El 31° aniversario de Hamás se vio marcado con una serie de ataques terroristas y una declaración oficial del líder de la organización Ismail Haniyeh, rechazando cualquier reconocimiento de legitimidad del estado judío. Esto provee pruebas adicionales, si es que alguna fuese necesaria, de la imposibilidad de llegar a un acuerdo, a largo plazo, con la organización.
En lo que se ha vuelto práctica común, la celebración de este mes del 31° aniversario de Hamás fue sucedida por una serie de ataques terroristas y una declaración oficial emitida por el líder de la organización Ismail Haniyeh, que prometió continuar la “resistencia” hasta que los objetivos de “libertad, liberación y retorno” se hayan logrado. La declaración se jacta que, a pesar de los intentos masivos por resquebrajar su voluntad y firmeza, Hamás ha logrado concentrar a los palestinos tras un plan político nacional para poner fin a la “ocupación sionista” y descarrilar el “Acuerdo del Siglo” esbozado por el Presidente Trump, considerado por la organización como una conspiración sionista-estadounidense con el propósito de socavar la lucha nacional palestina. Por lo tanto, “es nuestro derecho legítimo limpiar nuestra tierra de la ocupación mediante el uso de todos los medios permitidos por las leyes internacionales y nosotros tenemos el derecho a Jerusalén como la capital del estado de Palestina”.
Haciendo el mínimo esfuerzo por disimular su objetivo final de establecer un estado palestino sobre las ruinas de Israel en la totalidad de la Palestina Mandatoria, o su rechazo categórico a la idea de una condición de estado judío, a Hamás se le ve muy cómodo ante la insensibilidad de la comunidad internacional a sus actividades y hacia su visión genocida. De esta manera, por ejemplo, el flagrante fracaso de las Naciones Unidas para condenar los innumerables crímenes de guerra de Hamás a lo largo de los años (ya sea que haya disparado misiles y cohetes contra centros de población civil israelíes o haya realizado ataques terroristas directos) ha reforzado la creencia de la organización de que sus acciones terroristas son consideradas por la comunidad internacional como acordes a las “reglas legítimas de juego”.
Hamás está entusiastamente consciente que el cisma entre Cisjordania y la Franja de Gaza complica su capacidad de ir tras sus objetivos estratégicos y la declaración de Haniyeh critica a Fatah por socavar los logros de una reconciliación nacional que les permitirá a los palestinos resistir la “ocupación sionista” y el “Acuerdo del Siglo”. A su manera de ver, las maquinaciones sionistas en contra de los palestinos continúan a buen ritmo, incluyendo” la judaización de Jerusalén y de Cisjordania, el asesinato de cientos de palestinos, heridos por miles y el encarcelamiento de otros tantos miles de palestinos”. El hecho de contrarrestar esta “agresión” hace alarde a la declaración, Hamás ha llevado a cabo numerosos “actos de resistencia” que incluyen “decenas de operaciones con armas de fuego, así como también cientos de apuñalamientos arrollamientos y cócteles molotov que asesinaron e hirieron al enemigo. Así es como continuamos con la resistencia”.
Haniyeh concluye su declaración reiterando los principales preceptos de la visión de Hamás, en particular el establecimiento de un estado palestino con toda Jerusalén como su capital, la continuación de la “resistencia armada” contra Israel y el rechazo del derecho judío a la obtención de un estado. En su 31° aniversario, Hamás sigue tan comprometido como siempre con su visión genocida: “Yihad es yihad. O triunfamos o morimos como mártires”.
Shaul Bartal es investigador asociado del Centro de Estudios Estratégicos Begin-Sadat.
