El caos en Yemen ha ido en los últimos días, de mal a peor, mucho peor. El presidente, tras una breve desaparición, parece estar en Arabia Saudita. Los rebeldes controlan la ciudad capital. Y los vecinos de Yemen ya han comenzado a bombardear el país y pronto pudieran invadir.
Todo esto comenzó con un levantamiento rebelde al norte de Yemen
El grupo rebelde houthi es el actor clave en este drama. Este grupo yemenita ha existido desde la década de 1990 y ha estado activo e inactivo en conflictos con el gobierno yemenita central desde el 2004.
Los houthis son del noroeste del país y son religiosamente zaidí, una rama principal del Islam chiita. Los zaydis de Yemen se concentran en el norte, mientras que el sur de Yemen es en gran parte sunita. Este conflicto no es sobre religión, sino que la división religiosa termina siendo importante para entender lo que está sucediendo.
La comunidad zaidí de Yemen cree que el gobierno central les ha reprimido y no ha atendido sus intereses. “El regionalismo y no el sectarismo – sigue siendo el factor más determinante en el Yemen hasta ahora”, Farëa Al-Muslimi, profesor visitante en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional escribe. “Los houthis revivieron un conflicto sectario que casi se había extinguido en Yemen”.
Ese conflicto se agravó luego de la Primavera Árabe del 2011, en la que los yemenitas derrocaron al dictador Ali Abdullah Saleh. Los houthis apoyaron ese alzamiento. Y el caótico colapso del gobierno central de Yemen ayudó a fortalecer sus fuerzas militares relativas al gobierno.
Luego de la expulsión de Saleh, la comunidad internacional ayudó a establecer un gobierno de transición destinado a ayudar a Yemen en establecer un nuevo gobierno permanente estable. El denominado para dirigirlo fue Abd Rabbu Mansour Hadi, el presidente en transición.
Pero los houthis “no tenían representación en el gobierno de transición”, Charles Schmitz de la Universidad Towson explica. Así que vieron “que el gobierno de transición no era nada diferente del antiguo régimen que condujo guerras contra ellos – en otras palabras, un organismo en el que no se puede confiar”.
Así que los houthis siguieron combatiendo – y todavía lo siguen haciendo hoy. Sólo que ahora, están ganando.
Los rebeldes se han vuelto tan poderosos que capturaron la capital y se declararon a sí mismos a cargo de esta
A lo largo de la mayor parte del 2013 y parte de comienzos del 2014, los yemenitas celebraron una serie de reuniones para tratar de encontrar un consenso nacional sobre el futuro del país. Pero apenas representaron a los houthis, aunque los houthis eran bastante poderosos.
Indignados, y creyendo que el gobierno de transición se negaba deliberadamente a representarlos, a mediados o finales del 2014 los houthis organizaron manifestaciones de protesta contra el Gabinete y contra algunas de las políticas económicas específicas del gobierno. Las fuerzas houthi se movilizaron y las protestas finalmente se convirtieron en un conflicto militar total.
Combatientes houthi marcharon sobre la capital de Sana’a, donde la lucha se extendió hasta el 18 de septiembre. Los houthis barrieron con la resistencia del gobierno y establecieron el control de gran parte de Sana’a. Después de enfrentamientos ocasionales en Sana’a, las fuerzas houthi tomaron el palacio presidencial en enero. Al siguiente mes depusieron formalmente a Hadi.
Los houthis han sido capaces de lograr tantas victorias contra militares de Yemen en gran parte debido a que el gobierno de transición es muy débil. Yemen ya es un país pobre, y las décadas de dictadura corrupta de Saleh han debilitado a las instituciones gubernamentales.
“Ningún ejercito unificado y autónomo, repleto de una cadena de mando en funcionamiento y espíritu de cuerpo, existió bajo Saleh”, según el historiador de la UCLA James Gelvin. La desaparición del régimen de Saleh solamente debilitó a las fuerzas oficiales creando un vacío de poder que los houthis aprovecharon de entrar.
Ahora los rebeldes avanzan hacia el sur, amenazando consolidar su dominio sobre Yemen
Los restos del gobierno de Hadi tienen su base en Aden, una ciudad costera al sur del país. En las últimas semanas, las fuerzas houthi han empujado en esa dirección, tomando la tercera ciudad más grande de Yemen, Taiz. Todavía combaten contra las fuerzas leales a Hadi y el riesgo de que pudieran derrocar al gobierno de transición de Yemen es lo que hace que esta crisis parezca tan inmediata.
No está claro si los houthis tienen realmente el poderío militar para conquistar a todo el país. Pero incluso si no lo tienen, la posibilidad de una guerra civil prolongada en Yemen parece cada vez más probable, y aterradora.
Para complicar más las cosas, el antiguo dictador Saleh, quien supuestamente renunció hace unos años, está de regreso – y ahora trabaja con los houthis.
“[Saleh] ha ayudado a las unidades principales de los servicios militares y de seguridad yemenitas a inclinarse hacia el lado de los houthis”, informa el corresponsal del Times de Nueva York David Kirkpatrick. “Algunos de los aliados houthi incluso han comenzado a pedir elegir al hijo del ex presidente Ahmed Ali Abdullah Saleh, como el próximo líder de Yemen”.
Así que esto no es un asunto de un “antiguo régimen contra rebeldes”, tal como se pudiera pensar. Sus elementos del antiguo régimen Y rebeldes sectarios atacando a grupos de fuerzas leales en lo que se supone es un gobierno de transición respaldado internacionalmente. Así que las cosas no son tan maravillosas.
Arabia Saudita y otros países del Medio Oriente están convirtiendo esto en una guerra regional
El miércoles por la noche, una coalición que incluye a Arabia Saudita, Egipto y varios estados del Golfo anunciaron el inicio de una campaña anti-houthi, convirtiendo esto en un conflicto mucho mayor.
Arabia Saudita tomó inicialmente la delantera en la ofensiva, mientras sus aviones atacaron posiciones houthi. Ahora la coalición está amenazando con una invasión terrestre a Yemen, utilizando al menos tropas sauditas y egipcias para hacer retroceder a los houthis. ¿Por qué Arabia Saudita y sus aliados en los estados del Golfo se están involucrando en lo que parece ser un conflicto en su mayoría local? Una palabra: Irán.
Irán, una teocracia chiita y feroz rival de Arabia Saudita, ha estado apoyando a los houthis, que son chitas zaydi. Mientras que los houthis a veces niegan tener apoyo iraní, es ampliamente entendido que tienen vínculos con el grupo militante libanés Hezbolá, un grupo proxy iraní. Ambos funcionarios yemeníes y occidentales han dicho que el apoyo de Irán a los houthis es más profundo.
“Esto ha estado sucediendo durante más de un año. Hemos visto a los houthis ir a Irán y al Líbano para ser entrenados militarmente”, un funcionario occidental anónimo le dijo a Reuters. “Creemos que hay dinero en efectivo, algunos de las cuales son canalizados a través de Hezbolá y sacos de dinero en efectivo llegan al aeropuerto. El número de aquellos que van para ser entrenados son suficientes para que nos preocupemos”.
Para los houthis, esto es parcialmente ideológico.
“Un aspecto clave de la ideología de los houthis fue apuntalar el zaydismo contra la amenaza percibida a la determinación de las ideologías influyentes saudíes y una condena general a la alianza del gobierno yemenita con los Estados Unidos”, el experto en Yemen Adam Baron escribe en la revista Político.
Los vínculos sectarios y políticos entre Irán y los houthis han realmente asustado a la sunita Arabia Saudita. La retórica houthi es profundamente anti-saudita y anti-occidental; Yemen, por supuesto, comparte una frontera extensa con Arabia Saudita. Los saudíes y otros estados cercanos del Golfo ven la toma houthi como la creación de un baluarte iraní inaceptablemente cercano a casa.
“Los saudíes siempre se han visto a sí mismos como el exclusivo poder foráneo en Yemen y en esa medida se preocupan por los houthis porque ven a los houthis como una extensión de las influencias iraníes”, Texas A&M´s F. Gregory Gause le dijo a Susris.
La decisión saudita de apoyar a Hadi entonces, es realmente sobre su temor de que los houthis son un estado proxy iraní. Esta dinámica en la guerra proxy es muy peligrosa. En Siria, el apoyo iraní al régimen de Bashar Al-Assad y el apoyo de los estados del Golfo a los rebeldes anti-gobierno e islamistas profundizaron el conflicto y dividieron más al país en líneas sectarias. También ayudó a dar cabida a ISIS.
Ah, y antes de terminar: la rama más fuerte de Al-Qaeda, Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), tiene su sede en el sur de Yemen. El gobierno de Hadi ha sido un socio muy fuerte del contraterrorismo estadounidense, cooperando con campañas de bombardeos estadounidenses contra AQPA. Los houthis también desprecian a AQPA, pero están más centrados en la lucha contra el gobierno yemenita y esa lucha ha obligado a los Estados Unidos a retirar algo de sus esfuerzos contra el terrorismo allí, dándole así una mano más libre a Al-Qaeda.
Actualmente, los Estados Unidos asisten a la ofensiva del estado del Golfo en apoyo a Hadi, según la Casa Blanca, “apoyo logístico y de inteligencia”. El supuesto conflicto yemení local, en otras palabras, acaba de convertirse en uno mucho más internacional.