Hace unos días se cumplieron 70 años de la emisión de la resolución 181 por parte de la Asamblea Nacional de la ONU, la cual determinó el renacimiento moderno del Estado de Israel y que, de haber sido aceptada por los países árabes, también hubiera dado oportunidad a la creación de otro Estado árabe más.
De este modo, el 29 de noviembre de 1947, tras una histórica votación, la ONU recomendó la partición del territorio conocido como Palestina, en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional. No obstante, esa no fue la primera división de esa región que algunos sectores llaman “la Palestina histórica”, pero que en realidad fue el nombre dado por el Imperio Romano a la antigua Judea, después de derrotar a la rebelión de Bar Kojba, en el año 135 EC y desterrar a los judíos a una larga diáspora.
En junio de 1922, la Sociedad de Naciones entregó a Gran Bretaña la administración de aquel enclave que hasta la I Guerra Mundial había sido parte del Imperio Otomano. En septiembre de ese año, el Reino Unido dividió Palestina y otorgó la extensión oriental de su mandato, es decir, al este del río Jordán, a la dinastía hachemita que quedó bajo la autoridad de Abdullah Ibn Husayn; así, los británicos engendraron el semiautónomo emirato de Transjordania. Ello, como una especie de compensación, pues los hachemitas, que durante siglos se encargaron de la protección de las ciudades santas de La Meca y Medina en Hiyaz (Arabia), fueron expulsados por la familia Saud, la cual conquistó la mayor parte de la península arábiga y fundó Arabia Saudita.
El 22 de marzo de 1946, el gobierno británico renunció a su gestión en el este del Jordán, que con el nombre de Reino Hachemita de Transjordania se convirtió en un Estado soberano e independiente, pero fraguado de forma artificial. En 1950, el país fue renombrado como Reino Hachemita de Jordania.
Con dar una mirada a la historia, observamos que algunos de los conflictos que introdujeron mayor inestabilidad al Medio Oriente, tienen su origen en decisiones impuestas por el Reino Unido que, en su tiempo, de forma improvisada trató de resolver ciertas vicisitudes. Además, obedecieron a intereses particulares e incluso a componendas con los franceses, con quienes se repartieron el control del área.