[El articulo fue originalmente publicado bajo el título: “Arabia Saudita se la Pone más Fácil a la Mujer, no Mucho”]
Arabia Saudita está a punto de volverse algo menos que un estado talibán. Wahabís sunitas de línea dura han aplicado durante mucho tiempo la estricta segregación de sexos y el velo a la mujer, pero eso está a punto de cambiar, al menos algo superficialmente. El gobierno anunció que el 24 de junio, las mujeres finalmente podrán conducir autos y esta semana las autoridades permitieron que 10 mujeres cambien sus licencias de conducir extranjeras por licencias sauditas ante la nueva ley.
Las reglas draconianas incluyendo no solo la prohibición de conducir para la mujer sino también la prohibición del alcohol, los severos códigos de vestimenta que requieren que las mujeres se cubran antes de salir del hogar y la segregación de sexos impuesta por el estado en casi todos los lugares públicos, incluyendo Starbucks, han sido tan publicitadas a través del mundo que muchos observadores casuales y distantes del Medio Oriente piensan que este tipo de cosas es lo normal allá. No lo es.
Las mujeres ya pueden conducir en cualquier otra parte del mundo. Arabia Saudita es solo uno de los dos países (Irán es el otro) que requiere que las mujeres se cubran la cabeza en público. El alcohol es legal en la mayoría de las naciones de mayoría musulmana.
Arabia Saudita es un valor atípico, fanáticamente conservador incluso según los estándares islámicos. Las mujeres allí todavía no podrán presentar denuncias legales contra los abusadores domésticos, utilizar ropa que “muestre su encanto”, coexistir en los mismos espacios físicos con hombres extraños en público, o incluso se prueben ropa en los vestuarios de los grandes almacenes, no vaya a ser que los hombres se las imaginen desnudas.
El joven Príncipe reformista Heredero a la Corona Mohammad bin Salman (MbS para abreviar) ya está hasta la coronilla con estas cosas. Los cines son reabiertos por primera vez desde la década de los 80, se volverán a tolerar los conciertos de música y las mujeres podrán asistir a eventos deportivos.
Esperen más de esto en el futuro, no solo en Arabia Saudita sino en todas partes. El Medio Oriente es como mucho, la región culturalmente más conservadora de la tierra, pero cada parte del mundo se ha ido tornando cada vez en más liberal durante más de medio siglo al menos.
¿Quieren pruebas? Échenle un vistazo al cuadro a continuación de la Encuesta Mundial de Valores que muestra el incremento de los valores liberales en todo el mundo desde 1960, tomado del libro del profesor de Harvard Steven Pinker, Iluminación Ahora: El Tema de la Razón, la Ciencia, el Humanismo y el Progreso.
Piensen en los “valores emancipadores”, señalados gráficamente en el eje y, como valores ampliamente liberales. Para ser más precisos, los encuestadores definen los valores emancipadores como aquellos que enfatizan la libertad de elegir y la igualdad de oportunidades. “Los valores emancipadores por lo tanto, implican prioridades para la libertad de un estilo de vida, igualdad de sexos, la autonomía personal y la voz del pueblo”.
“Los jóvenes musulmanes en el Medio Oriente”, señala Pinker, “la cultura más conservadora del mundo, poseen valores hoy día similares a los de los jóvenes de la Europa occidental, la cultura más liberal del mundo, a comienzos de la década de los años 60”. Este añade que la liberalización del Medio Oriente se encuentra mayormente impulsada por el cambio generacional que cualquier otra cosa mientras los jóvenes reemplazan lo antiguo, una historia común, especialmente en Occidente, desde que los filósofos de la Iluminación comenzaron a remodelar nuestro mundo en el siglo 18.
Mi propia experiencia en el Medio Oriente y África del Norte confirma esto. La brecha cultural entre jóvenes y mayores es más marcada que aquí en casa. El periodista marroquí Abderrahman Aadaoui me lo explicó de esta manera hace un par de años:
Somos modernos en la calle, pero somos conservadores cuando regresamos a casa. Tenemos dos caras. Un hombre puede ver una película pornográfica afuera, pero si está en casa con su esposa y ve un beso en televisión, pudiera cambiar el canal. Esto es Marruecos
La modernidad es nueva aquí. Obtuvimos algo del colonialismo francés y español y de Estados Unidos. Luego de marcharse la izquierda francesa y española, la modernidad se mantuvo. Siempre habrá un debate entre la modernidad y la tendencia conservativa, pero las nuevas generaciones pueden ser tan modernas como estos deseen. Están en Facebook y Twitter. Ellos solo saben una cosa. Se están separando del pasado. En 20 o 30 años creo, ya no tendremos dos personalidades. La dualidad que tenemos aquí se desvanecerá. Pero la gente de mi edad vive en ambos mundos al mismo tiempo.
Vale la pena señalar que, contrario a la creencia popular, las personas no tienden a ser menos liberales, no en un sentido general y emancipador de la palabra, a medida que envejecen. Los jóvenes activistas por los derechos civiles en los Estados Unidos no se convirtieron en segregacionistas a medida que envejecían. Los segregacionistas se llevaron la idea a sus tumbas. Los milenarios de hoy día no tienen posibilidad alguna de volverse contra el matrimonio gay en sus años débiles. Del mismo modo, los jóvenes sauditas de hoy no alcanzaran a cumplir sus 60 años y de repente piensan que a la mujer se les debe revocar las licencias de conducir después de más de 40 años en las carreteras. Así no es cómo funciona. El progreso liberal emancipador suele ser tan permanente como puede ser el cambio en este mundo.
En el Medio Oriente del futuro, cuando los jóvenes de hoy día redibujan sus pensiones, las generaciones aún no nacidas pudieran poseer valores parecidos a los míos cuando yo crecía en los años 80. Dándoles aún más tiempo, los jóvenes del Medio Oriente pueden ser tan liberales como lo son los milenarios de hoy día. Es tentador pensar que la tendencia conservadora islámica siempre será tan formidable como lo es ahora, pero retrocedan y observen ese gráfico. La liberalización cultural en esa región está a la zaga del resto del mundo, pero ha progresado casi a la misma velocidad que en cualquier otro lugar desde al menos los años 60.
Hace diez años, activistas intentaron convencer al entonces Rey saudita Abdulá para que finalmente dejase que las mujeres condujeran. Este no lo haría. Le gustó la idea en principio, pero pensó que la sociedad en general no lo aceptaría.
“Creo firmemente en los derechos de la mujer”, le dijo a Barbara Walters en una entrevista con ABC News. “Mi madre es mujer. Mi hermana es mujer. Mi hija es mujer. Mi esposa es mujer. Creo que llegará el día en que las mujeres conducirán autos. De hecho, si uno observa las áreas de Arabia Saudita, el desierto y las áreas rurales, encontrará que las mujeres si conducen. El tema requerirá de paciencia. Con el tiempo, creo que será posible”.
Hace algo más de una década y aquí estamos, con una generación más joven de reformistas que toman decisiones.
Si a esta clase de progreso no se le puede resistir para siempre, incluso en una sociedad tan cerrada como la de Arabia Saudita, el extremismo islámico radical por sí mismo puede a la larga colapsar y morir, una fecha natal y un funeral a la vez.
Michael J. Totten es compañero de redacción en el Foro Medio Oriente
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