El propósito de este artículo es explicar las reencarnaciones del nombre “Palestina – Falestin”. Tratarlo desde sus orígenes, señalar cómo es que se ha convertido en un concepto puramente geográfico para castigar a los judíos rebeldes. Cómo se desarrolló en varias unidades administrativas y hoy es el término científico para lo que llamamos la “Tierra de Israel”.
Historia antigua
El término aparece por primera vez en los escritos del padre de la historia, Herodoto (Ἡρόδοτος, alrededor de 450 a.c.). En su gran ensayo “Historia”, define en un número de espacios a lo largo de su trabajo, la zona al sur de Fenicia, con el nombre de Siria Palistinah (Παλαιστίνη Συρία, Siria Palaistinê, con acento en la última sílaba). El significado del nombre: La región siria donde se asientan los filisteos.
Esta identificación se repite en las escrituras de los filósofos, geógrafos e historiadores griegos. El filósofo Aristóteles (Ἀριστοτέλης, por el 340 a.c.), en su libro “Meteorología”, menciona un “Lago en Paliestina, que si tiras animales o humanos dentro flotarán en vez de hundirse”(es de suponer, el Mar Muerto). Folmon, el geógrafo y filósofo de Atenas (Πολέμων Ο Αθηναίος, alrededor de 150 a.c.) en su libro “Historia de Grecia”, dice: “cuando el reino de Afis Ben Foronaos (padre e hijo se mencionan en la mitología griega), fue deportado de Egipto y el ejército egipcio eligió el lugar de residencia no muy lejos del árabe, en la provincia de Siria llamada Palæstina”. Veinte años más tarde escribe el geógrafo e historiador Agatargides Macenidos (Αγαθαρχιδης) “cerca de la isla (en referencia a la isla de Tirán), hay palmas que se extiende hasta la roca nabatea y hasta Palæstina”.
El filósofo judío Filón de Alejandría (25 a.c. – 45 d.c.), en su libro “Todo buen hombre es un hombre libre”, escribe: “Incluso en Palæstina y en Siria se echa en falta, también, la sabiduría y el modelo de carácter moral, como en los países que no están poblados por muchos judíos”. En su libro, “La vida de Moisés”, relata que su héroe “dirigió a su pueblo… a Palæstina, que se llamaba entonces como la tierra de Canaán”.
Flavio Josefo (Yosef Ben Matitiahu) menciona el nombre en sus obras, “Antigüedades de los judíos” y “Contra Apion”. Establece que Palestina es un territorio entre Siria y Egipto. El historiador Plutarco (Πλούταρχος, Ploútarkhos) cuenta que un rey armenio, Tigris II el “grande”, conquistó Siria y Palæstina. En otras palabras, él los ve como dos territorios separados. Así lo hacía también el geógrafo Pauzanias que recuerdan a los “fenicios que viven en Ashkelon, que que es en Palæstina”. En otra parte, él habla sobre los mejores dátiles que están en Palæstina.
Hacia el final del primer siglo antes de Cristo, comienza a aparecer el nombre en los escritos romanos, en forma de Siria Palæstina (Siria Palestina, con acento en la penúltima sílaba) y también como Palæstina solamente. La primera vez que se recuerda el nombre en su nombre en latín es en el poema del poeta romano Albios Tibolos (Albio Tibulo, vive en 55-19 a.c.): “Di cómo la paloma blanca, sagrado para los sirios, que pasa ilesa en las bulliciosas ciudades de Palæstina”.
El renombrado poeta romano Ovidio (Foblios Aobidios Naso Publio 43 a.c – 18 d.c.), menciona el nombre Palæstina en un número de poesías. Por ejemplo, en su metamorfosis, escribe: “Dractis de Babilonia es ese que los habitantes de Palæstina creen que se ha convertido en un pez, todo escamoso que nada en una piscina”. En otra pieza de otra poesía hace una reminiscencia de “Astraos, no era de Palæstina”. Palæstina es también recordada en otro poema suyo llamado Fasti.
Este término aparentemente se refiere, en aquel momento, al sur del país y no a su totalidad. Por ejemplo en “Historia Naturalis” de Plinio el Viejo (Cayo Plinio Segundo, de 23-79), el recuerda entre las ciudades de Palæstina a Rinokorurah (una ciudad con la nariz cortada, hoy en día El-Arish), Rafah, Franja de Gaza y Anatadon (hoy Gaza).
El uso generalizado del concepto de Palestina como una unidad geopolítica comenzó después de la revuelta de Bar Kojba (135 d.c.). Adriano, el emperador de Roma, impuso una serie de castigos a los judíos rebeldes y, entre otras cosas, cambió oficialmente el nombre del país en lugar de “Judea-Yehuda” para llamarlo Palæstina. Desde entonces, hasta el día de hoy, con cambios menores, ha sido el nombre oficial. El estado provincial de Palestina fue abolido e incorporado en la provincia de Siria, en adelante llamada Siria Palæstina, alrededor del año 300, el “Itinerarium Antonini Augusti” es una composición que describe el sistema de caminos en las estaciones romanas, las carreteras y estaciones en Palæstina también se mencionan.
El cristianismo adopta el nombre
Una influencia decisiva en la penetración del nombre latino en la conciencia europea fue uno de los libros básicos de la Iglesia cristiana. El autor fue Eusebios (Εὐσέβιος, Eusebio, 260-340), uno de los primeros padres de la iglesia, que sirvió como obispo de Cesárea en el siglo cuarto. Él es considerado el padre de la historia de la iglesia debido a sus escritos que documentan la historia temprana de la Iglesia cristiana. Su libro, “La historia de los mártires de Palæstina” trata sobre la persecución que sufrieron los cristianos en los días del emperador Diocleciano (reinado del 284-305). Este libro fijó el nombre, como el nombre de la Tierra de Israel en la conciencia cristiana, hasta el día de hoy.
El nombre se repite en los escritos de los historiadores y geógrafos romanos del siglo cuarto, como Euralios, Aaotrofios, Aminos, Markelinos y otros.
Incluso los peregrinos y escritores cristianos, los padres de la iglesia, usaban el nombre de Palæstina cuando se habla de Israel. San Jerónimo (Hieronymus Eusebio Sophronius Εὐσέβιος Σωφρόνιος Ἱερώνυμος), uno que vivía en Israel (347-420), quien tradujo las Escrituras al latín y fue uno de sus comentaristas canónicos, nos recuerda en sus escritos la historia de la Iglesia cristiana, y al obispo de Palæstina. En otro lugar (Carta Nº 129) define Jerónimo el término de la tierra: “Si se quiere definir los límites de la tierra prometida a Moisés, como se dice en el libro de Deuteronomio… al sur del desierto llamado Sinaí, el Kadesh Barnea al Mar Muerto, que se remonta a la pradera hacia el este y continúa hacia el oeste hasta el río de Egipto, es decir, hasta la ciudad de Rinokorurah (ver la forma correcta en los escritos de Plinio el Viejo). La frontera occidental es la playa de Palæstina, Fenicia, el frente de Siria y Cilicia al norte que son las montañas de Taurus hasta Hemet (actualmente Jamat, al norte de Siria); al este Hipos y el Lago Kineret conocido hoy como (Lago) Tiberíades y el río Jordán, que desemboca en el Mar salado que ahora se llama el Mar Muerto”.
La viajera Egeria, que peregrinó por el año 385, cita: ” Palæstina es la tierra de la promesa (a Abraham)”.
Juan Crisóstomo (Ἰωάννης ὁ Χρυσόστομος, 347-407), el más importante entre los Padres de la Iglesia (nota: Y uno de los pilares del surgimiento del antisemitismo), que sirvió como arzobispo de Constantinopla, escribió acerca de Abraham, que fue expulsado (¡!) de Babilonia a Palæstina.
El nombre Palestina adquirió un nuevo significado, con la gran reforma administrativa de Theodosius I, en aproximadamente el año 390. Como parte de la parte del Imperio Romano de Oriente, el país se dividió en tres distritos que llevaban el nombre de: Palæstina Prima (Palæstina Prima, centro del país), cuya capital era Cesárea, Palæstina Secunda al norte del país cuya capital era Scytópolis o Beit Shean y Palæstina Tertia (la tercera), al sur de Israel, Edom y el Sinaí con la ciudad de Petra como su capital.
En los siglos quinto y sexto, el nombre comienza a aparecer también en hebreo. En la interpretación del verso de Génesis 41 verso 54, “Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho: y hubo hambre en todos los países, más en toda la tierra de Egipto había pan. Y cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó á Faraón por pan”. En el Midrash Bereshit Raba, detallan que se trataba de hambre en Fenikia, Arabia y Palestini”.
En el Midrash Rabá Ika Lamentaciones, se indica en el primer capítulo: “Tres años y medio Vespasiano rodeó a Jerusalén y estaban con él cuatro Duques de Arabia, Duque de Africa, Duque de Alejandría y un Duque de Palestini”. El nombre aparece en el mapa de Poitinguer así como en el Mapa de Madaba, allí aparece la frontera entre Egipto a Palestinis (οροι Αιγυπτου και Παλαιστινης).
De Palæstina a Falestin
En el siglo VII fueron los árabes quienes adoptaron el nombre, aunque en un nuevo sentido. Como nuevos ocupantes, los árabes, después de la conquista de Siria y Palestina, no tocaron lo que existía en los días de la administración existente, desde la reforma de Teodosio I. Pero los nombres de los distritos fueron cambiados. El ducado de siria se llamó en adelante Balad al-Sham (el Levante del Norte). Las provincias de la Tierra de Israel también ganaron nuevos nombres. Palestina Prima fue llamada en árabe como Ejército de Palestina (Jund Palastin o Palastin), que significa “la Brigada Palastin”. Más tarde, el territorio de Jund Palastin también incluyó el Neguev y el Sinaí (hasta que el Sinaí fue transferido a los gobernantes egipcios). La parte norte del país, Palestina Secunda, recibió un nombre completamente nuevo, Jund al-Ordun (Jund Jordan), la Brigada de Jordania. Esto significa que a partir de ahora el marco geográfico, conocido como ‘Falastin’, se había reducido al centro y al sur del país. La identidad histórica, entre el nombre y todo el país, se conservó solo en las escrituras cristianas. Con los cambios al lenguaje latino, durante la Edad Media, el nombre “Palestina” cambia a la forma que la conocemos hoy. Por ejemplo, el viajante Obispo Arculfo (alrededor de 670) dice: “En Hebron, así dicen, no es sólo la primera de todas las ciudades de Palestina, sino también de las antiguas ciudades de Egipto”.
El Jund (Batallón) de Falestin era meramente un distrito administrativo, como parte de la provincia de Siria o Blad El-Sham y, como tal, se menciona en los escritos de geógrafos musulmanes e historiadores en cientos IX-XI. El historiador Ahmed Al Blad’ri nos señala que en los primeros años de la dominación árabe, eran las ciudades de Falestin… Gaza, Sebastia, Nablus, Cesárea, Lida (Lod), Yavne, Jaffa (Yafo), Rafah y Beit Guvrin.
Durante el reinado del Califa El-Walid bin Abdul El Malek (que gobernó entre 705-715), se estableció una nueva ciudad en la región que se llamó Ramle (nombre completo: Estado de Al Ramla). La ciudad fue establecida para ser la capital de Jund Falestin. En ese momento era común llamar a las capitales de las provincias del Califato, junto con el primer nombre, también con el nombre de la provincia subordinada a ella. Por ejemplo, Damasco también era llamada “Al Sham” y Cairo también fue llamado “Estrecho” (Metzar). El uso de estos nombres continúa hasta el día de hoy.
En consecuencia, la ciudad de Ramla también fue llamada “Falestin” por sus contemporáneos. A veces no está claro si se menciona a este nombre como a un distrito o por la ciudad. Un ejemplo de ello son las palabras del viajero persa, Natzer Heisro que visitó el país en 1047 y que señala: “La ciudad de Ramla es conocida en Siria y Occidente con el nombre de Falestin”.
Es interesante notar que encontramos la identificación de Falestin con Ramla, cientos de años después que el distrito dejó de existir. En las cartas encontradas en el archivo de El Cairo, que fueron escritas en árabe judío, son llamados tanto la ciudad como el distrito como “Falestin”.
Fuentes hebreas del periodo identificaron al Jund Falestin con la “tierra de Plishtim (Filisteos)” de la Biblia (Éxodo 17 XIII; Jeremías, Twenty-20). Respectivamente, Ramla se identificó con Ekron y más tarde con la ciudad de Gat de los filisteos. En el libro de comentarios al Talmud, “Ha-Aruj”, Nathan ben Yejiel Romano (1035-1106) nos recuerda en la literatura midráshica por su nombre, “Palestini”.
En la época Cruzada y tras ella…
Con la ocupación de los cruzados del país, dejó de existir oficialmente el término Falestin, pero el nombre mismo vuelve a aparecer, tanto en los escritos musulmanes y cruzados. En el mapa del mundo, elaborado por el geógrafo musulmán, Muhamad A-Adrisi coloca a “Falestin” el centro del mapa (foto abajo).
Los historiadores cruzados se refieren al país como se la conoce hoy: Palestina. Fulcherii Carnotensis, que fue uno de los participantes en la primera cruzada, escribió en su libro “La historia de Jerusalén” (aproximadamente en el año 1127): “Nosotros, los occidentales, nos hemos convertido en los del este, el que era romano o un Frank se convirtió, en este país, en un hombre de Galilea o de otro pueblo de Palestina. El viajante Fetellus escribió alrededor del año 1130: “La ciudad de Jerusalén se encuentra en las montañas de Judea en la provincia de Palestina”. Otro viajante, Johannes Focas menciona en el año 1177 los lugares sagrados de Palestina. El nombre “Palestina” es recordado en el trabajo del arzobispo de Tiro, William (Willelmus Tyrensis llamado “La historia de las medidas adoptadas a través del mar”, en donde describe la historia del reino cruzado en Israel.
Cuando el país regresó al dominio musulmán (1187 en adelante), no volvieron a usar el Jund Falestin. Sin embargo, el nombre siguió como parte de una memoria histórica durante siglos. El geógrafo historiador Abu al-Fadaa (1331-1273) escribe: “El Río Abi Peters (Yarkon) es un río que fluye cerca de Ramle en Falestin”. Ashtori Ha-Parji en su libro “El botón y una flor”, dice Ramla – que la localiza como la bíblica Gat, la llaman Falestin.
El nombre Falestin-Palestina es repetido por un gran número de reporteros musulmanes y cristianos por igual, a lo largo de la Baja Edad Media. Entre los musulmanes cabe mencionar como un ejemplo al historiador Eben Haldon (1332-1406). De los pasajeros y peregrinos cristianos se cuenta a Jacob Moronh (Jacopo da Verona 1355-1443) y al monje de origen alemán Félix Fabri que visitó el país a finales del siglo XV. Claramente, el nombre Falestin-Palestina no fue olvidado incluso cuando el área había perdido su importancia y su nombre como una unidad administrativa.
Durante el gobierno Otomano
Durante los siglos XVI-XVIII los nombres latinos y en árabe son mencionados en docenas de fuentes (nota – aunque el territorio no era llamado ni en los días de los musulmanes Mamelucos ni en los Otomanos como Palestina). Unos pocos ejemplos bastarán. En 1565 el cartógrafo, matemático-astrónomo alemán Tilemann Stella publica el “Mapa de la Tierra Santa, la tierra de la promesa, que es parte de Siria”, la sección es llamada Palestina. En 1570 publicó el primer atlas moderno de la historia, Theatrum Orbis Terrarum elaborado por el cartógrafo flamenco y padre de la cartografía moderna, Abraham Ortelius y aparece un mapa titulado: “Palestina, una nueva descripción de toda la tierra de la promesa”.
En 1594 el Rabino Uri Ben-Shimon, editado por el converso Jacob Cristman, elaboró un calendario de los judíos en Israel y el mundo (Calendarium Palaestinorum Et universorum Iudaeorum) que fue escrito en latín. En la portada y en su portada decía: “El autor, el rabino Uri Ben-Shimon, un judía de Palestina (Auctore rabino Ori filio Simeonis, Iudeo Palaestino)”. Está claro, no sólo a los ojos de los cristianos y musulmanes, sino también a ojos de los judíos del mundo, era llamada la tierra por su nombre cotidiano “Palestina”.
En 1647 fue publicado en un libro escrito por el geógrafo persa, Tzadk Asfhani, que decía: “Falestin, una región de Siria, Damasco y Egipto con Ramle, Ashkelon, Beit Al-Makdes (Jerusalén)…”. Dos años después el célebre pasajero turco Aolih Tz’lbi señaló: “Todos los libros de historia llaman a esta tierra Falestin”. En 1747 un periódico en Inglés, The modern Gazetteer señalo que Palestina está en la parte asiática de Turquía… y al lado del Monte del Líbano Monte… con el Hermón al Este… (sic) y el Monte Sair al sur”.
A partir de los mapas del siglo XVIII abunda la utilización del nombre “Palestina” pero en los mapas en inglés aparece “Palestin” y en los turcos como “Falestin”.
En la época moderna
El creciente interés por el estudio de Oriente desde principios del siglo XIX, y por Israel, en particular, llevó a la creación de institutos de investigación dedicados al estudio de la tierra y lleva el nombre de “Palestina”. Cientos de libros de estudios y viajes publicados en el siglo XIX fijaron el nombre científico del país.
En 1804 se formó la primera institución de investigación, denominada “Asociación Palestina” y su objetivo era “promover el estudio de la geografía, la historia, la naturaleza, la antigua y la antropología de Falestin y su entorno”. En 1865 se fundó en Londres el Fondo de Exploración de Palestina, conocido como el PEF. En la traducción de su nombre al hebreo, la compañía se llama Fondo de Exploración de Israel. Pero en ninguna publicación de la compañía aparece este nombre. El fondo publicó una revista, que existe hasta el día de hoy y se ocupa del estudio de la tierra. Poco después, se fundó el Deutsche Palästina-Vereins, el equivalente alemán.
Entre los muchos libros publicados en el siglo XIX, sobresale el de Abraham Rees (1819), una enciclopedia que trata sobre una gran cantidad de campos. También notamos el libro del geógrafo alemán Ernst Friedrich Karl Rosenmüller de 1823: “La geografía de Palestina (Geographie von Palästina)”; El importante estudio de Edward Robinson, que lleva su nombre, fue publicado en 1841: “Investigaciones bíblicas en Palestina, el monte Sinaí y Arabia Petrea”; El libro de Walter McLeod, The 1850, The Geography of Palestine; Bibliografía escrita por el renombrado erudito suizo Titus Tobler, “Bibliografía Geographica Palæstinae”.
Al final de la dominación otomana, el término “Palestina” comenzó a ser utilizado por el público árabe educado, tanto si significaba que trataban sobre la Tierra de Israel o sobre el distrito de Jerusalén solamente (nota – como puede verse, el nombre era esencialmente cristiano-europeo). Cuando se establece en 1872 el distrito independiente de Jerusalén, que incluía el Belén, Hebrón, Beer Sheva, Gaza, Jaffa y Ramle, se le dio el nombre de “Falestin”. En la región administrativa otomana tardía no se incluyeron a Samaria, Carmel, Galilea y los valles que pertenecían al Vilayato de Damasco y Sidón.
También los judíos educados adoptaron este término. Para mediados del siglo se publicó el primer libro de estudio en hebreo, “Tabuot Ha-Eretz” (4 partes, 1843-1861) escrito por el Rabino Joseph Schwartz (1804-1865) merece el título de “Tierra de Israel primeros eruditos judíos en la era moderna”. En el libro fue agregado un mapa escrito en alemán, donde el país se llama, en forma alemana, “Palästina”. El libro ha sido traducido en varios idiomas. En la traducción al inglés del rabino Yitzhak Lisser, leemos el libro “Descripción y bosquejo histórico de Palestina”. Este libro y sus sucesores, y los estudios nos indican que entre los judíos de Europa el nombre de Palestina se usaba y comienza a aparecer en la literatura hebrea como “Palestina” – el nombre oficial del país.
También el movimiento sionista adoptó el término. En 1902, la Sociedad Anglo-Palestina (La Sociedad Anglo-Palestina Company) se levantó como una subsidiaria de la Organización Sionista Mundial, que se convirtió en el “Banco Anglo-Palestino”. El nombre Palestina, en una u otra versión, sirvió a la Organización Sionista durante décadas.
A lo largo del siglo XX, con el surgimiento del movimiento nacional árabe, comenzaron sus portavoces a usar el nombre “Falestin” en el sentido moderno: el término árabe para lo que los judíos llamaban la “Tierra de Israel”. En 1911, dos periodistas, los primos Issa al-Issa y Yusuf al-Issa, comenzaron a publicar un periódico llamado “Falestin (Palestina)”. El objetivo final de sus editores, ambos cristianos nacidos en Jaffa (Yafo), era luchar contra la invasión sionista de la tierra. Este periódico, que existió hasta 1967, fue una de las primeras expresiones del movimiento nacional palestino. Cabe destacar que hasta la Primera Guerra Mundial, este movimiento incluía solo un puñado de intelectuales.
En la Declaración Balfour y en el Mandato Británico, también se mencionó la Casa Nacional del Pueblo Judío en Palestina. El término “Tierra de Israel” no se menciona en absoluto, no en los memorandos oficiales de la Organización Sionista, ni en ninguna discusión o decisión relacionada con la Tierra.
Es por ello que se determina que el nombre oficial del país, bajo el dominio británico, fue aprobado en tres idiomas como lenguas oficiales del mandato, como Palestina o en árabe Falestin. La presión de las instituciones sionistas para cambiar el término hebreo a “Eretz Israel” no ayudó. Como compromiso parcial, las autoridades Mandatorias acordaron agregar las iniciales “E.I (Eretz Israel)” al nombre “Palestina” entre paréntesis.
La Declaración Balfour condujo al fortalecimiento del nacionalismo entre los árabes del país. Sin embargo, esto era generalmente una forma de nacionalismo panárabe, no la definición del movimiento nacional palestino. En 1920, se estableció el primer cuerpo político representativo de los residentes árabes de Israel, el Comité Ejecutivo árabe. Su propio nombre prueba que aún no habían captado un nacionalismo palestino separado como un lugar en el pensamiento nacional de los árabes del país.
El punto de inflexión se produjo después de los acontecimientos de 1929 (“los acontecimientos o disturbios”), el Libro Blanco de Passfield (1930) y las leyes de McDonald, que terminó desestimandoo la validez del Libro Blanco. Acto seguido comenzó a cambiar el enfoque de los líderes nacionales árabes. En esos años comenzó a formar una identidad nacional palestina. . en 1935 se estableció el “Partido árabe de palestina”, que era la principal organización política del país árabe y sus miembros estaban entre los organizadores de la gran huelga (del 4 de octubre de 1936), e iniciaron el establecimiento de un “Comité El Supremo árabe (el Comité Árabe Superior), el liderazgo nacional acordado de los palestinos y la revuelta árabe – al-Thawra al-Arabiya, la revolución árabe. La revuelta árabe (no palestina) en 1936-1939. Con estos nombres se puede concluir que para el final de la cuarta década del siglo XX, todavía se debatía entre los árabes si ellos poseían una identidad árabe aparte aunque no había dudas sobre las fronteras de la Palestina: la región entre el río Jordán y el mar Mediterráneo.
Resumen
Vimos que el nombre Palestina se origina en las escrituras de Herodoto. Fue utilizado por escritores en el período helenístico. Desde el siglo primero antes de Cristo, comienza a aparecer en los escritos con su nombre latino. En el año 135 más o menos, se convirtió en el nombre oficial de la región, anteriormente llamado “Judea-Iodah”. El nombre aparece en los escritos de los Padres de la Iglesia y la administración romana y más tarde en los días del gobierno bizantino. Incluso en los Midrashim Judíos, en hebreo y arameo, el lugar es conocido como la región de Palestina.
Con la conquista árabe, el nombre se convirtió en su versión árabe. La letra P acentuada es reemplazada porque un acento diferente ya que no existe la P en árabe. Es importante enfatizar que en la administración árabe, el nombre solo se refirió a parte del país.
La identificación del país o parte del nombre “Palestina” en sus diferentes formas, es un fenómeno permanente a lo largo de la Edad Media, tanto en los escritos europeos, en escritos musulmanes y en los escritos judíos. A medida que pasaba el tiempo, el término Palestina fue aceptado por todos.
Así que no hay argumento para afirmar que los nombres “Falestin”, “Palestina” son una invención moderna. Era, en diversas variaciones, la identidad de la región desde los días romanos (aunque los musulmanes Mamelucos y Otomanos no lo usaban administrativa). El uso político de un nombre está más allá del alcance de este artículo.
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