Aparentemente, la filial de ISIS en Egipto está modificando su modus operandi pasando de un modo de defensa a tomar la ofensiva. Una vez se logre la reapertura del cruce Taba, los israelíes que acuden en masa a la Península del Sinaí puede que se enteren que ahora estos se encuentran en la mira, e Israel debe prepararse para esta posibilidad – hoy más que nunca.
En los últimos meses, Wilayat Sinai (la Provincia del Sinaí), siendo esta una de las filiales del Estado Islámico (ISIS) en Egipto, perpetró dos ataques no-convencionales. El 19 de noviembre de 2020 hizo estallar (una vez más) un gasoducto que transporta gas natural desde Israel hacia Egipto y el 21 de julio atacó una base militar egipcia en el área de Rabaa en el Sinaí. Luego de dicho ataque, militantes de Wilayat Sinai retuvieron cuatro aldeas cercanas que fueron liberadas por el ejército egipcio solo después de tres meses de combates.
El ataque sobre Rabaa fue una acción inusual y puede que indique un cambio estratégico en la organización, que pasó de tomar acciones defensivas de supervivencia a acciones ofensivas que infligen daños considerables al régimen y a la economía egipcia – entre otras cosas atacando el Canal de Suez y las actividades turísticas en la Península del Sinaí. Un llamado hecho a Wilayat Sinai para que ataque a Israel en un discurso el pasado mes de enero por uno de los voceros del Estado Islámico pudiera impulsar un cambio en las prioridades para la filial del Estado Islámico y agregar a Israel como objetivo adicional en sus ataques, mientras continúa centrando sus esfuerzos principales sobre el ejército egipcio y la población civil. Wilayat Sinai pudiese muy bien intentar cumplir esta directiva atacando a los israelíes, que muy probablemente regresen al Sinaí una vez se levanten las restricciones impuestas por el Covid-19.
El 21 de julio, 2020 militantes de Wilayat Sinai (Provincia de Sinaí) – una filial del Estado Islámico en Egipto – sorprendieron a los soldados egipcios cuando lanzaron un ataque conjunto contra una base militar cercana a la ciudad de Rabaa. Contrariamente a los informes militares oficiales, los cuales confirmaron un bajo número de víctimas, el ataque supuestamente provocó la muerte de unas 40 personas y dejó a 65 personas heridas. Posteriormente, militantes de Wilayat Sinai tomaron el control temporal de cuatro aldeas cercanas a la base e intentaron imponerles un régimen al estilo Shaarya.
Solo después de casi tres meses de lucha, el ejército egipcio pudo limpiar el área de militantes, asumir el control de las aldeas y liberarlas. El exitoso ataque perpetrado por Wilayat Sinai en Rabaa fue el telón de fondo a su declaración pública de “ocupar” las aldeas y una campaña de propaganda, centrada inicialmente – y por primera vez – en demostrar aspectos de “gobernabilidad” por parte de la Provincia del Sinaí, con exhibiciones de banderas, mantenimiento del orden público y provisión de alimentos. Esto se unió al énfasis del daño causado por el ejército egipcio a los residentes de la aldea, un mensaje que tenía la intención de ayudar a reclutar nuevos partidarios entre la población beduina en el Sinaí.
El ataque perpetrado por Wilayat Sinai a Rabaa fue inusual tanto en su alcance como en su modo de acción en comparación con otras actividades sucedidas en el último año, que incluyeron principalmente el plantar artefactos explosivos, minas, actividades de francotiradores, operaciones de ataques sorpresa y la eliminación de colaboradores. Por lo tanto, esta actividad puede indicar un cambio en el modus operandi de la organización, más allá del nivel táctico. A pesar de su constante debilidad desde el lanzamiento de la extensa operación militar egipcia para destruirlo en febrero del 2018, Wilayat Sinai se encuentra en un proceso de cambio de estrategia, pasando de acciones defensivas y de supervivencia a ofensivas operativas e infligir daños bastante significativos al régimen y a la economía egipcia atacando el Canal de Suez, las actividades turísticas y el gasoducto en el Sinaí.
Este cambio no es necesariamente un reflejo del creciente poderío de la organización, sino más bien su adaptación a las contra-operaciones del ejército egipcio y un “nuevo cálculo de su ruta” para optimizar su influencia y sus actividades. Los repetidos intentos llevados a cabo por el ejército egipcio de contener a los grupos terroristas en las regiones desérticas despobladas no han sido exitosos en los últimos años; del mismo modo, sus esfuerzos por establecer formas de disuasión ante el terrorismo han fracasado. En consecuencia, es bastante dudoso que el ejército pueda frenar esta nueva tendencia, aunque parece estar preparándose para hacerlo. Wilayat Sinai también continúa lanzando ataques todas las semanas contra soldados egipcios en su campo operativo principal al norte del Sinaí en el área de Rafah el-Arish.
Además, ante el llamado de un vocero del Estado Islámico en enero pasado instando a Wilayat Sinai a perpetrar ataques contra Israel, existe la posibilidad de concretarse una medida para atacar objetivos israelíes, que en los últimos años ha sido relegado a una prioridad menor en comparación con la lucha principal contra el ejército y la población civil de Egipto, particularmente en el Sinaí. En este sentido, el hecho de que la organización evite realizar ataques a lo largo de la valla fronteriza puede indicar una posible intención de lastimar a turistas israelíes en el Sinaí, cuando se reabra el cruce de Taba (lo que también serviría para perjudicar a la economía egipcia).
Wilayat Sinai a la ofensiva
En sus primeros años, desde noviembre del 2014, cuando se unió a varias organizaciones o provincias en alianza bajo el liderazgo del Estado Islámico, Wilayat Sinai participó activamente en operaciones ofensivas contra el ejército egipcio, ejecutando ataques cada vez más fuertes y más amplios tanto en términos del número de combatientes y a la duración de los combates. Un ejemplo de tales ataques ocurrió en enero del 2016, el cual tuvo lugar durante un día y terminó con la incautación de un tanque egipcio. Desde que el ejército egipcio comenzó su “operación Sinaí” contra los crecientes ataques terroristas de Wilayat Sinai en febrero del 2018, este adoptó un enfoque más agresivo en su guerra contra el terrorismo y en consecuencia, parecía que Wilayat Sinai se encontraba muy debilitado. Sus filas se redujeron drásticamente, pasando de un estimado de 1.000 combatientes en el año 2017 a solo 500-600 en el 2019.
En años recientes Wilayat Sinai se vio obligado a adoptar una estrategia defensiva, que generó muy pocas operaciones contra los asentamientos rurales, pero que permaneció en las desoladas zonas de dunas al suroeste de el-Arish, donde pudo sobrevivir y evitar un conflicto decisivo con el ejército egipcio. A su vez, el número promedio de ataques terroristas por mes disminuyó, de aproximadamente 55 en el 2017, a un promedio de 35 por mes en el 2018 (una disminución del 40%), a un promedio de 25 ataques mensuales en el 2019 – la mayoría de los cuales tuvieron como destino defenderse de las contra-operaciones realizadas por el ejército egipcio. Antes del ataque a Rabaa, estas ya frecuentes operaciones incluían la colocación de explosivos y ataques a excavadoras y a vehículos de guerra anti-explosivos al frente de las fuerzas de maniobra.
De esta manera, el ataque a la base Rabaa sugiere un posible cambio de estrategias: el ataque a este objetivo, una base militar en lo profundo de un territorio edificado, requiere de una preparación logística compleja y de una red sofisticada de colaboradores. Además, la intención era que el ataque fuese continuo y no una operación de ataques sorpresa, que caracterizó los ataques de Wilayat Sinai en los últimos años. Además, la propaganda adjunta en los canales de la aplicación Telegram afiliados a Wilayat Sinai incluyó actualizaciones casi en tiempo real sobre el terreno, una presentación popular del “daño hecho por el ejército egipcio a la población civil” y fotografías a “señales de gobernabilidad en el área”. Estos testimonian el especial intento de ganarse el apoyo de la población local, aunque no hubo ningún reclamo oficial inmediato de responsabilidad por el ataque y la mayoría de los esfuerzos de propaganda fueron informados en los medios de comunicación locales del Sinaí y no en los canales oficiales de propaganda del Estado Islámico.
El éxito del ataque a Raaba, que se encuentra ubicada a solo 40 kilómetros del Canal de Suez, puede alentar a Wilayat Sinai a intentar extender su alcance a las regiones rurales más cercanas al Canal, en particular hacia el asentamiento Galbana, donde ya se ha informado sobre evidencias de actividades armadas. Esta zona, ubicada a unos 15 kilómetros del Canal, permitirá a Wilayat Sinai amenazar el propio Canal y atraer más civiles al ciclo de violencia y de hecho, a comienzos de noviembre el grupo informó que sus fuerzas se encuentran desplegadas desde la zona de Rafah hasta el-Qantara, (entre Jalabne y el Canal de Suez).
Parece ser que el ejército y las fuerzas de seguridad egipcias están al tanto de estas tendencias y en los últimos cinco meses se han intensificado las operaciones anti-terroristas. El Ministerio del Interior de Egipto aumentó el número de incursiones y registros en la zona de Bir al-Abed y desde que sucedió el ataque, se han desplegado nuevos puestos de control del ejército incluso en zonas donde este no mantenía una presencia permanente. Parece ser que el ejército reforzará el área con otra brigada, que fue transferida desde el este del Sinaí al noroeste de la península para detener el desbordamiento de Wilayat Sinaí en su ruta hacia la zona oeste.
Al mismo tiempo, Wilayat Sinai claramente fortalece su poderío en el área del Sinaí central. Tras la construcción del muro alrededor del sur de el-Arish y el fortalecimiento del control de seguridad egipcio tanto en el lugar como a lo largo del gasoducto al norte del Sinaí – un codiciado objetivo de ataque, tal como se demostró el 19 de noviembre – a Wilayat Sinai se le ve ampliando su presencia en las áreas montañosas del Sinaí central, Jabel al-Maghara y Jabal Yiallek, en un esfuerzo por crear una ruta atajo contra el control del ejército allí y permitir nuevas áreas de ataque. Como resultado, se ha incrementado el número de enfrentamientos entre el ejército y Wilayat Sinai en la zona y la lucha contra las tribus que actúan como agentes-estados del ejército.
Israel en la mira
Desde el año 2012, Wilayat Sinai se ha abstenido de atacar a Israel (incluso en sus encarnaciones anteriores llamado Ansar Bait-al-Maqdis, estando afiliado a Al-Qaeda, antes de que el grupo jurara lealtad al Estado Islámico) y se las arregló lanzándoles cohetes esporádicamente, en principió como reacción a lo que percibió como ataques israelíes contra la organización. Esto a pesar de su capacidad para llevar a cabo un ataque a lo largo del muro fronterizo, ya que la organización posee una presencia permanente en la frontera israelí al sur de Rafah – un espacio en el que este confronta regularmente a la tribu Tarabin.
Tras el llamado del portavoz del Estado Islámico para que se lleven a cabo ataques contra Israel, Wilayat Sinai puede que cambie las prioridades e incluya a Israel y lo coloque en la mira de sus actividades, además de su enfoque principal sobre el ejército egipcio y la población civil. La organización puede esforzarse por cumplir su directriz a través de algún logro significativo, como por ejemplo un ataque a israelíes en el Sinaí. El cierre del cruce Taba a comienzos de marzo debido a la pandemia del Covid-19 excluyó esta posibilidad, pero el tema de reabrir el cruce a los israelíes ahora se encuentra de nuevo en la agenda y una vez que se abra la frontera y los israelíes retornen a las costas del Sinaí, también aumentará el deseo de Wilayat Sinai de lastimarlos.
Conclusión
En meses recientes, han sucedido cambios perceptibles en la gran estrategia de Wilayat Sinai, principalmente un cambio de una estrategia defensiva-supervivencialista a movimientos proactivos destinados a perjudicar los bienes estratégicos egipcios, particularmente aquellos objetivos económicos. Estos cambios no apuntan a un fortalecimiento de la organización sino a un cambio de prioridades, concentrando sus capacidades y esfuerzos en la puntuación de logros que tienen un impacto cognitivo y económico en dirección del Canal de Suez y al sur hacia el Sinaí central, desde donde será mucho más fácil llevar a cabo ataques dentro del territorio sur del Sinaí o en áreas cercanas al centro del Canal de Suez, que actualmente se encuentran menos protegidas.
El ejército egipcio, muy consciente de la amenaza surgida, ha trabajado en los últimos meses para cambiar su despliegue, junto a incrementar su iniciativa ofensiva y en operar una defensa móvil. Sin embargo, si la experiencia del año pasado sugiere algún indicio, es muy probable que este despliegue no consiga frenar la tendencia expansionista de Wilayat Sinai, tal como lo demuestran los ataques perpetrados a Rabaa y al gasoducto.
La creciente amenaza sobre los bienes estratégicos egipcios, junto a la tendencia de normalización de relaciones entre Israel y los estados árabes, crea una convergencia de intereses e invita a ampliar el margen con el propósito de mejorar la cooperación en el área de seguridad entre los dos países. El daño a los israelíes en el sur del Sinaí una vez se abra el cruce de Taba es un escenario que desafiará a Egipto e Israel, particularmente si ocurre algún secuestro o ejecución de civiles israelíes (al notorio estilo del Estado Islámico). Por lo tanto, Israel debería trabajar junto a los egipcios para coordinar una respuesta rápida y eficaz a tales escenarios y ayudar a mejorar la seguridad egipcia y formular las respuestas requeridas al caso.
Los autores desean agradecer a Aviad Mendelboim por su gran ayuda en la preparación de este artículo. Tomer Naveh es compañero investigador.
Yoram Schweitzer es investigador sénior y jefe del Programa Terrorismo y Conflicto de Baja Intensidad