Recientemente los medios de comunicación libaneses afiliados a Hezbollah informaron sobre una primera reunión en Alepo entre altos funcionarios militares rusos y comandantes de campo pertenecientes a la organización Hezbollah, en donde ambas partes acordaron continuar intercambiando opiniones regularmente. El itinerario de esta reunión, antes de la toma del poder del Presidente electo de Estados Unidos Donald Trump, parece haber sido una acción calculada y posee implicaciones importantes para Estados Unidos e Israel.
El 24 de noviembre, 2016 el diario libanés Al-Akhbar, afiliado a Hezbollah, informó que por primera vez altos oficiales militares rusos mantuvieron una reunión directa con los jefes de campo de Hezbollah. La reunión había tenido lugar en Alepo la semana anterior.
Según el informe, la reunión se realizó a través de representantes en salas operativas conjuntas en Bagdad y Damasco, e incluyó a oficiales militares sirios e iraquíes. La reunión se celebró a petición de los rusos y concluyó con un acuerdo Moscú-Hezbollah para convocar regularmente tales reuniones.
El informe indica que Rusia inició la reunión luego de quedar impresionados por los esfuerzos de Hezbollah en repeler el ataque rebelde sirio en Alepo occidental, el último octubre. Al-Akhbar agregó que el canal abierto entre las partes incluirá discusiones operacionales de programas militares y no abordará el conflicto entre Hezbollah e Israel.
Si Rusia realmente tiene intención de intensificar su cooperación militar con Hezbollah en Siria al mantener este canal, Israel debe actualizar la coordinación de seguridad entre el Primer Ministro Netanyahu y el Presidente Putin.
La guerra civil siria se ha transformado, desde hace ya un tiempo, desde una disputa local y regional hacia un conflicto de superpotencias a la par con otros puntos inflamables entre las superpotencias en la Europa Oriental, el Medio Oriente y Asia. Moscú ha estado constantemente preparada para defender sus intereses vitales en la arena siria, mientras que la política siria de la administración Obama ha sido mayormente tímida e indecisa.
El gobierno estadounidense ha proclamado persistentemente que Assad debe marcharse. En última instancia, sin embargo, este cedió y acordó considerar al dictador sirio como un actor legítimo en un gobierno de transición que se supone conducirá al país hacia un nuevo futuro. Rusia, consciente de la confusión estadounidense, comenzó en julio de 2015 a aumentar su presencia en Siria a través de una intervención militar escalada directa y ataques generalizados contra la oposición siria.
Hezbollah está sumido dentro del pantano sirio. Según el estimado de los opositores de Hezbollah en la comunidad chiita del Líbano, el número de muertos del grupo en Siria ha superado ya el umbral de las dos mil fatalidades. Hezbollah necesita una respuesta a sus críticos entre los chiitas libaneses y el mundo sunita más amplio, que lo acusa de participar en un genocidio y de dirigir sus armas contra los musulmanes en lugar de dirigirlas hacia Israel.
Es poco probable que un medio de comunicación libanes afiliado a un grupo chiita se haya filtrado en la reunión Hezbollah-Rusia. Las crecientes bajas de Hezbollah han contribuido a una disminución en la motivación de los jóvenes chiitas del Líbano para que se inscriban en sus filas y su participación en Siria le ha propinado un golpe en su postura pública – particularmente entre sus partidarios tradicionales, que han servido como una base importante para sus intereses políticos y sus actividad dentro del área de seguridad.
Un diálogo militar y operacional directo con Rusia le servirá a Hezbollah de tres maneras. Primero, este puede reforzar su imagen y presentarla como receptora de un reconocimiento y apoyo cada vez mayor como un actor operativo legítimo en la arena política siria. Segundo, señala a los críticos de casa que el número de víctimas fatales por los combates en Siria pudiera reducirse ahora que se ha establecido un canal directo con Rusia. Tercero, Hezbollah puede cosechar beneficios militares en la forma de mejores capacidades militares en zonas urbanas.
Esos beneficios le servirán a Hezbollah en su lucha contra Israel, tanto desde el punto de vista defensivo como ofensivo. En términos defensivos, el exponer a Hezbollah a las operaciones militares rusas puede mejorar significativamente su nivel general de preparación y competencia en lidiar con la infiltración de las fuerzas especiales israelíes. En términos de ofensivas, al aprender del ejército ruso, Hezbollah puede mejorar y racionalizar su doctrina militar y sus habilidades de combate, lo que dificultaría la capacidad de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para contrarrestarlas.
Precisamente por esta razón, el canal militar directo en Alepo entre Rusia y Hezbollah perjudica los intereses de Israel en el Líbano.
En el debate público en Israel sobre las implicaciones de la participación de Hezbollah en la guerra civil siria, el principal argumento a favor es que el desgaste humano de la organización y el hundirse en el pantano sirio juegan a favor Israel. Pero otros han advertido que al combatir en Siria, Hezbollah está mejorando sus capacidades de combate en las zonas urbanas.
Esas capacidades pueden ser usadas potencialmente por Hezbollah para repeler a las FDI de las aldeas libanesas, o enviar “fuerzas de intervención” hacia Israel con el fin de capturar áreas pobladas y preocupar a Israel a que combata en su propio terreno.
Además, aunque el informe especifica que el diálogo operacional entre Rusia y Hezbollah no abordará la lucha de la organización contra Israel, debería hacer sonar una alarma en Jerusalén. La coordinación en el área de seguridad alcanzada por el Primer Ministro Netanyahu y el Presidente Putin para evitar un enfrentamiento ruso-israelí se ha debilitado tras la entrada de los misiles S300 de Rusia a Siria en octubre, así como también el paraguas de defensa indirecto y no oficial provisto por Moscú a Hezbollah en Siria. Este paraguas explica probablemente el hecho que durante este último año ha habido menos informes de ataques israelíes contra Hezbollah en Siria.
Una mayor coordinación de seguridad entre Rusia y Hezbollah también pudiera ser una señal a la nueva administración estadounidense. Rusia tal vez desee transmitirle a Trump, cuya política futura en la arena siria todo el mundo desconoce, que está preparado para frustrar los pasos de los estadounidenses en Siria que no son de su agrado – en primer lugar cualquier intento de deponer a Assad. El fortalecimiento de las defensas aéreas por parte de Rusia y el endurecimiento de las relaciones con Hezbollah en Siria pudieran servir para prevenir cualquier intento por Trump de establecer una zona restringida de vuelos en Siria, tal como fue propuesto durante su campaña electoral.
Otro informe reciente en los medios de comunicación libaneses indicó que Hezbollah planea reforzar su poderío humano y armamento ante un extenso ataque terrestre sobre Alepo. Es posible que el eje Rusia-Irán-Hezbollah, ayudado por las milicias chiitas iraquíes, afganas y paquistaníes, busque establecer hechos sobre el terreno que atenten contra los planes de la nueva administración estadounidense para establecer una política ofensiva en Siria. Un canal de operaciones directas entre Rusia y Hezbollah puede facilitar el logro de este objetivo estratégico.
Yossi Mansharof realizó su doctorado en el Departamento de Historia del Medio Oriente en la Universidad de Haifa y es investigador en el Centro Ezri para Estudios del Golfo Pérsico e Irán.