La respuesta legal necesaria para luchar contra el terrorismo – Por Embajador Alan Baker

La ola terrorista internacional no distingue entre países europeos y demás, ni entre religiones. Esta no puede descartarse, justificar o abordar a través de lo “políticamente correcto”, interpretado como debilidad y confianza. El derecho internacional exige medidas estrictas y activas contra los terroristas. La instigación masiva actual a favor del terrorismo utiliza la tecnología moderna y los medios de comunicación. Es un componente central del terrorismo. La comunidad internacional necesita actuar y criminalizar los actos de incitación al terrorismo.

Estos son los principios legales claves:

– El terrorismo internacional, por definición, abierta y públicamente erosiona y viola el derecho internacional humanitario y las normas que vinculan a los estados civilizados y por los que estos actúan.

– Ya sea que esté dirigida contra un país, territorio o población en particular, o dirigida contra los valores occidentales, religiones y civilización, el terrorismo internacional debe ser abordado seria y prácticamente. No puede ni debe ser minimizado o ignorado.

El terrorismo internacional ha evolucionado hasta convertirse en un virus de rápido crecimiento que afecta a toda la humanidad. Los intentos por descartar la amenaza terrorista contra Israel como un “caso especial” o “circunstancias únicas” que no pueden servir de lección a otros están totalmente fuera de lugar y niegan el potencial de una contribución sustantiva y vital por parte de Israel a otros estados.

Lo “políticamente correcto”, como resultado de una sensibilidad exagerada y a menudo ingenua y el temor al Islam y la sobre-sensibilidad a las consideraciones humanitarias, es interpretado por elementos terroristas como debilidad e incluso simpatía y por ende como una licencia para continuar.

– Los países occidentales ya no pueden involucrarse en tales acciones políticamente correctas y en la sobre-sensibilidad. Estos no tienen otra opción sino la de aceptar que la drástica legislación antiterrorista, la disuasión y la acción, aunque restrinjan el goce de las libertades civiles a largo plazo, sirven para permitir un disfrute más amplio de esas libertades civiles y del derecho a la vida.

– Ya que la incitación es uno de los principales componentes del terrorismo, la comunidad internacional en todos los niveles, y utilizando todos los medios tecnológicos modernos de comunicación, tiene que adaptar el derecho internacional con miras a criminalizar tal incitación al terrorismo.

Terrorismo y normas humanitarias – El Dilema Inherente

Cualquier discusión sobre las consideraciones legales inherentes en responderle al terrorismo puede verse como una contradicción en sus propios términos. Este plantea un dilema inmediato en donde el terrorismo por sí mismo, por definición, desafía y socava todas las normas legales.

El terrorismo, siendo este tan antiguo como la voluntad humana de usar violencia para afectar la política, abusa las limitaciones impuestas por las leyes internacionales humanitarias sobre estados, en la utilización de sus ejércitos y fuerzas de seguridad. Los terroristas atacan los centros civiles porque esa es la naturaleza del terrorismo y ese es el objetivo del terrorismo – apuntar a la población civil, a menudo indiscriminadamente, como medio para ejercer presión sobre los gobiernos.

Los terroristas se esconden y operan entre civiles, ya sea en hogares, escuelas, hospitales, lugares de culto, restaurantes, tiendas, lugares de entretenimiento y medios de transporte. Estos lo hacen sabiendo que cualquier estado miembro respetuoso de las leyes de la comunidad internacional dudará antes de responder por la fuerza a tales ataques y poner así en peligro a los propios civiles utilizados para proteger a los terroristas.

El ex Presidente de la Suprema Corte de Justicia de Israel; Aharón Barak; resumió este dilema, que Israel confronta constantemente de la siguiente forma:

“Si bien el terrorismo plantea preguntas difíciles a todo país, este plantea cuestiones especialmente difíciles para los países democráticos, ya que no todos los medios eficaces son medios legales. Este es el destino de la democracia, ya que no todos los medios son aceptables a este y no todos los métodos empleados por sus enemigos están abiertos a este. A veces, una democracia debe luchar con una mano atada a la espalda. … el Estado de Israel es un Estado cuyos valores son judíos y democráticos. Aquí hemos establecido un Estado que preserva las leyes que logra sus metas nacionales y la visión de generaciones y que lo realiza reconociendo y haciendo realidad los derechos humanos en general y la dignidad humana en particular. Entre estos dos existe armonía y acuerdos en lugar de conflictos y enajenación”.

El constante desafío y dilema de Israel es, de hecho, actuar de manera definitiva e intensa contra el terrorismo siendo este un fenómeno cotidiano en Israel, así como también enfrentar su constante amenaza y prevenirlo a través de los diversos canales de inteligencia y seguridad.

Modalidades del terrorismo

El terrorismo adopta diferentes modalidades:

  • Puede ser generado por razones territoriales o nacionalistas específicas, tales como en Irlanda, España, Canadá o Sudáfrica.
  • Puede ser generado a partir de una ideología, sin connotaciones territoriales, tal como el terrorismo yihadista musulmán llevado a cabo por ISIS o la Hermandad Islámica, dirigido contra los “infieles”, Occidente, cristianos o judíos en general, en cualquier lugar y en todas partes, en interpretación extrema de los preceptos del Islam.

De hecho, el caso de Israel es único y sui generis ya que este es blanco de ambas y de otras formas de terrorismo, incluyendo lo territorial, ideológico y religioso. Como tal y ante la experiencia de Israel, este sirve como ejemplo único a una necesidad afirmativa de enfrentar este fenómeno cotidiano y amenaza del terrorismo. Israel posee la experiencia que puede compartirse con otros estados que necesitan aprender el cómo confrontar sus respectivos desafíos terroristas.

Ya que el modus operandi del terrorismo es el mismo en todas partes, independientemente de la ideología que lo genera, intentos por descartar la situación de Israel como un “caso especial” o de “circunstancias únicas” que no puede servir de lección a otros, es totalmente equivocado y niega el potencial que Israel le presenta a otros estados. Israel, para bien o para mal, es un laboratorio para lidiar con el terrorismo.

Formas de terrorismo

El terrorismo tiene diferentes formas, ya sea inspirado por el estado y fomentado a través del armar, financiar, alentar y habilitar a grupos terroristas transfronterizos; organizaciones específicas que buscan la “liberación nacional”, entidades cuasi-estatales que operan sus propias fuerzas militares con sus propias ideologías yihadistas; y el terrorista individual, por lo general incitado a cometer actos individuales de terrorismo tales como apuñalamientos, terrorismo en las carreteras, atentados suicidas, etc.

El terrorismo implica dos componentes básicos: la ideología y la aplicación práctica. Ambos son a menudo interdependientes. La ideología proviene a través de la educación, el lavado de cerebro y la incitación. La implementación proviene de la disponibilidad, fabricación, suministro o fácil adquisición de armas para implementar dicha ideología.

El terrorismo en Europa

La actual situación de terrorismo en Occidente y en Europa en particular, está tipificada por una serie de dilemas únicos:

– La inseguridad, exacerbada por la llegada de un gran número de refugiados, sirve de base a la polarización entre el público en general y entre los propios refugiados.

– La educación religiosa fanática, incitación y radicalización de elementos que ya forman parte de la población.

– El temor que las medidas de seguridad que infrinjan las libertades civiles del individuo también puedan generar o aumentar las posibilidades de radicalización.

– Pero al mismo tiempo, un estado tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos.

– El problema de lo “políticamente correcto” que tipifica a las sociedades occidentales en las que los terroristas de hoy día se basan, emanados de una indecisión de ofender a los musulmanes y el temor de atribuirle el terrorismo a las fuentes que en realidad lo generan, en su mayoría la ideología musulmana.

Alimentándose de esto, los grupos terroristas interpretan lo políticamente correcto occidental en el mejor de los casos como una debilidad inherente y en el peor de estos como indicación de simpatía por su causa y como licencia para continuar.

Dichos dilemas, según procedan, son abordados de una manera u otra por Israel en mantener el equilibrio necesario entre el enfrentar la amenaza y los actos de terrorismo protegiendo al mismo tiempo los derechos de sus ciudadanos y respetando las normativas humanitarias.

Derecho internacional y terrorismo

El derecho a la vida es uno de los principios básicos de toda civilización internacional. Este principio es reconocido en el artículo tercero de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 que declara “Toda persona tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.

Esto está protegido en el artículo final No. 30 de la Declaración en el que se afirma que:

“Nada de lo contenido en esta Declaración puede ser interpretado como algo que implique para cualquier Estado, grupo o persona ningún derecho de realizar cualquier actividad o de realizar cualquier acto dirigido a la destrucción de cualquiera de los derechos y libertades aquí establecidos”.

Sin embargo, las leyes internacionales no han sido capaces de abordar esta dicotomía a través de la determinación de normas claras y universalmente acordadas de comportamiento para los estados y sociedades que se enfrentan al terrorismo.

En la mayoría de las situaciones actuales, algunos estados tales como Rusia e Irán, por ejemplo simplemente ignoran las normas humanitarias, mientras que otros tratan de adaptar las normas existentes del derecho humanitario para lidiar con la amenaza.

Las leyes internacionales condenan todas las formas de terrorismo y alientan a los estados a actuar en su contra. La comunidad internacional, a través de las Naciones Unidas ha adoptado una serie de resoluciones en las que ha resuelto:

Concreta, inequívocamente y con firmeza condenar el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, cometido por quienes, dondequiera y por cualquier motivo, ya que constituye una de las amenazas más graves a la paz y a la seguridad internacional… el tomar medidas urgentes para prevenir y combatir el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones.

Otras resoluciones de ambos el Consejo de Seguridad y la Asamblea General reiteran la ilegalidad inherente del terrorismo, cualesquiera sean sus causas y exhortan a todos los estados a adoptar las medidas apropiadas para tratar con este, congelar su financiación, emprender acciones penales e impedir acciones de incitación.

De manera similar, varios tratados regionales de lucha contra el terrorismo definen y condenan los actos de terrorismo e invitan a miembros estatales de las respectivas regiones a criminalizar y actuar con el propósito de prevenir acciones de terrorismo.

Lidiando con el terrorismo actual en el marco de las leyes nacionales

  1. A través de la legislación penal

A lo largo de los años 80 y 90, los estados occidentales se dieron cuenta de la necesidad de encontrar un equilibrio razonable entre la aceptabilidad y eficacia democrática en la lucha contra el terrorismo. Por un lado, estos querían garantizar la seguridad de sus ciudadanos, pero por otra parte, estaban comprometidos a adherirse a los principios democráticos liberales en su respuesta a la amenaza. De esta manera, los estados “criminalizaron” internamente el fenómeno del terrorismo y respondieron a este a través del sistema de justicia penal.

De esta forma, en las últimas décadas, las formas tradicionales de lidiar con el terrorismo han sido tratarlo como un simple acto criminal interno, que debe tratarse a través del sistema de justicia penal, al igual que el robo, violación o asesinato.

  1. A través de la negociación y el apaciguamiento

Alternativamente, se ha intentado negociar con grupos terroristas y las reformas políticas unilaterales destinadas a apaciguarlos y reducir su motivación a la utilización de la violencia. En este contexto, Israel posee una considerable experiencia en compromisos negociados con los dirigentes palestinos estableciendo obligaciones que contrarrestan el terrorismo. Tales obligaciones han sido inevitablemente violadas por los palestinos, que no sólo no evitan el terrorismo, sino que en muchos casos lo incitan y alientan.

  1. La necesidad de un enfoque afirmativo

Sin embargo, ante el creciente alcance internacional del terrorismo, los siempre crecientes y disponibles recursos para el terrorismo y su dimensión universal, atractivo y los medios modernos de propagar la incitación a través de Internet, los métodos tradicionales de criminalización interna o de apaciguamiento ya no son suficientes.

El elemento ideológico mejorado del terrorismo de hoy día, que busca en muchos casos amplificar el dominio del Islam alrededor del mundo, desafía cualquier lógica de negociación o cambio legislativo o social específico. Esta forma de terrorismo de “estrictamente competitivo” no conoce medios de conciliación ni de compromiso. No puede negociarse. Este tiene que ser abordado afirmativamente.

Legislación nacional Anti-Terrorista

La legislación especial antiterrorista tal como la adoptada por la “Ley Patriota” estadounidense del año 2001, la Ley Antiterrorista 2015 de Canadá (Proyecto de Ley C-51), Israel y otros estados no necesariamente cumplen con los valores liberales de derechos civiles asociados a las herramientas estándar del sistema de justicia penal, pero son consideradas necesarias para garantizar la capacidad de un gobierno con el fin de proteger a sus ciudadanos e instituciones públicas.

Dicha legislación incluye leyes que limitan los derechos de los sospechosos involucrados en actividades terroristas, amplían la autoridad de los organismos encargados de hacer cumplir las leyes y los de seguridad e introducen nuevos mecanismos legales y de seguridad para limitar el libre funcionamiento de organizaciones que promueven ideologías radicales no consensuales.

Las detenciones administrativas y el establecimiento de tribunales especiales para delitos terroristas son también elementos utilizados con frecuencia como parte del modelo ampliado de justicia penal.

La relativamente nueva legislación contra el terrorismo por parte de Israel promulgada en el 2016 reemplaza a una serie de medidas penales y administrativas existentes, algunas que datan del mandato británico antes del establecimiento del estado. La nueva legislación provee al gobierno israelí los instrumentos civiles, administrativos y penales necesarios para combatir y disuadir la amenaza terrorista moderna y multifacética, procurando tener en cuenta las consideraciones de los derechos humanos y las obligaciones de Israel bajo la normativa del derecho internacional.

La nueva ley contiene medidas punitivas y preventivas/disuasivas, diseñadas para restringir y obstruir las actividades terroristas mediante el bloqueo de canales de financiación y otras formas de apoyo. Esta aumenta los castigos para los organizadores del terrorismo y permite a los tribunales condenar más fácilmente a los líderes de las células terroristas.

Tal como fue resumido en un excelente artículo de la Sra. Elana Chachko, para la organización “Lawfare”, fechado en julio, 2016:

“Específicamente, define los términos “organización terrorista”, “miembro de una organización terrorista” y “acto terrorista”, proporcionando así una definición legal actualizada de lo que constituye el terrorismo. Establece procedimientos para designar a ciertos grupos como organizaciones terroristas y describe las implicaciones de tales designaciones. Introduce un conjunto de delitos penales especiales por actos terroristas y actividades conexas y ordena condenas más severas por tales delitos. Modifica las normas probatorias y otras normas del procedimiento penal para los delitos relacionados al terrorismo. Establece procedimientos de detención especiales para los sospechosos en “delitos graves de terrorismo”. Por último, impone sanciones financieras y de otro tipo a disposición del gobierno en la lucha contra el terrorismo.

… La ley penal israelí se aplica extraterritorialmente para ciertos delitos, incluyendo delitos contra la seguridad nacional y relaciones exteriores… La ley dispone específicamente que ciertos delitos relacionados al terrorismo cumplieran los requisitos de aplicación extraterritorial bajo la Ley Penal. En otras palabras, la ley cubre ciertos actos terroristas perpetrados fuera del territorio israelí, si es que existe un nexo israelí”.

Respecto a la actual definición de terrorismo, la nueva legislación antiterrorista de Israel define un “acto de terrorismo” tal como se denota a continuación:

Un acto [que] constituya un delito, o amenaza de ello, si satisface todo lo expuesto a continuación:

  1. Comprometidos a un motivo político, religioso, nacionalista o ideológico;
  2. Comprometido con el fin de provocar temor o pánico entre el público o de obligar a un gobierno o a una autoridad gubernamental, incluyendo al gobierno o a una autoridad gubernamental de un Estado extranjero, o una organización internacional pública, a tomar medidas o abstenerse de tomar acciones;
  3. El acto o amenaza satisface a uno de los siguientes, o crea riesgo sustancial de que ocurra uno de los siguientes casos:
  4. Lesiones graves al cuerpo de una persona o a su libertad;
  5. Trastornos graves a la seguridad pública o a la salud pública;
  6. Graves daños a la propiedad, si existe una posibilidad sustancial de que tales daños causen lesiones graves y perturbaciones según lo dispuesto en el parrado A o B y el daño haya sido infligido con el propósito de causar tales lesiones o disturbios;
  7. Serios daños a artefactos religiosos; a los efectos de este párrafo, los “artefactos religiosos” son lugares de culto o entierro y objetos ceremoniales;
  8. Daños graves a infraestructuras, sistemas o servicios esenciales, o su severa interrupción, o daño severo a la economía de la nación o al medio ambiente”.

Tal como se señaló en el artículo antes mencionado:

Esta definición posee cuatro elementos principales: la conducta en cuestión debe constituir un delito; tener un motivo político o ideológico; intimidar al público o coaccionar a gobiernos; y perjudicar significativamente (o arriesgar lastimar) a personas, propiedades o infraestructuras. Existen presunciones especiales en la definición de actos que involucran armas, desde cuchillos hasta armas de destrucción masiva y actos perpetrados por organizaciones terroristas o sus miembros. La definición de terrorismo por la ley es por lo tanto muy similar a las versiones que países tales como el Reino Unido, Australia y Canadá incluyeron en leyes nacionales comparables contra el terrorismo, con algunas diferencias potencialmente significativas.

Según esta ley, la participación directa o indirecta en la organización de células terroristas es castigada con 25 años de prisión, mientras que los líderes de las células terroristas se enfrentarían a una sentencia de cadena perpetua obligatoria.

Los terroristas que utilizan armas químicas, biológicas o radiactivas durante los ataques también se enfrentarían a penas de cadena perpetua obligatorias.

La ley también exige que los terroristas condenados a cadena perpetua sólo puedan ser elegibles a recibir libertad condicional luego de al menos 15 años de cárcel.

Los terroristas que utilizan armas de fuego o tratan con armas utilizadas para cometer actos terroristas también se enfrentarán a penas de cárcel más largas, al igual que individuos que sirven en capacidades gerenciales en organizaciones terroristas, quienes pudieran enfrentar hasta 10 años de prisión.

Los individuos que le den apoyo financiero a grupos terroristas enfrentarán nueve años de cárcel, mientras que los que amenazan con cometer ataques terroristas pudieran enfrentar hasta siete años de prisión. La ley también aumenta el castigo para aquellos que realizan declaraciones públicas en apoyo al terrorismo. Las alabanzas públicas a los ataques terroristas o a las organizaciones terroristas pudieran ahora darles a los partidarios del terrorismo una pena de tres años en prisión.

Según la nueva ley, el Primer Ministro y el Ministro de Defensa pueden declarar que existen grupos que son organizaciones terroristas, basándose en la recomendación de la Agencia de Seguridad de Israel y en consulta con el Fiscal General.

Conflicto armado contra el terrorismo

Un modelo alternativo y más extremo para afrontar el terrorismo considera al terrorismo como un acto de extrema agresión o guerra que plantea una amenaza estratégica para un estado y por lo tanto es visto como un serio desafío que debe ser contrarrestado con el poder del aparato militar del estado y los servicios de inteligencia.

Si bien la guerra contra una ideología ofensiva y agresiva, en lugar de una entidad o estado enemigo identificable específico, no recae dentro de las definiciones estándar, tradicionales y aceptadas de un conflicto armado internacional, sí representa el resultado de la naturaleza evolutiva y modus operandi del terrorismo como concepto universal y ocurrencia cotidiana.

Este fue el caso de las actividades armadas estadounidenses en la Guerra de Vietnam y la respuesta estadounidense tras los ataques del 11 de Septiembre cuando el entonces presidente George W. Bush declaró el 20 de septiembre, 2001 una “guerra global contra el terrorismo” (revocada por el Presidente Obama).

En los últimos años, Israel se vio obligado a entrar en un conflicto armado luego que sus pueblos y aldeas fueran objeto de ataques concertados por miles de cohetes lanzados desde la Franja de Gaza por los grupos terroristas de Hamás y el Yihad Islámico y desde el territorio libanés por la organización terrorista Hezbollah, teniendo estos en la mira a civiles de Israel y a las infraestructuras civiles.

Mientras que las reacciones de Israel frente a los ataques con cohetes y las acciones dentro de los túneles en su territorio fueron inicialmente reconocidas por la comunidad internacional como acciones legítimas de auto-defensa, en días se lanzaron cínicas campañas políticas tanto en los medios internacionales como a través de grupos y organizaciones hostiles a Israel, acusando a Israel de violar las normas humanitarias y de lastimar y perjudicar a civiles durante la conducción de esta guerra.

En estos conflictos contra el terrorismo y los grupos que lo iniciaron, Israel tuvo que confrontar las violaciones masivas e institucionalizadas a las normas humanitarias por parte de Hamás, Hezbollah y otros grupos terroristas, a través del ataque indiscriminado a civiles israelíes. En el mismo contexto, estos grupos utilizaron instalaciones civiles, edificios y otras propiedades incluyendo escuelas, hospitales, mezquitas, instalaciones de la ONU e incluso viviendas privadas como instalaciones de almacenamiento de armas, bases para disparar cohetes y escudos humanos.

Frente a estas manifiestas violaciones de las normas humanitarias, Israel realizó considerables esfuerzos para evitar lastimar a civiles inocentes, proveer advertencias anticipadas a posibles ataques y limitar sus respuestas a objetivos claramente de carácter militar de naturaleza ofensiva.

Para ver un resumen detallado de las medidas adoptadas por Israel para reducir al mínimo las víctimas civiles frente a dicho terrorismo, diversos organismos en Israel, incluyendo el Centro Jerusalén para Asuntos Públicos, publicaron y presentaron a la junta de investigación de la ONU que examino la guerra de Gaza del 2014 (traducido por Hatzad Hasheni), respuestas detalladas a las cínicas y muchas veces intencionadas denuncias.

Atacando las bases del terrorismo: La Incitación

Tal como se ha indicado anteriormente, las leyes internacionales han intentado, mediante convenios anti-terrorismo junto a las resoluciones de las Naciones Unidas de adoptar medidas vitales que:

– Restringirán los componentes prácticos del terrorismo

– Pondrán fin al apoyo, financiación y ayuda al terrorismo estatal

– Restringirán la transferencia y financiación de armamentos

– Fomentara la cooperación internacional y el intercambio de información

– y fomentara la extradición o el litigio penal

Sin embargo, sorprendentemente, esta no ha intentado seriamente lidiar con el componente ideológico del terrorismo: la incitación por parte de los religiosos y otros elementos que buscan influir, lavar cerebros y manipular gente para que cometan actos terroristas.

No existe convención internacional alguna que tipifique como tal la incitación al terrorismo y, por lo tanto, mientras el discurso de odio puede haber sido tipificado como delito por ciertos países, la incitación al terrorismo como tal no es reconocida ni aceptada como un crimen internacional. Esto es debido al temor de invocar temas de primera enmienda, tales como el limitar la libertad de expresión y el temor a limitar las libertades democráticas.

Sin embargo, es ampliamente reconocido que el terrorismo moderno está principalmente influenciado por la incitación. Este es el medio por el cual la ideología del terrorismo se materializa realmente en el propio acto de terrorismo. Sin maneras en que la ideología y el reclutamiento de apoyo puedan circular como resultado de la incitación y la disponibilidad de armamento, no existiría ningún acto de terrorismo.

La incitación ya no se limita a predicar en esquinas, mezquitas, a través de volantes y folletos o manifestaciones políticas. Tal como se ha demostrado ampliamente en los recientes brotes terroristas en Europa, Estados Unidos e Israel, el uso de la televisión, Internet, los medios sociales, la red, “WhatsApp”, todos sirven para incitar y manipular a millones de personas solo con pulsar una tecla.

Este desafía la lógica que una persona que incita a otros a cometer actos terroristas, ya sea que tal persona sea un predicador en un centro de culto religioso, una personalidad de la radio o la televisión, un activista sindical, maestro de escuela o universidad o líder político, puede ir libre por las calles luego de haber jugado un papel tan importante en generar la acción terrorista y abogar y provocar el asesinato de miles de personas.

La incitación en las instituciones religiosas, a través de la glorificación de los terroristas en el sistema educativo de los jardines de infancia, escuelas, colegios y universidades, a través de mecanismos políticos estatales y privados y más recientemente, la incitación y manipulación de la comunidad general de adultos a través de los medios electrónicos, se ha convertido en una de las principales armas tácticas en el arsenal de ciertos gobiernos y sociedades que defienden el terrorismo, la violencia y el odio.

Un arma mediática tal como Al-Jazeera posee la capacidad de incitar a millones de personas a través de imágenes televisadas e informes matizados. Su intención es despertar la ira y el odio y causar disturbios, violencia y terrorismo entre el público en general que posee la capacidad y propensión de recurrir a la violencia. Todo esto es con la ostensible bendición de las autoridades religiosas.

Leyes internacionales e incitación

Quizás el instrumento internacional más pertinente que trata con el flagelo de la incitación al terrorismo es la Resolución 1624 (2005) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la cual puede verse como un indicativo de opinión de la comunidad internacional.

Esta resolución, en sus párrafos preámbulo, se refiere a la necesidad de condenar en los términos más duros la incitación a los actos terroristas y rechazar los intentos de justificar o glorificar actos terroristas que puedan incitar a actos terroristas mayores. Esta manifiesta su preocupación por el hecho de que “la incitación a actos terroristas motivados por el extremismo y la intolerancia plantea un grave y creciente peligro al disfrute de los derechos humanos, amenaza el desarrollo social y económico de todos los estados, socava la estabilidad y la prosperidad global y debe abordarse de manera urgente y proactiva por las Naciones Unidas y todos los estados”.

Más importante aún, la resolución subraya la necesidad de tomar todas las medidas necesarias y apropiadas de conformidad con las leyes internacionales a nivel nacional e internacional para así adoptar las medidas que sean necesarias y apropiadas, de conformidad con sus obligaciones bajo las leyes internacionales de prohibir a través de las leyes las acciones de incitación para cometer un acto o actos terroristas y prevenir tal conducta. Además, la resolución pide se le niegue refugio a toda persona respecto a la cual posea información creíble y pertinente que motive seriamente el considerar de que han sido culpables de tal conducta.

Lamentablemente, la comunidad internacional, sea esta por ser políticamente correcta o por timidez, no ha logrado actuar a nivel internacional para criminalizar el incitar acciones terroristas.

Dado que el derecho internacional no cuenta con los instrumentos jurídicos necesarios para lidiar eficazmente con la incitación al terrorismo, el Centro de Asuntos Públicos en Jerusalén ha propuesto una convención internacional para tipificar como delito la incitación al terrorismo con miras a su posible consideración y adopción por parte de la comunidad internacional. Este proyecto fue presentado en una conferencia sobre incitación al terrorismo en la ONU.

Conclusiones

– El terrorismo internacional, por definición, abierta y públicamente erosiona y viola las normas humanitarias que vinculan a los estados civilizados.

– Así tenga en la mira a un país o población en particular o es dirigida contra los valores occidentales y la civilización, este tiene que ser abordado seria y prácticamente. Esto no puede ser ignorado.

– El terrorismo internacional ha evolucionado hasta convertirse en un virus de rápido crecimiento que afecta a toda la humanidad.

– Lo “políticamente correcto” en Occidente, que emana de una sensibilidad exagerada y a menudo ingenua y el temor al Islam y la sobre-sensibilidad a las consideraciones humanitarias, es interpretado por elementos terroristas como debilidad e incluso simpatía y por ende como licencia para continuar.

– Los países occidentales ya no pueden involucrarse en lo políticamente correcto y la sobre-sensibilidad. Estos no tienen otra opción sino la de aceptar que la drástica legislación antiterrorista, la disuasión y la acción, aunque restrinjan el goce de las libertades civiles a largo plazo, sirven para permitir un disfrute más amplio de esas libertades civiles y del derecho a la vida.

– Ya que la incitación es uno de los componentes centrales y principales del terrorismo, la comunidad internacional tiene que adaptar las leyes internacionales con miras a criminalizar tal incitación al terrorismo.

 

 

El Embajador Alan Baker es Director del Instituto de Asuntos Contemporáneos del Centro Jerusalén y jefe del Foro de Derecho Mundial. Participó en la negociación y redacción de los Acuerdos de Oslo con los palestinos, así como también en los acuerdos y tratados de paz con Egipto, Jordania y el Líbano. Se desempeñó como asesor jurídico y subdirector general del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel y como embajador de Israel en Canadá.

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