RESUMEN: Existen muchas implicaciones a la impresionante presentación que realizó el Primer Ministro israelí Binyamín Netanyahu en la que reveló el plan iraní por convertirse en una superpotencia nuclear. Una de estas explicaciones es el mensaje al mundo árabe de que Israel tiene decidido detener dicho proceso, que considera desastroso. No existe duda alguna de que uno de los principales objetivos de la presentación a la audiencia fueron los líderes de los países árabes sunitas.
Uno de los principales desafíos en el área de política exterior de Israel desde su creación ha sido y sigue siendo, lograr la paz con sus vecinos. En los primeros años de Israel, la paz se limitó a obtener el reconocimiento de los estados árabes a la existencia de un estado judío en el Medio Oriente.
Tras la Guerra de los Seis Días en 1967 y especialmente por el tratado de paz de 1979 con Egipto, fue agregado otro objetivo a la estrategia de paz de Jerusalén: un acuerdo de paz con los palestinos. Dialécticamente, la crisis actual en la región crea en realidad una oportunidad para el acercamiento estratégico entre los estados árabes e Israel, al final del cual existe una paz inclusiva entre árabes y judíos.
Esta posibilidad, que no ha existido desde el estallido del conflicto hace aproximadamente un siglo, puede ser posible de acuerdo a la regla de que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. La amenaza iraní abre posibilidades que no se encontraban disponibles en el pasado.
Un erróneo concepto que se ha arraigado en la cultura política liberal occidental es que la paz se logra cuando las partes en un conflicto alcanzan un mayor y mejor reconocimiento mutuo. El mejor ejemplo de este pensamiento es supuestamente la paz regional que prevaleció en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Europa, desgarrada por conflictos religiosos, étnicos e interestatales durante cientos de años, finalmente ha alcanzado un estado de calma y unidad porque los miembros de la comunidad entendieron los horrores de la guerra y por lo tanto, decidieron poner fin al derramamiento de sangre.
La verdad es muy diferente. Fue la amenaza soviética desde el Oriente lo que obligó a los países de Europa occidental a unirse bajo el paraguas estadounidense. De hecho, la alianza de la OTAN precedió al establecimiento del Mercado Común Europeo, que se convirtió en la Comunidad Europea que luego se transformó en la Unión Europea (UE).
El Medio Oriente de las naciones-estado está pasando por procesos similares a los de Europa. Los conflictos étnicos, religiosos e inter-estado son eclipsados por la amenaza iraní, encabezada por un liderazgo religioso militante chiita. Los estados árabes, la mayoría de los cuales son sunitas, observan ansiosamente a un país con un pasado imperial que está muy cerca de desarrollar armamento nuclear. Teherán, que previó esta ansiedad sunita, está intentando infligir también sobre el otro estado no sunita de la región: el estado judío.
Hasta ahora, esta medida no ha funcionado. Parece ser que en esta etapa, los estados árabes tales como Arabia Saudita y Egipto no están convencidos de que la amenaza judía sea peor para los chiitas. Este es un buen comienzo.
Este pensamiento dialéctico no es solo teórico; es muy realista. Los árabes israelíes, así como también los líderes palestinos, han comenzado a reconocer e incluso a hablar en contra de la posibilidad de una alianza estratégica entre Israel y varios estados árabes sunitas. Se pueden ver los rostros de preocupación entre los miembros árabes del Knéset y los líderes palestinos que temen que tal alianza se traduzca en presión para abandonar sus aspiraciones en contra del estado judío.
Lord Palmerston, el primer ministro británico de mediados del siglo 19, fue citado diciendo que Gran Bretaña no posee aliados permanentes ni enemigos permanentes, sino intereses permanentes. Esta lógica es mayormente cierta dentro del contexto israelí. A finales de la década de 1950, Ben-Gurion inició la “Alianza Periférica” con Irán y Turquía; desde ese entonces, esos aliados se han convertido en enemigos. En su lugar, hoy se abre una puerta al mundo árabe. Este acercamiento será una contribución más significativa para lograr la paz que las concesiones hechas a la Autoridad Palestina.
Mientras los palestinos entienden el peligro que enfrentan por un acercamiento entre Israel y los estados árabes ante la amenaza iraní, Europa se encuentra atrapada dentro del concepto de las doctrinas liberales que surgen del enfoque de la “resolución de conflictos”, que cree en la mediación, el compromiso y la aplicación de las leyes internacionales a la política internacional.
Los europeos no están dispuestos a admitir que fue solo la amenaza rusa lo que los acercó mutuamente y terminó en una historia sangrienta. Parece ser que el áspero y poco sofisticado Presidente Trump entiende la lógica de las alianzas mejor que el continente donde se desarrollaron las teorías de la política internacional. En el centro de esa lógica se encuentra la lógica del equilibrio de poder.
No hay certeza de que el entender que la amenaza iraní es mayor que la de Israel, y por lo tanto que una alianza árabe-israelí es muy sabia, no se verá socavada. Paralelamente a la creación de coaliciones en contra del imperialismo, existen procesos de estrategia geopolítica llamados “bandwagoning” (estrategia empleada por estados débiles): países que no pueden enfrentar la expansión de otro estado tienden a “alinearse con un poder de adversario más fuerte” siendo este el estado hegemónico. Los países amenazados se unirán al tren de carretas cuando estos no puedan encontrar un aliado potencial.
El abandono de los Estados Unidos al Medio Oriente y la percepción de debilidad israelí pudieran crear una situación tal para países como Arabia Saudita y Egipto. El intento israelí de evitar el crecimiento militar de Irán en Siria, así como también la exposición del programa nuclear iraní por parte del Primer Ministro Netanyahu al resto del mundo, fortalece la imagen en las capitales árabes a la determinación por parte de Israel de frenar la expansión iraní. De manera similar, el retiro estadounidense al acuerdo nuclear iraní de julio, 2015 probablemente fortalecerá la disposición de los estados árabes sunitas a permanecer dentro de la coalición anti-Irán.
El Prof. Shmuel Sandler es compañero investigador en el Centro BESA para Estudios Estratégicos en la Universidad Bar-Ilan y Presidente del Instituto Universitario Emuna Ephrata en Jerusalén.