Confieso que en una tertulia con algunos intelectuales en España, en 2007, hablando de naciones Unidas y de la elección de Ban Ki-moon, el único que le daba un voto de confianza era yo. Las razones, en su contra eran: su personalidad introvertida y rara, su drama familiar y personal, su resentimiento social, su falta de fe en algún D-OS, desconocimiento de asuntos políticos trascendentales, su ignorancia, sobre los asuntos nucleares, del medio-oriente, con los temas ambientales, entre otros; también recuerdo que alguien trajo a colación algunos graves señalamientos, que se le imputaban. Hoy puedo decir me equivoque al defenderle.
Lamentablemente la personalidad de Ban Ki-moon marco su periodo y su pésimo gobierno ha dejado claro que Naciones Unidas no puede ser manejada por “un ejecutivo, de mirada vacía”, por un misterioso, que lo único que hace bien, es cumplir un horario. Este señor ha convertido a la ONU en un club de “gentes” que no tiene ninguna capacidad de acción, y que a costa de muchos países, viajan por todo el mundo, gastando grandes fondos, en buenas comidas, conciertos y paseos exóticos.
Naciones Unidas se ha separado de su “Leitmotiv”, y por culpa de secretarios generales como ”Mister Banki”, el logro ensanchar la brecha en perjuicio de los sufridos. Este periodo tan pésimo deja unas nefastas consecuencias y lo más grave de todo, es la perdida de la credibilidad.
Ban Ki-moon, pasara a la historia por no haber resuelto nada, será el recuerdo de un secretario general, en minúsculas, de un ser indiferente, que jamás le vimos, reír, llorar, compadecerse por tragedias, inclusive ni por la las de su lugar de origen, él ha sido el mejor “calienta puestos”, de ese cargo y cuidado y no termina como Joseph Blater y su banda de la FIFA.
Es vergonzoso que naciones unidas no haya logrado nada en Siria, en un conflicto, que deja más de 500 mil víctimas y Europa regada de terroristas. El señor Moon, se ha hecho la vista gorda con el tema, ni hablar de su silencio frente a Corea del Norte, ni de las crisis en África. Da mucha pena ver dentro de su equipo a diplomáticos mencionados en los casos de corrupción más importantes de este siglo y apreciar con qué cara levanta sus manos para condenar a países como Israel, la única democracia de su zona.
En la última penosa decisión de esta semana en contra de Israel, Ban Ki-moon, no puede justificarse con la posición de los gringos y sus movidas de lobby, pues realmente, él sabe que la actuación de Obama (con la que él está feliz) no sorprende, es normal, tardo en “piar”, ya Trump se encargara de desenmascararlo, Obama, tendrá que explicar a su propia gente el tamaño de tal error y su motivación, el actuó en contra de la voluntad del pueblo y del Congreso; él tiene un record más, que hay que reconocerle: ha sido el único presidente que cambia una política de estado a días de dejar la Casa Blanca, “bravo por usted”.
Por eso y mucho más Ban Ki-moon ha disparado a la caída libre a Naciones Unidas, dejándola en el esqueleto y en vías de extinción, pena ajena por usted señor Ban Ki-moon, lastima de la ONU.