¿Fue sorpresiva la decisión estadounidense de abandonar a los kurdos? – Por Coronel (Retirado) Dr. Jacques Neriah (Jerusalem Center for Public Affairs)

  • La retirada de las tropas estadounidenses de los territorios controlados por los kurdos al noreste de Siria ordenada por el Presidente Donald Trump no fue ninguna sorpresa para los kurdos.
  • Los kurdos estaban profundamente preocupados por las declaraciones del Presidente turco Erdogan de que tenía intenciones de reasentar a los 3 millones de refugiados sirios que actualmente habitan en Turquía en los territorios “liberados” por el ejército turco. Su promesa podía significar solo una cosa para los kurdos: una deliberada política de limpieza étnica.
  • Por lo tanto, para garantizar la supervivencia de los kurdos como nación y como poder político en la reconstrucción del futuro estado sirio luego de la guerra civil, la única alternativa lógica abierta para los kurdos era llegar a un acuerdo con el régimen de Bashar Al-Assad.
  • La decisión tomada por el Presidente Trump de abandonar a los kurdos ha redibujado el Medio Oriente, política y geográficamente, con profundas implicaciones negativas para los aliados de Estados Unidos en la región.

La retirada de las tropas estadounidenses de los territorios controlados por los kurdos al noreste de Siria ordenado por el Presidente Donald Trump no fue ninguna sorpresa para los kurdos. Los kurdos han estado esperando tales acciones desde mediados del verano 2019 y estuvieron preparando sus opciones en caso de que tales perspectivas ocurrieran. La única sorpresa llego al momento del anuncio de Trump.

Según fuentes cercanas a la oposición siria, los kurdos sirios se prepararon basándose en su convicción de que el objetivo de Turquía era apoderarse de los territorios controlados por los kurdos a lo largo de su frontera sur con el pretexto de combatir y erradicar los focos de terrorismo. Turquía buscó además declarar a la ciudad siria de Alepo como la capital y sede del Ejército de Liberación Sirio, un agente estado armado turco, financiado y entrenado por Turquía.

Además, los kurdos estaban muy preocupados por las declaraciones dadas por el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan de que tenía intenciones de reasentar a los tres millones de refugiados sirios que actualmente habitan en Turquía en los territorios “liberados” por el ejército turco. Su promesa pudiera significar solo una cosa para los kurdos: una deliberada política de limpieza étnica.

Se estima que toda la población kurda en Siria es alrededor de 27 millones, 3.5 millones localizados principalmente en las grandes ciudades, junto a una minoría residiendo en ciudades y pueblos que bordean las fronteras de Turquía, tales como Afrin, Kobani y Manbij. Una afluencia de casi 3 millones de refugiados (sunitas árabes) sin ninguna conexión en lo absoluto con la etnia kurda significaría la desaparición de la mayoría kurda en las áreas fronterizas con Turquía (que definitivamente son de gran interés turco). La zona desconectaría a los kurdos sirios de sus “hermanos” kurdos en Turquía y transformaría el cinturón fronterizo en una zona de seguridad turca, incluyendo una “zona de exclusión aérea”, anunciada también por los turcos.

Existen indicios claros de una situación muy desagradable: considerando la complejidad de las relaciones entre Estados Unidos y Turquía, los intereses estadounidenses en su aliado de la OTAN, las bases estadounidenses en Turquía, la indiferencia estadounidense ante el colapso de la autonomía kurda en Irak en el año 2017 y las múltiples declaraciones estadounidenses sobre un posible retiro del área “después de haber derrotado a ISIS”, los kurdos podían haber concluido fácilmente que los estadounidenses pudiesen considerarlos como un aliado innecesario. Un día, Estados Unidos podría abandonarlos para así crear confrontaciones con los turcos, los remanentes del Estado Islámico y el recuperado régimen sirio.

Por lo tanto, para garantizar la supervivencia kurda como nación y como poder político en la reconstrucción del futuro estado sirio después de la guerra civil, la única alternativa lógica abierta para los kurdos era llegar a un acuerdo con el régimen de Bashar Al-Assad. El acuerdo fue necesario a fin de preservar el estatus especial de los territorios kurdos, que representan casi el 30% del territorio de Siria, ya que la región fue abandonada por las fuerzas del régimen sirio en retirada en el 2012. Posteriormente, los territorios fueron declarados auto-gobernados y operados similarmente a un estado federal independiente.

La operación militar turca realizada en febrero, 2019 apodada “Rama de Olivo” y apoyada por unidades del Ejército de Liberación Sirio, atacó la ciudad de Afrin, una ciudad poblada por los kurdos hacia la parte noroeste de Siria que limita con Turquía. Según fuentes kurdas, la operación tuvo el consentimiento de los estadounidenses y rusos. La acción convenció a los kurdos y al régimen sirio de que era hora de reparar las cercas y contrarrestar la amenaza turca. De hecho, durante la operación, las unidades kurdas ubicadas en las partes orientales de Alepo cedieron sus posiciones a las fuerzas del régimen sirio por primera vez desde el comienzo del conflicto.

Aunque en el pasado se iniciaron contactos entre representantes de los kurdos y del régimen sirio junto a la celebración de reuniones en Qamishli y Damasco, estas reuniones nunca dieron lugar a una solución entre las partes. La situación cambió a mediados del 2019. Los kurdos iniciaron contacto con el régimen de Assad y cinco meses después, tuvo lugar la primera reunión publicitaria en Damasco el 26 de julio, 2019 entre una delegación kurda compuesta por el ala política de las Fuerzas Democráticas Sirias. La reunión finalizó con una declaración conjunta que pedía la creación de un comité conjunto “para elaborar las negociaciones y el intercambio de ideas y trazar una hoja de ruta que finalmente conduzca a una Siria democrática y descentralizada”.

Contactos kurdos-sirios en julio de 2019

Para el régimen sirio, los riesgos eran altísimos ya que existía la oportunidad verdadera de recuperar el territorio sin combatir contra los kurdos, que controlaban casi el 30% del territorio sirio. En conocimiento de que Estados Unidos, Rusia y Turquía seguían la situación con mucho cuidado, las dos partes se reunieron para discutir el futuro de las áreas autónomas en poder de los kurdos. Se presentaron ideas con el fin de encontrar intereses mutuos entre las demandas kurdas y el régimen sirio que acababa de recuperar el control de sus áreas del sur perdidas al comienzo de la guerra civil en manos de los rebeldes (la Cuenca Yarmuk, Quneitra y los distritos Suweyda).

La tarea de lograr un compromiso en la Tercera Conferencia del Consejo Democrático Sirio ya se le presentó a los kurdos en julio, 2018. Los kurdos adoptaron una fórmula para una “Siria democrática descentralizada” en lugar de unificar una solución federal, una solución que a priori fue mejor recibida por Damasco. Los kurdos predijeron un resultado positivo respecto a las negociaciones sobre el futuro de las zonas kurdas que limitan con Turquía. Según Riad Darar, copresidente del Consejo Democrático Sirio, los Estados Unidos sabían muy bien sobre las negociaciones con Damasco, pero no interfirieron con la decisión del Consejo. Mientras tanto, los rusos sirvieron en varias ocasiones como anfitriones en las reuniones, especialmente en su base militar ubicada en Hmeimim.

El hecho de que las tropas del régimen sirio, acompañadas por tanques rusos, ingresaran a las áreas kurdas en menos de tres días luego del comienzo de la ofensiva turca significa que los rusos y los sirios se prepararon logísticamente para tal evento. Estos estaban listos en cuestión de horas para desplegar y contrarrestar las incursiones turcas, lo que significa que los kurdos y los sirios bajo los amparos de Rusia finalmente, lejos de ser el centro de atención de los medios de comunicación, alcanzaron acuerdos de una solución al tema kurdo en Siria.

Los kurdos definitivamente no se sintieron sorprendidos por la decisión de los estadounidenses.

Cabe señalar que sin la decisión de Trump y la ofensiva de los turcos, al régimen sirio le hubiera costado más tiempo y considerables esfuerzos para recuperar la totalidad de su territorio. Ahora este territorio le fue entregado en bandeja de plata a Bashar Al-Assad por los dos enemigos que les hubiese gustado que Assad desapareciera de la escena pública y política. De hecho, la decisión de Trump de abandonar a los kurdos ha redibujado, política y geográficamente al Medio Oriente, con profundas implicaciones negativas para los aliados de Estados Unidos en la región.

 

El Coronel (ret.) Dr. Jacques Neriah, analista especial para el Medio Oriente en el Centro de Temas Públicos de Jerusalén, fue anteriormente Asesor en Política Exterior del Primer Ministro Yitzhak Rabin y Jefe Adjunto de Evaluación de los Servicios de Inteligencia Militar israelíes.

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