Irán bajo un escrutinio multidimensional – Por General de División (Retirado) Yaacov Amidror

Irán avanza, presentando un importante desafío de seguridad para Israel y los países sunitas moderados. Está invirtiendo sangre, figurativa y literalmente, en realizar sus aspiraciones de crear un corredor chiita hacia el mar Mediterráneo, fortalecer su influencia en la región a través de fuerzas milicianas, edificar una opción nuclear y amenazar a Israel.

¿Qué impulsa a Irán?

Irán bajo el actual régimen está motivado por tres razones fundamentales, cada uno en sí mismo es lo suficientemente importante y poderoso como para permitir que Irán movilice al pueblo iraní y pague el precio por sus políticas. En conjunto, Irán es un motor que actualmente no tiene paralelo entre los países musulmanes del Medio Oriente.

1. La división chiita-sunita es el primer motivo. Los chiitas se ven a sí mismos, casi desde el comienzo de la historia musulmana, como una minoría perseguida. Son una minoría que comprende el 15% de los musulmanes en general y los musulmanes en el Medio Oriente así como también (según la definición aceptada, en el área que se extiende desde el Estrecho de Gibraltar hasta Pakistán).

Este sentimiento se intensificó, en la mayoría de los casos durante los últimos siglos, con el surgimiento de estados naciones en el Medio Oriente. Incluso en países en los que formaron parte del grupo étnico más grande tampoco recibieron su parte justa en el gobierno. En Irak y Bahréin, fueron excluidos por completo del gobierno y en el Líbano recibieron la parte menos significativa de la torta gobernante (según la constitución libanesa, la posición del presidente del parlamento).

Por supuesto, en países en los que estos eran minoría, tales como Arabia Saudita, Yemen y Siria, no formaban parte del sistema de gobierno. Su estatus en Siria cambió cuando un clérigo religioso chiita (Musa Al-Sadr) reconoció a los alawitas, quienes nunca fueron considerados musulmanes, como correligionarios chiitas, en cierto modo como chiitas que se habían desviado demasiado, aunque hubo (y sigue habiendo) una verdadera controversia en torno a este tema.

La revolución de 1979 en Irán produjo un cambio drástico. Esta fue la primera vez en la era moderna en que clérigos musulmanes gobernaban un país, tomaban decisiones y ejercían su poder de gobierno en todas las áreas de la vida. Sin embargo, en contraste con los sueños de la “Hermandad Musulmana” (la organización sunita fundada en Egipto en la década de 1920), el cambio de significado político y religioso de hecho tuvo lugar en un país chiita. Para los líderes religiosos chiitas que gobernaron en Teherán, esta fue una oportunidad histórica y convirtieron la lucha chiita contra sus vecinos sunitas y sus líderes opresores en un componente clave de su política. Este fue también el mensaje que les sirvió para movilizar a las comunidades chiitas en la región.

Teherán ha convertido la lucha chiita contra los sunitas en un componente clave de su política.

Por lo tanto, activa y decisivamente estos invirtieron en comunidades chiitas en todo el Medio Oriente. La comunidad chiita en el Líbano es el ejemplo más destacado. También unieron fuerzas con los chiitas oprimidos en todo el Medio Oriente: con los chiitas en Irak bajo el gobierno de Saddam Hussein y con la minoría chiita en la provincia petrolera de Arabia Saudita que había estado relativamente tranquila hasta la revolución de Jomeini en Irán.

Tal como se mencionó, el mayor éxito de Irán fue en el Líbano, donde muy sagazmente aprovechó el hecho de que Líbano era a priori un país sumamente débil y que el poder de decisión en este país era Siria, su vecino dictatorial, gobernado por la minoría alawita (12% de su población en su mayoría sunita, hasta la migración en los últimos años luego de la guerra civil en Siria).

El modelo libanés de establecer una organización chiita armada que extrajo su poder de Irán fue el modelo preferido de los líderes religiosos de Irán. Hezbollah era prueba de los fuertes lazos entre la diáspora chiita e Irán y por transformar a la comunidad chiita en un brazo de ejecución con el propósito de “exportar la revolución”.

2. Irán le añadió a la visión chiita un espectro mucho más amplio, la de una revolución en la totalidad del mundo musulmán. Fue por esta razón que los iraníes no se opusieron a los grupos sunitas con inclinación revolucionaria. Por lo tanto, sus huellas eran evidentes en Sudán, donde no existen chiitas. Su éxito en Sudán fue corto. Obtuvieron una influencia tangible en el país, pero en los últimos años fueron dejados de lado, siguiendo los esfuerzos de Arabia Saudita y la preocupación por parte de los sudaneses de que Sudán pague el precio por su participación en la ruta de suministro de municiones entre Irán y la Franja de Gaza. La influencia de Irán llegó incluso a Argelia, al menos según las afirmaciones del gobierno argelino.

La preocupación respecto a la influencia chiita también fue expresada en Egipto, pero parecen haber sido infundadas. El mayor éxito de Irán entre los sunitas fue en realidad con una organización filial de la Hermandad Musulmana, el Hamás palestino. Esta organización recibió abundante ayuda iraní en forma de dinero, entrenamiento y armas. Los iraníes incluso estuvieron dispuestos a perdonar a Hamás por su traición a los alawitas y a los iraníes durante las batallas en Siria en el 2011-2012, solo para obtener otro bastión en la región y otro instrumento en su batalla contra Israel.

Por lo tanto, los iraníes tienen dos motivos entrelazados que sirven como faros en cuanto hacia dónde dirigen su energía revolucionaria en el Medio Oriente. Uno es reconstruyendo la posición de los chiitas en toda la región y colocándolos bajo las alas de Irán, a pesar de que no es un país árabe. El segundo es encender un fuego revolucionario para usarlo contra los líderes que buscan mantener el estatus quo en el Medio Oriente, para que los regímenes que apoyan a Irán también los reemplacen en el mundo sunita. Este último esfuerzo fue en su mayor parte un total fracaso excepto, tal como fue señalado, para las relaciones de Irán con Hamás.

3. No obstante, Irán no solo es impulsado por motivos chiitas y revolucionarios. No menos importante para entender a Irán es su memoria profundamente arraigada de Persia, que conecta a los líderes de Teherán con el sueño eterno de reconstruir el Imperio Persa. Este recuerdo es sobre una nación antigua, con una rica cultura, en una tierra expansiva y la gran frustración que se deriva de la postura inferior de Irán a pesar de su magnífico pasado. Este sentimiento también viene acompañado de grandes preocupaciones, el resultado de una historia compleja en el curso de la cual las fuerzas externas trataron de gobernar o influenciar a Irán en contra de su voluntad en la era moderna, el siglo XX, también. Durante la Segunda Guerra Mundial, los británicos virtualmente gobiernan directamente a Irán. Después de la guerra, los rusos capturaron partes del país e intentaron anexarlas a la Unión Soviética y en la década de los 50’ un golpe de estado apoyado por la CIA derrocó al gobierno que no era acorde con los intereses de Estados Unidos.

Los líderes de Irán no han renunciado al sueño de construir un Imperio Persa.

La combinación de orgullo por una parte y de ansiedad por la otra lleva a Irán a ser activo y sospechoso al mismo tiempo. Esta es también la razón por la que continuamente se le examina y estudia con gran temor en diferentes partes del mundo árabe. E incluso entre los chiitas, principalmente en Irak, hay quienes se oponen a Irán. El motivo de las tensiones entre árabes y persas todavía juega un papel en la política del Medio Oriente y no debe ser ignorado.

De esta manera, por ejemplo, la insistencia de Irán en Siria se debe a la importancia que se le atribuye a las relaciones con un país que apoya a Hezbollah, la organización chiita que es prioridad para Irán, así como también su compromiso con Assad, que apoya a Hezbollah y posee una conexión con Irán. Sin embargo, no menos importante, la flagrante participación de Irán en Siria debe entenderse como una expresión a su deseo de realizar un antiguo sueño persa y lograr, por primera vez desde los días del Imperio Persa, un acceso directo al Mar Mediterráneo y tal vez incluso a una base naval en sus orillas.

El Rey de Jordania Abdallah, ha hablado sobre una “Media Luna chiita” que atraviesa el mundo sunita y este sabe de lo que está hablando. Esta es la oportunidad de Irán de construir un corredor chiita, desde Teherán hasta el Levante, frente a la antigua “Media Luna Sunita” que actualmente está respaldado en gran parte por el principal rival de Irán, Arabia Saudita. Además, al borde de este complot, en las costas del Mediterráneo y al sur del Líbano, hacia donde es dirigida la Media Luna chiita, se encuentra el Estado judío: el estado que los líderes de Irán no pueden aceptar su existencia desde un aspecto religioso y su batalla contra este fortalece su legitimidad en el mundo árabe.

Elementos en los motivos analizados anteriormente se pueden encontrar en casi todas las empresas iraníes, tanto internas como externas y solo en conjunto pueden explicar el comportamiento agresivo de Irán, un país que no duda y no es reacio a asumir riesgos.

Irán avanza sus capacidades a través de cuatro esfuerzos paralelos: el esfuerzo por establecerse a si mismo económicamente y mantener el gobierno de las fuerzas conservadoras; el esfuerzo de mantener su programa nuclear y mejorar sus capacidades de misiles balísticos que le permitirán convertirse en un país con capacidad nuclear en el período posterior al acuerdo en materia nuclear; el esfuerzo de la Guardia Revolucionaria, principalmente en construir sus capacidades de intervención lejos de las fronteras de Irán, mientras utiliza milicias chiitas de varios países para promover sus intereses; y lo que parece ser un esfuerzo para desplegar células terroristas en todo el mundo, aunque recientemente su utilización en la realización de ataques terroristas casi se ha detenido en su totalidad.

El Esfuerzo Interno

El cambio radical en la capacidad de Irán para realizar sus aspiraciones de fortalecer su sistema interno se produjo tras la firma del acuerdo en materia nuclear liderado por los Estados Unidos de (julio, 2015). Irán comenzó a edificar lentamente su economía y las inversiones en su economía se han incrementado, aunque a un ritmo más lento de lo previsto inicialmente (por mi parte y para muchos otros en Israel, nos pronunciamos preocupados de que la participación de las entidades financieras en la economía iraní fuese más rápida). Sin embargo, la trayectoria es clara y, a medida que pasa el tiempo, más entidades y países se unirán a la prometedora aventura económica. El desarrollo económico no ha estado acompañado por reformas políticas o estructurales y por lo tanto Irán sigue siendo un país con una gran corrupción personal e institucional, con parte de su economía funcionando clandestinamente por entidades vinculadas a la Guardia Revolucionaria.

Teniendo en cuenta los problemas estructurales y la dependencia de Irán al mercado de la energía titubeante en los últimos años, existe un descontento interno, donde sin embargo no parece poner en peligro al régimen. Si el régimen logra movilizar los recursos económicos necesarios para fortalecer al país, que cada vez más pareciera ser este el caso recientemente, el agarre del régimen sobre el país mejorará y podrá fortalecerse, como ya ha comenzado a hacerlo y sus capacidades militares también, principalmente el sistema de defensa aérea del país.

Los iraníes entienden que un paraguas nuclear es su mejor póliza de seguro para la supervivencia del régimen.

El tema nuclear también debe verse y entenderse bajo este contexto. Los iraníes entienden que la garantía más importante para la supervivencia del régimen es un paraguas nuclear. La brecha entre el manejo de las capacidades nucleares de Irak y Libia, cuyos líderes fueron eliminados y la postura de evadir respecto a Corea del Norte, que se está convirtiendo en un estado con capacidad nuclear justo frente a nuestros ojos, lo prueba claramente. Para Irán, el acuerdo nuclear (julio, 2015) fue un evento decisivo que le permitió reincorporarse a la comunidad de naciones, sin embargo, por lo que se puede discernir, el liderazgo iraní no ha abandonado su sueño de obtener capacidad nuclear. Y tal como fue señalado, su determinación de desarrollar esta capacidad puede haberse fortalecido recientemente, luego de lo que parece ser un esfuerzo similar al de Corea del Norte está dando sus frutos.

Irán aprendió mucho sobre el tema de misiles de Corea del Norte. Existe un sinnúmero de rumores, que no han sido verificados, los referentes a la cooperación en el área nuclear, y los iraníes, sin duda, están estudiando las consecuencias del comportamiento de Corea del Norte y la respuesta de Estados Unidos y este proceso les insta a tomar el camino que conduce a obtener un arma nuclear. Algunos expertos sostienen que Irán no parece tener la intención de utilizar armas nucleares, sino solo el esfuerzo que lo llevará a convertirse en un estado con capacidad nuclear.

En términos prácticos, la importancia no es diferente, ya que un estado a punto de convertirse en un estado con capacidad nuclear es un estado cuyo camino hacia una bomba nuclear ya no puede ser detenido. La discusión sobre su capacidad nuclear solo gira en torno al cronograma, en otras palabras, la pregunta de cuánto tiempo tomará técnicamente producir un arma nuclear efectiva. Para el Estado de Israel, esto significa que Irán poseerá armas nucleares y el resto es solo una cuestión de semántica y nada más.

Como parte del comportamiento adecuado de Irán y el cumplimiento del acuerdo que firmó, este está desarrollando una impresionante capacidad de misiles. Esto es así ya que este problema no estaba de ninguna manera limitado por el acuerdo. Irán continúa desarrollando su próxima generación de centrífugas, porque el acuerdo le ha permitido hacerlo. Por lo tanto, al final del período correspondiente al acuerdo, tendrá la capacidad de producir centrífugas que sean al menos diez veces más rápidas, en otras palabras, el tiempo necesario para el enriquecimiento de uranio será al menos diez veces más corto. Por lo tanto, el acuerdo actual le otorga a Irán la legitimidad para preparar su capacidad de enriquecimiento de uranio y el dispositivo de lanzamiento de su arma futura, por lo que el período de transición hacia su capacidad nuclear militar efectiva desde el final del período del acuerdo será muy breve. El significado es que hacia el final del período del acuerdo no habrá forma de detener a Irán, excepto por la fuerza.

Cualquier alternativa diplomática, incluyendo el restablecer las sanciones, será lenta en relación a la proporción a la que Irán después del acuerdo poseerá armas nucleares. El objetivo de Irán es claro. Irán necesita el tiempo hasta el final del acuerdo, es decir, dentro de una década, para construir una economía fuerte, producir misiles de largo alcance que puedan portar ojivas nucleares, preparar centrifugas más rápidas y completar su sistema de defensa antiaérea, lo que hará imposible atacar sus activos nucleares que comenzarán a funcionar inmediatamente al final del período del acuerdo.

El esfuerzo por construir la economía de Irán y restablecer su programa nuclear es la base sólida que permite a los líderes de Irán realizar sus planes fuera de Irán.

El Esfuerzo Externo

Los iraníes no han dimitido y de hecho han intensificado su orientación de expansión y actividades paralelas a sus esfuerzos internos de fortalecimiento y mantenimiento a su opción nuclear. Tras la firma del acuerdo en materia nuclear por Irán, Rusia decidió enviar un importante poderío aéreo a Siria y operar con decisión en ese país, en plena cooperación con Irán y Hezbollah. Esta decisión favoreció a los iraníes que aprovecharon al máximo esta nueva situación y las nuevas circunstancias. Nadie planeó esto y ningún experto predijo este resultado originado del acuerdo en materia nuclear, pero los rusos lo entendieron como una acción de legitimidad para actuar en Siria, de la mano con Irán. Esto se refleja en el suministro de misiles tierra-aire S-300 y en combates conjuntos junto a Hezbollah y los iraníes en Siria.

Por lo tanto, Irán obtuvo una posición más oportuna y favorable en Siria en tres áreas: La propia Siria se convirtió en un tipo de protectorado iraní y casi todas las solicitudes iraníes han sido respondidas favorablemente por el régimen de Assad. Los sirios incluso estaban dispuestos a engañar a los rusos, a quienes se les prometió que las nuevas armas vendidas a Siria no serían transferidas a Hezbollah. Sin embargo, a pesar de esta promesa, tanto los supersónicos misiles crucero anti-naves (conocidos en los mercados de exportación como Yakhonet), así como también los nuevos misiles de defensa aérea fueron transferidos encubiertamente a la organización libanesa que sirve como el brazo extendido de Irán en la región. Los sirios asumieron un gran riesgo, incluso en enfrentarse con los rusos, con el propósito de complacer a Irán y a sus protegidos de Hezbollah.

Los propios iraníes continuaron armando y fortaleciendo a Hezbollah, principalmente al transferirle armas precisas que constituirán un cambio drástico en la capacidad de Hezbollah para poner fatalmente en peligro la seguridad de Israel. Según publicaciones recientes, los iraníes desean construir una planta de fabricación de armas que Israel tendrá dificultades para destruir y la producción de la planta eliminará gran parte de la necesidad de transferir armas a través de Siria, un área que está expuesta a los ataques israelíes. Israel no podrá permanecer indiferente a tal desarrollo. En un largo proceso y aprovechando la debilidad de Siria, los iraníes se esfuerzan por fortalecer las capacidades de Hezbollah en el Líbano y permitir que esta organización opere al mismo tiempo desde las bases que se construirán en Siria.

La intención de Irán es desarrollar y establecer en Siria una organización combinada entre Hezbollah y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria (además de las milicias chiitas del mundo chiita, de Irak, Pakistán y Afganistán, que operan bajo el liderazgo de Irán), una especie de estado dentro de un estado. Esto le permitirá a Irán, cuando sea necesario, actuar en contra de Israel desde dos frentes simultáneamente, Siria y el Líbano y si logra socavar la estabilidad en Jordania, también operará desde su territorio. Los iraníes enfocarán sus esfuerzos desde dos o tres áreas, mientras que Israel tendrá que expandir sus operaciones y capacidades entre estos.

Es importante entender la conexión entre los esfuerzos de Irán en el área nuclear y la expansión de las capacidades de Hezbollah y no solo porque el objetivo de estos dos compromisos es, entre otras cosas, la eliminación del Estado de Israel. En gran medida, al edificar las fuerzas de Hezbollah, los iraníes han creado una “situación similar a la de Corea”. Una situación interesante ha surgido frente al desafío que Corea del Norte se esté convirtiendo en un estado con capacidad nuclear. Entre los países de Asia Oriental actualmente alineados con Estados Unidos, el país que se opone firme y claramente a la utilización de la fuerza contra el norte es Corea del Sur, aunque supuestamente es el país más amenazado por su vecino del norte. La razón de esta “moderación” por parte del sur es la capacidad de Corea del Norte de causar un daño fatal a la capital del sur, debido a miles de baterías de artillería dentro del alcance de Seúl. Por lo tanto, la disuasión convencional – sirve el objetivo de edificar las capacidades nucleares del norte.

En gran medida, Irán está tratando de utilizar a Hezbollah precisamente por el mismo objetivo, una organización con el brazo extendido de Irán y que, para todos los efectos y propósitos, Irán controla. El poder de fuego de esta organización tiene como propósito disuadir a Israel a que actúe contra el programa nuclear de Irán, considerando el precio que Israel sufrirá por el arsenal de 120 mil cohetes y misiles que Hezbollah posee.

El poderío de Hezbollah está destinado a impedir que Israel tome medidas en contra del programa nuclear de Irán.

Por lo tanto, desde la perspectiva de Israel, la imagen debe ser vista en su totalidad y es importante entender el vínculo entre el que Irán mantenga su programa nuclear, el fortalecimiento de su control en Siria y el tema de armar a Hezbollah. Después de poseer capacidades nucleares militares, será más fácil para Irán tomar riesgos, actuar directamente contra Israel e incluso utilizar a Hezbollah, porque después de todo, nadie se arriesgará a combatir contra Hezbollah cuando este sea respaldado por su patrono con armas atómicas. Entonces, Hezbollah cambiará de una organización cuyo papel principal es disuadir, a una organización cuya función principal es hacer miserable la vida de Israel bajo el paraguas nuclear de Irán. Esta manera de operar fue mejor descrito por Nasrallah, que comparó la resistencia de Israel con la de una telaraña que, según sus palabras, resultará frágil y se derrumbará bajo el poder de un fuego masivo que atacará el frente interno de Israel.

Hezbollah se convertirá en una organización cuya función principal es hacerle miserable la vida a Israel bajo el paraguas nuclear iraní.

Para Irán, la siguiente etapa, la etapa que va más allá del fortalecimiento de su poderío en Siria y así servirle mejor a sus necesidades y a las de Hezbollah a fin de disuadir a Israel, es fomentar su visión de convertirse en una verdadera superpotencia. Es por eso que desea mantener una base aérea y aviones en Siria, así como también una base naval y una flota en el Mediterráneo. A medida en que el plan de Irán es coordinado con Rusia y si un fortalecimiento tan significativo por parte de Irán en el Levant y el Mediterráneo es de hecho parte de los intereses rusos, es una pregunta interesante para los cual no existe una respuesta acordada.

El agarre de Irán en Siria, que continúa su influencia significativa en Irak (directamente sobre el gobierno, e indirectamente debido a las milicias chiitas que desplegó en todo Irak, muchos de sus miembros no son iraquíes), claramente le permite convertir su sueño de la “Medialuna Chiita” en realidad.

Este es un esfuerzo geoestratégico de grandes consecuencias, porque luego de estabilizar el corredor, Irán se convertirá en el poder influyente en toda el área y países tales como Arabia Saudita, Jordania y Turquía tendrán que tomarlo en consideración e incluso encontrar formas de colaborar con este, a pesar de su gran preocupación por Irán. Si resulta evidente que nadie apoya a estos países y sobre este tema su mirada es dirigida hacia los Estados Unidos, su acción hacia la cooperación con Irán pudiera superar su deseo natural de defenderse y enfrentarse con el amenazante rival chiita persa.

Luego de solidificar el corredor chiita, Irán se convertirá en un poder influyente en toda la región.

La expansión iraní es vista en Yemen. Los hutías en Yemen, descontentos con el gobierno en Sana’a, están librando una guerra amarga, con el apoyo de Irán, contra los restos del antiguo régimen que se apoderó de Adén luego que la capital se desplomara. Los houthis también están combatiendo contra los aliados sauditas del antiguo régimen que vinieron en su ayuda para evitar que se edifique un estado subordinado a Irán en su frontera sur.

El éxito de Irán en Yemen, si se realiza, será de vital importancia, porque desde Yemen es posible amenazar la libertad de movimiento en el Estrecho de Bab el-Mandeb que conecta con el Canal de Suez. Esta es una vía fluvial internacional muy importante y una amenaza iraní al paso de las naves a través de este lo hace desviar de los estrechos límites de los conflictos en el Medio Oriente. Tal como se señaló, el éxito de Irán entre los sunitas se vio frustrado en Sudán y eso deja a Gaza, donde Hamás, un brazo de la Hermandad Musulmana, continúa recibiendo asistencia de Irán.

Este es un ejemplo del pragmatismo de Irán, su voluntad de cooperar con una organización sunita que religiosamente debería ser su odiado rival, para de esta manera crear otra amenaza contra Israel. Aparentemente, existen prioridades incluso entre los enemigos. Al mismo tiempo, Irán posee el control total sobre la organización Yihad Islámica Palestina, también una organización sunita en Gaza que este financia y equipa, para asegurar que Hamás estará bajo presión para continuar la lucha contra Israel y que Irán mantendrá su influencia sobre lo que sucede a diario en Gaza.

Ventajas y Debilidades de Irán

La gran ventaja de Irán en sus esfuerzos y acciones proviene de tres factores:

A. Luego de la revolución de 1979, Irán se convirtió en el líder de los chiitas en el Medio Oriente. Este logro es muy pronunciado en el Líbano, donde el líder de Hezbollah es también el emisario personal del Líder Supremo de Irán, y las relaciones entre el liderazgo chiita local y Teherán son muy estrechas. En Irak, con las dos ciudades más sagradas para los chiitas, y que tradicionalmente fue la sede de su liderazgo religioso, especialmente los chiitas árabes, hubo un cierto grado de oposición por parte de los clérigos religiosos.

La oposición fue para el enfoque religioso iraní que permite la mezcla del liderazgo religioso y el liderazgo político, así como la pretensión del líder de Irán (anterior y actual, Jomeini y Jamenei) de ocupar el puesto de supremo juez religioso, el que debe ser obedecido y como resultado, los clérigos iraníes de hecho, son los líderes de todos los chiitas. El liderazgo chiita en Irak ya fue debilitado durante el reinado de Saddam Hussein y es bastante claro que perdió en la lucha por la supremacía entre los chiitas en el mundo. El incorporar a las milicias chiitas de fuera de Irak, que generalmente reciben órdenes de Irán y su poder continúa incrementándose, estableció aún más la supremacía de los persas sobre el liderazgo árabe-iraquí.

B. Los sunitas, por otra parte, no lograron establecer un estatus de liderazgo similar y ningún líder sunita está dispuesto a bajar la cabeza ante el liderazgo sunita de otro país. Desde el punto de vista de los árabes sunitas, Egipto perdió la posición de liderazgo casi natural que tenía cuando era el país árabe sunita más grande, debido a su débil posición económica. Turquía, un país grande y fuerte, es despreciado por los árabes que todavía recuerdan el imperio otomano y los árabes no aceptarán Arabia Saudita, un país gobernado por una familia beduina, como un estado de liderazgo a pesar de su extraordinaria riqueza. Los otros Estados del Golfo son pequeños y luchan entre ellos y por lo tanto no son candidatos para liderar el mundo sunita. La brecha entre la unidad del liderazgo chiita y la fragmentación sunita es visible y muy significativa para la lucha entre sunitas y chiitas.

El mundo sunita no ha logrado establecer un liderazgo aceptado y reconocido por todos los países.

  1. Irán está dispuesto a invertir y asumir riesgos para lograr sus objetivos. Este no vacila en utilizar la fuerza, tanto en conflictos externos como internos. En el 2009, hubo protestas en Irán, algo así como un estallido de la Primavera Árabe que irrumpió un año después. Sin embargo, en Irán estas protestas fueron reprimidas con la sangre de los manifestantes cuyas demandas eran similares a las del mundo árabe, donde los regímenes fueron derrocados. Irán está involucrado en Siria, Yemen, Irak y el Líbano y la Guardia Revolucionaria participa realmente en la lucha. Los muertos de Irán son llevados a sus casas en ataúdes y esto no detiene a Teherán. Aunque hasta ahora han sido asesinados relativamente pocos combatientes, Irán no duda en utilizar su fuerza militar, mucho más allá del suministro de armas y una gran cantidad de dinero, para ayudar a sus aliados chiitas en todo el Medio Oriente.
  2. Irán posee una visión que conecta su deseo de cambiar la postura de los chiitas en relación a la significativa mayoría sunita, con el sueño persa de renovar los días del Imperio persa y avanzar la influencia de Irán como parte del gran sueño radical y las aspiraciones históricas de ser una superpotencia a escala regional y en un futuro incluso ir más allá. ¿Qué partes de esta visión provienen de una visión religiosa, chiita y cuál es el producto de la historia persa que se esfuerza por renovar sus días de gloria? Es difícil de discernir y en la práctica es menos importante, porque en realidad los dos elementos están interconectados.

El hecho que Irán esté dispuesto a pagar un precio, en sangre y en otros recursos y asumir riesgos, le da una ventaja verdadera sobre sus rivales en el Medio Oriente, incluyendo Israel. Todos sus rivales están a la defensiva, reaccionan ante las acciones de Irán pero no inician acciones. Esto también es válido para Arabia Saudita, que demostró determinación para salvar al régimen en Bahréin y su (hasta ahora) fallida intervención en Yemen en contra de Qatar. El mayor aliado de los rivales de Irán, Estados Unidos, está en proceso de retirada y la voluntad de estos países para invertir y asumir riesgos es ínfima.

De hecho, Rusia, que posee dificultades económicas, demuestra un impulso, porque también está dispuesta a invertir, a veces de manera decisiva. Esta diferencia se vio muy pronunciada en Siria, donde se enfrentaron grandes fuerzas, cada una de las cuales representaba a los diferentes partidos en la lucha chiita-sunita. Los iraníes no dudaron y no tuvieron escrúpulos, mientras que los sauditas, los estados del Golfo y Jordania vacilaron, los estadounidenses no decidieron y los rusos combatieron.

Cuando se hizo evidente para Israel que el bando sunita no tenía intenciones serias de actuar juntos y significativamente, este se interiorizo y no participó en la colosal lucha en Siria. Israel decidió cumplir con las actividades tácticas relacionadas a prevenir la transferencia de armas hacia Hezbollah y la construcción de bases iraníes o de Hezbollah del lado sirio en las Alturas del Golán. En contraste con el impulso iraní y su voluntad de invertir y tomar riesgos, la pasividad de sus rivales sunitas y la cautela de Israel son pronunciadas.

Debilidades de Irán

Irán posee puntos débiles que hasta ahora apenas han sido desafiados.

La economía de Irán depende de la exportación de energía en un mercado de compradores y no de vendedores y es fácil causar daños a este elemento crítico de la economía iraní. Los iraníes no son bien vistos en el mundo árabe e incluso en el Líbano hay mucho descontento ante el alto precio que la comunidad chiita paga en la guerra por los intereses iraníes y en el que los hijos de la comunidad participan diariamente en Siria. La lucha tampoco se ha decidido totalmente en Irak, aunque parece ser que los líderes iraníes dieron un paso acertado en la construcción de entidades fuertes en Irak sobre las cuales poseen un control total.

La lucha interna en Irán supuestamente ha finalizado y el acuerdo en materia nuclear con Estados Unidos (Al menos hasta que este sea cancelado) eliminó toda posibilidad de construir una oposición que será asistida por entidades externas en su lucha contra el régimen dictatorial que oprime a sus propios ciudadanos. Los Estados Unidos no entendieron cuánto necesitaba el régimen iraní de la legitimidad que recibió con la firma del acuerdo nuclear, su proyecto nuclear y su propia legitimidad, tanto interna como externamente. A diferencia de las evaluaciones de las entidades en Europa y los Estados Unidos, Irán después del acuerdo no es ni más democrático ni más abierto hacia sus ciudadanos y ciertamente no es menos hostil externamente.

No obstante, Irán, en su hambre de logros, tragó más de lo que este puede masticar.

Irán es un país con un pasado glorioso y fuertes mecanismos consolidados a lo largo de su larga historia que ha resistido desafíos difíciles; al mismo tiempo, este es un país corrupto en su núcleo, un país en el que aquellos cercanos al régimen disfrutan de la abundancia, mientras que muchos no tienen ni tendrán nada. Posee minorías que sienten que el estado no se preocupa por ellos y no es del todo seguro (y esto subestimándolo) de que todos los iraníes compartan la gran visión de los clérigos religiosos, que es realizada en parte a expensas del bienestar del pueblo iraní.

El problema es que es muy difícil evaluar el peso de estos puntos débiles e incluso es menos claro qué puede motivar a aquellos que se oponen al régimen a que actúen.

Resumen

Irán es un país en marcha tanto interna como externamente. Es el gran ganador de la guerra en Siria (como lo es Rusia, el miembro principal de la coalición ganadora). Y ahora desea realizar el siguiente paso con la intención de permitirle establecer un corredor terrestre hacia el Mar Mediterráneo y construir una base permanente en sus costas, tanto para su fuerza aérea como para su flota marina.

Luego que Irán integre estos logros (si acaso se materializan) y a pesar de sus debilidades internas, llegará el momento de avanzar a toda velocidad, hacia el final del acuerdo en materia nuclear, hacia la construcción de un paraguas nuclear. Este paraguas permitirá a Irán acelerar su posición como superpotencia regional y garantizar la existencia continua del actual régimen.

Desde la perspectiva de Israel, existe una clara conexión entre el apoyo de Irán a Hezbollah, como una organización cuyas capacidades convencionales se supone disuaden a Israel la cual se encuentra bajo la amenaza de más de 100.000 misiles y cohetes y la continua construcción de su poderío nuclear por parte de Irán. En el futuro, Hezbollah debe operar libremente contra Israel bajo la protección de un paraguas nuclear iraní.

No está claro cómo los Estados Unidos intentan obstaculizar las ambiciones hegemónicas iraníes y su impulso hacia la obtención de armas nucleares, a pesar de las declaraciones del presidente de los Estados Unidos sobre este aspecto. Tampoco está claro el cómo los Estados Unidos planean trabajar con actores regionales para este fin. La forma en que los Estados Unidos actúan en este serio tema es de una importancia mucho mayor a largo plazo.

Para Israel y los estados sunitas en el Medio Oriente, la realización de la visión iraní planteará un desafío crítico con ramificaciones de seguridad de importante alcance. Solo la concreta cooperación entre los rivales de Irán y los Estados Unidos permitirá frustrar las ambiciones de Irán.

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