Antes de ser demasiado elocuentes sobre el tema de las aspiraciones democráticas del gran pueblo iraní, debemos tener presente que el escenario más probable para Irán, bajo cualquier régimen posible, es una espiral enfermiza hacia los rublos de pobreza y despoblación. Irán posee la población que más rápidamente envejece de cualquier país en el mundo, de hecho, la población que envejece más rápidamente en cualquier país de la historia. Posee la tasa más alta de enfermedades venéreas y la tasa más alta de infertilidad que cualquier país del mundo. Posee una tasa de desempleo juvenil del 35% (ajustada para acoger a jóvenes en talleres diplomados dirigidos por el estado). Y lo peor de todo, es que se ha quedado sin agua.
Pudiéramos estar observando el nacimiento de la democracia iraní tras las protestas de las últimas semanas, pero es muy probable que estemos viendo al tren en cámara lenta de la que fue una vez una gran nación en todos sus sangrientos detalles. Tal como mencioné en un análisis en el diario Asia Times esta mañana, las protestas más violentas, como por ejemplo la quema de una estación de policía cercana a Isfahán que fue filmada en este video, sucedió en barrios remotos en el que el lugar se había quedado sin agua. El río que corre a través de Isfahán, una ciudad legendaria de jardines en el desierto, se ha secado literalmente. Algunos funcionarios iraníes advierten que decenas de millones de iraníes tendrán que abandonar sus hogares por falta de agua. El país ha utilizado hasta el 70% de sus aguas subterráneas y literalmente está secando los principales ríos para mantener el consumo. Este es ya el peor desastre ecológico en la historia moderna.
La Revolución Islámica presidió una orgía de corrupción, brutalidad y mala administración. A pesar de la inyección de dinero en efectivo por parte de la administración Obama y el levantamiento de las sanciones a las exportaciones de petróleo, el gobierno se encuentra casi en bancarrota. Ha permitido que varios bancos importantes se debiliten, poniendo en peligro los ahorros de millones de depositantes, luego de que los bancos les prestaran grandes sumas de dinero a los compinches del régimen para que estos fuesen especulados en el negocio inmobiliario. El 45% de los préstamos bancarios iraníes son tóxicos y el costo de limpiar el desorden bancario se estima en la mitad del PBI (colocándolo en perspectiva, el Departamento del Tesoro estadounidense reservó 700 billones de dólares, o el 1/20 del PIB estadounidense, con el propósito de financiar a los bancos en el 2008 y necesitó solo una fracción del mismo. La crisis bancaria iraní es un orden de magnitud total peor que la crisis de los Estados Unidos en el 2008).
Los fondos de pensiones de Irán, tal como lo informé en el diario Asia Times, se encuentran en bancarrota. El fondo de pensiones del servicio civil tiene solo 100 empleados que pagan por cada 120 empleados que reciben una pensión. El gobierno tiene que responder por el resto.
Agreguen los costos de lidiar con la emergencia del agua, la crisis bancaria y la crisis de pensiones e Irán se acerca a un punto de quiebre. Y eso es solo el comienzo: el iraní promedio en edad laboral hoy proviene de una familia de siete hijos, pero que tiene menos de dos hijos. Eso significa que cuando la generación anterior se jubile, habrá menos de dos nuevos participantes en la fuerza laboral para pagar las pensiones de siete jubilados. La crisis demográfica aún no ha golpeado y cuando lo haga, será el equivalente financiero de un asteroide en caída libre sobre Irán.
En otras palabras, el agotamiento de Irán tanto del capital físico como del humano puede haberlo llevado a empujones más allá del punto de no retorno.
Irán posee mucha gente inteligente y dos de las mejores universidades de ingeniería del mundo, excepto que prácticamente todos los mejores graduados abandonan el país. Probablemente haya una salida teórica a la espiral económica de Irán, pero ningún grupo de mulás chiitas la hallará. El resultado más probable es que Irán sufra un colapso económico y social.
Así, lamentablemente, son las pautas en la historia humana. La democracia practicada a comienzos por el estado autónomo griego es excepcional y la Grecia clásica es el Manifiesto A para la autodestrucción de la civilización. De los casi 150.000 idiomas que una vez se hablaron en este planeta, quedan un par de miles y el 90% de ellos quedarán silenciados para siempre a mediados del siglo entrante. A veces, lo mejor que uno puede hacer por las civilizaciones que están por convertirse en moribundas es, no seas una de ellas, tal como lo escribí en mi libro en el 2011, ‘Cómo Mueren las Civilizaciones’.
Esto hace que los mulás sean aún más peligrosos, como un ladrón de bancos con un tumor cerebral quien se apodera de rehenes. Sinceramente deseo que se produzca un feliz resultado para el pueblo de Persia. Pero tenemos que estar preparados para uno muy infeliz.
