Hamás está jugando con fuego – Yoav Limor

Todavía es temprano para hacer un resumen de las manifestaciones del “día de furia” de los palestinos, aunque después de un fin de semana de disturbios menores a los esperados, es justo decir, con toda la debida precaución, que en este momento dos cuestiones principales deberían preocupar a Israel: los cohetes desde Gaza y la amenaza de terroristas “lobos solitarios” provenientes de Judea y Samaria.

En términos generales, los disturbios han progresado como se esperaba. La Autoridad Palestina alentó a las masas a tomar las calles, pero la respuesta fue meramente parcial. El público palestino ya no tiene la energía necesaria para protestas a gran escala, y quienes buscaron la confrontación y la violencia se encontraron con una mayor disposición por parte de las fuerzas de seguridad israelíes y de la Autoridad Palestina, parte de las lecciones aprendidas de la intifada de “lobo solitario” de los últimos tiempos.

Las Fuerzas de Defensa de Israel desplegaron varios batallones para reforzar a las unidades que ya se encontraban en el área colocándolas firmemente en los puntos de conflicto habituales, fuerzas que controlaron los disturbios y que evitaron víctimas. Las Fuerzas de Defensas de Israel han empleado fuego real en una base extremadamente selectiva, adoptando medidas de dispersión antidisturbios que causaron heridas leves en la gran mayoría de los casos.

La coordinación con la Autoridad Palestina también ha sido excelente, un testimonio del deseo de la A.P. de garantizar que la violencia permanezca bajo control. Parece que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, está depositando sus esperanzas en la comunidad internacional (principalmente en los líderes árabes) para ayudar a los palestinos a seguir protestando contra la declaración del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.

En Gaza, hemos visto dos desarrollos simultáneamente, uno esperado y otro menos. Primero, las primeras manifestaciones lideradas por Hamás a lo largo de la valla fronteriza, incluidas las escaramuzas con las FDI. Mientras que el ejército estaba listo con fuerzas mejoradas, dichas fuerzas fueron sorprendidas por el nivel de violencia. El resultado, dos palestinos muertos y docenas de heridos, podría inflamar la calle y empujar a los manifestantes adicionales a chocar con las FDI a lo largo de la frontera.

El segundo y más sorprendente desarrollo fue el lanzamiento de cohetes contra Israel, principalmente sobre la ciudad sureña de Sderot. Aunque cada lanzamiento de cohetes fue perpetrado por grupos islamistas recalcitrantes (aparte del tiroteo en Sderot, cuya responsabilidad aún no se ha determinado), parece que, a diferencia de incidentes anteriores, Hamás no está intentando detenerlos. Esta es también la razón de la represalia relativamente masiva de la fuerza aérea contra los objetivos de Hamás: atacando dos fábricas de municiones, dos almacenes de armas y dos estructuras militares.

El objetivo de estos ataques aéreos es forzar el dilema que deben sentir los responsables de la toma de decisiones del Hamás. A partir del sábado por la noche, no estaba claro si habían recibido el mensaje. En la superficie, la organización terrorista no quiere escalar la violencia con Israel. Los pedidos del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, para comenzar otra Intifada probablemente no estaban destinados a los habitantes de Gaza, pero el hecho es que está jugando con fuego, por segunda vez en las últimas semanas – la primera fue la respuesta de la Yihad Islámica a la destrucción de su túnel subterráneo que podría conducir a un ojo por ojo con un potencial combustible enorme.

Esta será la prueba que debemos analizar en los próximos días: en Gaza, si el tiroteo continúa o se detiene y si los disturbios en la valla disminuyen; y en Judea y Samaria, si el alcance de las protestas continúan a la baja y, lo más importante… si se frustran los ataques de lobos solitarios, que podrían exacerbar las tensiones. Las Fuerzas de Defensa de Israel, por lo tanto, seguramente permanecerán en alerta máxima en ambos frentes hasta que los ánimos se asienten.

Para garantizar que esto ocurra, los palestinos deben recibir mensajes abiertos y discretos que contengan palos y zanahorias. En esta etapa, parece que estos mensajes han sido mejor recibidos en Judea y Samaria que en Gaza. Se necesita más tiempo para determinar si los eventos violentos de este fin de semana agotaron la indignación o si estamos al borde de otra ola de violencia.

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