RESUMEN: El mandato de Angela Merkel como la Canciller de Alemania está llegando a su fin. Si bien ella siempre mostró gran empatía por los judíos de Alemania, su decisión del 2015 de abrirles las puertas del país a los inmigrantes condujo a la afluencia de aproximadamente millón y medio de personas (hasta ahora), principalmente de países musulmanes lo que, a cambio, ha fortalecido el antisemitismo existente en Alemania. Helmut Kohl, quien fue primer ministro del PDC entre los años 1982 y 1998, permitió el fortalecimiento de la comunidad judía alemana a través de una importante inmigración de Rusia. El legado de Merkel, por el contrario, bien puede ser una disminución sustancial de la comunidad judía alemana que ahora considera emigrar.
Hace unas pocas semanas, la Canciller federal alemana Angela Merkel ya no es la presidenta del Partido Demócrata Cristiano (PDC) y no se presentará a las elecciones para el cargo que ha ocupado desde el año 2005. A medida que su mandato al timón de Alemania llega a su fin, los medios de comunicación han comenzado a analizar su desempeño y especular sobre su legado.
Por lo tanto, este es un buen momento para comenzar a analizar el legado de Merkel en lo que respecta a cómo influyó sobre la comunidad judía de Alemania. El anterior líder del PDC Helmut Kohl, quien se desempeñó como canciller entre los años 1982 y 1998, permitió que unos 170.000 judíos rusos emigraran hacia Alemania. Como resultado de esa política, Alemania posee de nuevo una importante comunidad judía. La ya organizada comunidad judía del país cuenta actualmente con cerca de 100.000 miembros (lo cual es, sin embargo, apenas algo más del 0.1% de la población de Alemania).
En términos de retórica, Merkel siempre ha apoyado a los judíos de Alemania. En noviembre, 2018 tuvo oportunidad de hablar en la gran Sinagoga de la Rykestrasse en Berlín con motivo del 80avo aniversario de la Kristallnacht y dijo: “La vida judía florece nuevamente en Alemania. Un regalo inesperado para nosotros después de la Shoah… pero también estamos presenciando un preocupante antisemitismo que amenaza la vida judía en nuestro país”. Ella agregó, significativamente, que la violencia contra los judíos cometida por militantes de extrema derecha o musulmanes se está incrementando en Alemania.
Hace aproximadamente un año, Merkel no hubiese mencionado a los musulmanes entre los culpables de actos antisemitas, aunque en realidad han sido responsables de una proporción sustancial de estos durante años. Eso cambió en diciembre, 2017 cuando los musulmanes quemaron una bandera israelí en Berlín. El video le dio la vuelta al mundo y creó asociaciones a las muchísimas más graves quemas de libros que sucedieron bajo el gobierno de Hitler.
Varios políticos comenzaron a reconocer el antisemitismo musulmán y luego de un tiempo, Merkel tuvo que hacer lo mismo. Aún así, las estadísticas alemanas sobre incidentes antisemitas siguen siendo fuertemente manipuladas. Los actos antisemitas cometidos por individuos no identificados son atribuidos rutinaria y frecuentemente de manera incorrecta, a la extrema derecha.
A finales del 2018, la Agencia de Derechos Fundamentales (ADF) publicó un estudio titulado ‘Experiencias y Percepciones Sobre el Antisemitismo’. El estudio proporcionó datos sobre el cómo los judíos autodefinidos en 12 países de la Unión Europea ven y experimentan el odio hacia los judíos. El informe provee datos relativos importantes, aunque en términos absolutos no es estadísticamente significativo. Aunque algo detrás de Francia en este tema, Alemania fue uno de los cinco países donde la gran mayoría de los entrevistados consideraron el antisemitismo como un problema mayor.
En comparación con un estudio anterior de la ADF del año 2012, una proporción mucho mayor de judíos hoy ve el antisemitismo como un problema y todos los entrevistados dicen que este problema ha aumentado en los últimos cinco años. Alemania también se encuentra entre los países de Europa donde las expresiones de hostilidad hacia los judíos en la calle y en otros espacios públicos son consideradas un problema mayor o bastante mayor.
La mayoría de los encuestados alemanes dijeron que escuchan regularmente la declaración de que “los israelíes se comportan como nazis hacia los palestinos”. Un número significativo también ha escuchado declaraciones negativas sobre los judíos en eventos políticos o sociales. Alemania también se encuentra entre los países con el nivel más alto de judíos familiarizados con incidentes antisemitas, ya sea como testigos o a través de su círculo de familiares y amigos cercanos.
La mayoría de los judíos alemanes dicen que les preocupan los insultos verbales y el posible acoso a futuro, o que un miembro de la familia o un amigo cercano puedan ser objeto de insultos o acoso verbal o físico. Muchos judíos alemanes evitan ciertos lugares en su área local o vecindarios, al menos ocasionalmente, porque no se sienten seguros allí como judíos. En Hungría, Bélgica, Francia y Alemania, una gran minoría de los encuestados indica que han considerado emigrar en los últimos cinco años porque no se sienten seguros en el país siendo judíos.
En diciembre, el comisionado para el antisemitismo en la comunidad judía de Berlín Sigmount Königsberg, dijo que el tema de la emigración se presenta cada vez más en las decisiones de la comunidad judía. Este añadió que todos los rincones de Berlín se han vuelto potencialmente peligrosos para los judíos.
Desde un punto de vista administrativo y político, Merkel gobernó bien a Alemania hasta el 2015. El país soportó los grandes desafíos de la crisis económica mundial del 2008 sin muchos problemas. Bajo su mandato como canciller, el dominio de Alemania en la Unión Europea aumentó. Ella logró que su candidato, el ex-primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker, pasara a ser presidente de la Comisión de la Unión Europea.
Sin embargo, su legado puede verse fuertemente influenciado por una sola y fatídica decisión: el abrir las fronteras de Alemania a los inmigrantes en septiembre del 2015. Desde ese entonces, aproximadamente millón y medio de inmigrantes han ingresado al país. Muchos vinieron de países musulmanes, en particular de Afganistán, Irak y Siria. Merkel juzgó mal el alcance de los problemas que tantos no-europeos traerían consigo y la capacidad de absorberlos dentro de la población alemana.
El conteo oficial es que existen tres o cuatro incidentes antisemitas a diario en Alemania. Probablemente se produzcan muchos más, esto sin embargo no sale a la luz pública ya que muchas de las víctimas no denuncian estos casos. Los judíos alemanes se sienten cada vez más afectados por dos fenómenos amenazadores: la gran proporción de antisemitas entre los inmigrantes musulmanes y sus descendientes y la revitalización de la extrema derecha antisemita. Incluso si la situación no empeora, esta ya es mala y es poco probable que mejore.
La Fundación Hanns-Seidel estudió las actitudes de los inmigrantes en el estado federal alemán de Baviera. Esta encontró que más de la mitad de aquellos de Siria, Irak y Afganistán creen que los judíos poseen “demasiada influencia” en el mundo.
Un estudio realizado por el historiador Gunther Jikeli sobre los inmigrantes sirios e iraquíes en Alemania comisionado por el Comité Judío-Americano fue resumido así por el director de la organización en Berlín Deidre Berger: “Hasta ahora, los informes de que muchos de los recién llegados a Alemania defienden el antisemitismo han sido en gran parte anecdóticos. Pero este nuevo análisis científico muestra que el problema está muy extendido en las comunidades de refugiados de Siria e Irak. Las actitudes antisemitas, los estereotipos y las teorías de conspiración son muy comunes, así como también un rechazo categórico por muchos al Estado de Israel”.
El recién nombrado comisionado encargado del tema sobre el antisemitismo en Alemania Felix Klein, ha dicho que no le sorprende que muchos judíos alemanes estén debatiendo si marcharse o no del país. Esto conduce a una pregunta preocupante: Mientras el Canciller Kohl permitió incrementar el desarrollo de una mayor comunidad judía a través de la inmigración, ¿será el legado de la Canciller Merkel una comunidad judía disminuida sustancialmente a través de la emigración?
El Dr. Manfred Gerstenfeld es investigador asociado principal en el Centro BESA y ex-presidente del Comité Directivo del Centro Jerusalén para Asuntos Públicos. Este se especializa en las relaciones entre israelíes y europeos occidentales, el tema del antisemitismo y anti-sionismo y es autor del libro ‘La Guerra de un Millón de Recortes.