principales: uno, garantizar que la ayuda no aumente significativamente la amenaza en contra de Israel, basado en la suposición de que Hezbollah pudiera apropiarse de las armas; y dos, fortalecer el uso de esta ayuda por la administración para motivar a las autoridades en el Líbano a que imponga limitaciones a Hezbollah.
Además, es extremadamente importante comprometerse en una coordinación anticipada con la administración estadounidense respecto a la razón de las operaciones militares y el tiempo en que Israel tendrá que completarlas, siempre y cuando estalle un enfrentamiento militar entre Israel y Hezbollah. Es importante llegar a acuerdos con los Estados Unidos según los cuales Israel no se opondrá a la prestación de ayuda al ejército libanés si la administración acepta el enfoque israelí, que asigna responsabilidades por la escalada militar al estado libanés y estipula que si el ejército libanés toma medidas en contra de las FDI, este será atacado con gran fuerza. Sin acuerdos anticipados sobre este tema, las amenazas de Israel podrían crear un boomerang y debilitar severamente su disuasión el día después de un enfrentamiento.