“Salgan de Gaza, salgan del Líbano, mi vida es por Irán”, coreaba una multitud de manifestantes en la Universidad de Teherán. “¡Salgan de Siria, piensen en nosotros!”, exigían otros. Irán no revela cuánto gasta en apoyar a organizaciones y clientelas extranjera de la “resistencia” tales como Bashar Al-Assad, pero aun así informes de fuentes confiables sugieren que tales esfuerzos cuestan más de $16 billones por año.
El compromiso internacional más costoso de Teherán es su apoyo al propio régimen de Assad en Siria, pudiendo costarle $15 billones al año o más. El experto en Siria Stephen Heydemann estimó en el 2015 que Irán gastó entre 15 y 20 billones de dólares al año en apoyar a Assad. Un alto oficial militar, que habla bajo el reglamento de Chatham House, también cree que $15 billones es un mejor estimado de la cifra.
Algunos elementos a ese apoyo, tales como las líneas de crédito anunciadas públicamente, poseen un valor específico: Irán extendió una línea de crédito por $1 billón a Siria en el 2017, además de los $5.6 billones que le brindó anteriormente. El mayor costo, pero también el más difícil de calcular, es el despliegue de tropas para proteger a Assad, incluyendo a miles de su Guardia Revolucionaria y aproximadamente 20.000 milicianos chiitas de toda la región. Esto no incluye el costo del petróleo y el de las armas.
Irán también financia a las fuerzas de seguridad iraquíes, incluyendo a la extrema milicia pro-iraní. Esto puede haberles costado más o menos $1 billón por año desde el 2014, según un estimado que dio un alto clérigo iraní al diario El Washington Post. La destrucción del califato del Estado Islámico reducirá presumiblemente la necesidad del apoyo iraní. Esto muy probable que significara también que los estados agentes iraquíes regresarán a sus cifras totales pre-Estado Islámico: aproximadamente $150 millones por año.
El grupo Hezbollah libanés es otro cliente que grava los recursos de Irán. El FDD publicó recientemente una evaluación exhaustiva del apoyo anual por Irán, que se cree es de $700 a $800 millones. Esto corrobora la evaluación que realizo el general más importante de Israel, el Jefe de Gabinete Gadi Eizenkot, quien también calculó la cifra en $800 millones.
Eizenkot también informó que Irán gasta 100 millones de dólares combinados por año en apoyar a los grupos de Hamás y la Yihad Islámica Palestina en Gaza. Esta cifra puede representar una disminución sustancial respecto a años anteriores, cuando fuentes diplomáticas le dijeron a Reuters que el apoyo a Hamás era solo de $250 millones al año.
Irán también apoya a los rebeldes Houthies en Yemen. En el 2015, el Secretario de Estado John Kerry dijo que Irán envió múltiples aviones carga repletos de asistencia a los houthies todas las semanas. Este año, los Estados Unidos confirmaron que el apoyo iraní incluye misiles balísticos. El valor de dicho apoyo puede variar desde varios millones de dólares por año hasta decenas de millones.
Dado que existe muy poca transparencia en Teherán, es difícil saber hasta qué punto estos costos son reflejados en las cifras presupuestarias oficiales. El presupuesto oficial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) es de $8,2 billones, sin embargo, es probable que reciba varios billones adicionales, además de los ingresos de sus empresas comerciales lícitas e ilícitas. Se desconoce qué parte del financiamiento del CGRI a las fuerzas extraterritoriales conocida como las Fuerzas Quds recibe. Además, otras organizaciones, tales como las controladas por el Líder Supremo Ali Jamenei, pueden financiar a Hezbollah y a otras organizaciones terroristas de sus propias cuentas.
Todo esto es una pesada carga para un país cuya economía es una quincuagésima parte del tamaño de la economía de los Estados Unidos y que continúa luchando con niveles mucho más altos de desempleo e inflación. El pueblo de Irán tiene toda la razón para sentirse indignado.
David Adesnik es director de investigación de la Fundación para la Defensa de las Democracias.