El Coronel (res.) David Hacham dice que, tras la muerte de Abbas, puede surgir el caos y la violencia si no se materializa un cambio de guardia fluido, y enfatiza que si Israel no toma represalias contra Hamás en Gaza, fortalecerá la posición del grupo terrorista en Cisjordania.
Israel debe mantener una firme política de represalias contra Hamás en la Franja de Gaza para evitar que la organización terrorista fortalezca su estatus en Cisjordania, dijo un exfuncionario de defensa israelí, a medida que se intensifican las luchas de poder sobre quien sucederá al anciano líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.
El Coronel (res.) David Hacham, exasesor de asuntos árabes de siete ministros de defensa israelíes e investigador asociado senior en el Instituto MirYam, dijo que se ubicaba entre los intereses políticos y de seguridad fundamentales para Israel el hacer todo lo posible para prevenir ataques extremistas y hostiles de fuerzas que se aprovechen de la era posterior a Abbas para fortalecerse en Cisjordania, particularmente el islamista Hamás. “Si hay disparos de cohetes desde Gaza, Israel tiene que tomar represalias contra cada ataque. No puede ocurrir sin una respuesta”, dijo Hacham.
La falta de una respuesta militar de Israel a dos ataques con cohetes lanzados desde la Franja de Gaza contra Israel el viernes por la noche, junto con la decisión de Jerusalén de sellar el cruce fronterizo de Erez con Gaza, evitando la entrada de unos 20.000 trabajadores palestinos, representa un intento israelí de contención, señaló Hacham, cuyos resultados se aclararán en los próximos días. Sin embargo, la experiencia pasada ha demostrado que la presión económica no influye en el comportamiento de Hamás y no ha demostrado ser una fórmula que pueda detener la hostilidad y la agresión de Hamás, advirtió. Hacham dijo que en Cisjordania: “Hamás es militarmente mucho más débil que en Gaza, pero su incitación continua está llevando a Hamás a asomar la cabeza allí también”. “Vimos izar banderas de Hamás en el sitio de la mezquita de Al-Aqsa durante este período de Ramadán”, dijo a JNS. “Este mensaje fortalece su posición. Israel, por su parte, está realizando arrestos de miembros de Hamás en Cisjordania”.
Según Hacham, “no hay duda de que la estrategia de Hamás es expandir su control y no quedarse minimizado solo en Gaza”. Como tal, evaluó, el objetivo estratégico del grupo terrorista es superar los obstáculos a su hegemonía en la arena palestina y tomar el control de la Autoridad Palestina y la OLP, algo que Hacham dijo que Israel no debe permitir. “No veo que nuestro gobierno y nuestras fuerzas de seguridad permitan una toma de control de Cisjordania por parte de Hamás. El interés de Israel aquí es demasiado fundamental. No debemos permitir un nuevo frente activo”, dijo Hacham. “Más allá de eso, Estados Unidos, la Unión Europea y actores regionales como Egipto, Jordania y Arabia Saudita, todos entienden los riesgos en eso. Están interesados en salvaguardar el statu quo y minimizar la violencia, que es lo contrario de lo que quiere Hamás”. Y, sin embargo, agregó, algunos de estos elementos no actúan de acuerdo con estos intereses, como Jordania, que atacó verbalmente a Israel después de los recientes disturbios en el Monte del Templo.
Más allá de los titulares sobre los enfrentamientos entre los alborotadores palestinos y la policía israelí en el Monte del Templo en Jerusalén durante el Ramadán, el tema central del día en la arena palestina, según Hacham, es quién sucederá a Abbas. “La sensación es que nos estamos acercando al final de la era de Abbas”, dijo.
Hacham, que mantiene contacto regular con una variedad de fuentes palestinas, dijo que “no hay duda de que Abbas está en la zona crepuscular de su gobierno y se acerca al final de su control sobre los tres roles centrales que tiene: jefe de la Autoridad Palestina, jefe de Fatah y presidente del Comité Ejecutivo de la OLP”. Debido a que cumplirá 87 años en noviembre, Abbas sufre de agotamiento físico severo en medio de problemas cardíacos y pulmonares crónicos. También ha sobrevivido a un episodio anterior de cáncer de próstata. “Por supuesto, su estado de salud se proyecta directamente en la arena palestina”, comentó Hacham, al provocar luchas de poder por su sucesión.
Señaló dos escenarios centrales que podrían suceder tras la salida del poder de Abbas: un cambio de guardia relativamente suave a un nuevo liderazgo que tiene puntos de vista similares a los suyos, o una fase violenta y caótica de enfrentamientos entre los posibles sucesores y sus bandos. Como parte de ese escenario, elementos radicales como Hamás podrían explotar el caos para influir en el proceso y para fortalecer su estatus.
Abbas ha comenzado los preparativos para promover el escenario de una transferencia de poder sin problemas, dijo Hacham, incluido el nombramiento de altos funcionarios palestinos cercanos a él en el Comité Ejecutivo de la OLP, como el Ministro de Asuntos Civiles Hussein Al-Sheikh, una figura designada por algunos observadores como un posible sucesor. En marzo, Abbas nombró al ex presidente del Consejo Legislativo Palestino, Rawhi Al-Fattouh, para el cargo de presidente del Consejo Nacional de la OLP. Este movimiento es significativo ya que en 2004, Al-Fattouh se desempeñó como líder temporal de la Autoridad Palestina después de la muerte de Arafat, lo que permitió una transferencia de poder sin problemas a Abbas en 2005 luego de las elecciones palestinas. No se han celebrado elecciones desde entonces debido a los temores de una victoria de Hamás.
Al evaluar el legado de Abbas, Hacham señaló que en los 17 años que estuvo en el poder desde la muerte de su predecesor, Yasser Arafat, en 2004, Abbas no tiene logros políticos significativos a su nombre, pero pudo mantener el statu quo y ha “salvaguardo los principios palestinos centrales en el conflicto: territorio, Jerusalén, refugiados, prisioneros y pago a las familias de los terroristas, ‘mártires’”, dijo el ex oficial.
Después de la partida del expresidente Donald Trump, Abbas pudo revitalizar el consenso internacional sobre la propuesta de solución al conflicto palestino-israelí, principalmente el concepto de una solución de dos estados, afirmó.
Los períodos de sequía diplomática para Abbas fueron durante los años en que Binyamin Netanyahu se desempeñó como primer ministro israelí continuaron hasta el cargo de primer ministro de Naftali Bennett, dijo Hacham, a pesar de las reuniones recientes entre miembros del gobierno israelí y Abbas. “Abbas se esfuerza por que cada escenario que involucre el cambio de guardia no vaya acompañado con la mancha de su nombre y el daño de su legado”, dijo Hacham. “Desde la perspectiva de Abbas, también es importante salvaguardar los intereses de su familia y sus dos hijos adultos”, agregó.
“El tiempo que marca el fin del gobierno de Abbas podría estar lleno de emociones crudas, tensiones, rivalidades y luchas de poder, especialmente entre los posibles sucesores”, advirtió Hacham. “Bajo estas circunstancias, la pregunta clave es si Abbas tendrá éxito en el tiempo que le queda en el poder para asegurar que las personas afiliadas a él y su camino lo sucedan, o si surgirá un nuevo liderazgo que marcará el final de la era de Abbas dentro del sistema palestino”.