El dilema de Israel con Qatar – Por Yoel Guzansky y Kobi Michael (INSS)

El apoyo de Qatar a Hamás y sus inversiones en la Franja de Gaza, aunque estén mayormente basadas en factores pragmáticos que en una identificación ideológica, se ajusta a su política exterior, que respalda el Islam político y apuntala a aumentar la influencia de Doha en el Medio Oriente. El apoyo de Qatar a Hamás y al Islam político, junto a lo que para el régimen egipcio es un comportamiento subversivo, ensombrece sus relaciones con Egipto. Bajo este contexto, Israel se encuentra envuelto dentro de un dilema, porque además del interés que comparte con Qatar a la hora de responder al sufrimiento humanitario en Gaza, debe mantener y fomentar sus relaciones estratégicas con Egipto y garantizar la participación de este y quizás incluso su liderazgo, sobre los esfuerzos de ayuda y asistencia.

A finales de febrero de 2018 el ministro israelí de Cooperación Regional Tzaji Hanegbi, se reunió en Jerusalén con Muhammad Al-Emadi, el enviado de Qatar a la Franja de Gaza a cargo del proyecto de rehabilitación de Gaza en nombre del emirato. La reunión, al igual que los anteriores encuentros similares se llevó a cabo, a pesar de que no existen relaciones diplomáticas oficiales entre Israel y Qatar. Sin embargo, Israel y Qatar poseen un interés compartido en la transferencia de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Para Israel, la ayuda contribuye a un posible aplazamiento en la próxima ronda de hostilidades con Hamás. Por su parte, Al-Emadi declaró en una entrevista que “sin el envío de ayuda por parte de Israel a la Franja no sería posible” y agregó que “nuestro trabajo en Gaza previene la próxima guerra”. La ayuda de Qatar incrementa su estatus, particularmente con la administración estadounidense y acerca más a los Estados Unidos a la postura de Doha, así lo espera este último, en la crisis entre Qatar y algunos de los otros estados del Golfo.

Mientras Qatar niega que está ayudando directamente a Hamás, parte de lo que envía a la Franja llega casi con certeza le llega a la organización. El emirato es también el hogar del jefe del Buró Político de Hamás Ismail Haniyeh (incluso si Haniyeh no pernocta en Qatar todo el tiempo, como lo hacía su predecesor Khaled Mashal). El vínculo de Qatar con la Franja fue reforzado en el 2012, luego de la visita del entonces Emir Hammad bin Khalifa a Gaza. Según fuentes de Qatar, desde finales de la Operación Escudo Protector en agosto de 2014 el emirato ha invertido unos $800 millones en la Franja. El apoyo de Qatar a Gaza, en forma de ayuda que supera la ayuda de cualquier otro estado árabe, fortalece las capacidades de Hamás a la hora de controlar la Franja, muy particularmente pagando los sueldos y salarios y promoviendo proyectos humanitarios y de infraestructura en la región.

Qatar posee interés en mejorar su imagen incrementando la ayuda humanitaria a Gaza, particularmente como una forma de acercarse a los Estados Unidos y obtener su apoyo en la crisis entre Doha y algunos de sus vecinos en el Golfo. Washington también está tratando de reconciliarse entre los halcones en el Golfo, y el enviado del Presidente Trump al Medio Oriente Jason Greenblatt dijo recientemente que la cooperación entre Israel y Qatar pudiera muy bien ayudar a la población de Gaza. Greenblatt también compartió la entrevista de Emadi en su página Twitter.

El dilema israelí

Las acciones de Qatar en la Franja ocurren con la aprobación y asistencia de Israel. Existen contactos comerciales entre Israel y Qatar, aunque muy limitados y en gran medida indirectos. Los ciudadanos de Qatar visitan Israel, principalmente por motivos religiosos y los israelíes visitan el emirato. El propio Emadi dijo que ha visitado Israel 20 veces desde el final de la Operación Margen Protector. Además, a pesar de las iniciativas legislativas, el propio Qatar no se le define en Israel como un estado enemigo, a pesar de que el Consejo de Seguridad Nacional emite advertencias a los que viajan, con base a amenazas concretas, para que los ciudadanos israelíes no visiten el emirato. Al mismo tiempo, en los últimos años altos funcionarios israelíes se han pronunciado enérgicamente en contra de Qatar y han tratado de aislarlo, alegando que es un estado que apoya el terrorismo. No obstante, la cooperación entre Israel y Qatar respecto a los esfuerzos humanitarios en la Franja de Gaza se ha fortalecido en los últimos años. Por lo tanto, al menos en la política declarada de Israel hacia Qatar y su participación en la Franja, existe cierta ambivalencia, si no contradicción absoluta.

Parece ser que la política fundamental de Israel hacia Qatar es el reconocimiento de que dicha cooperación tiene más beneficios que inconvenientes, incluyendo el reducirle el margen de maniobra a Irán y su influencia sobre Hamás y en los acontecimientos en la Franja de Gaza. Además, Qatar pudiera servir como un canal de comunicaciones y de mediador con influencia sobre Hamás. De hecho, ha habido informes de intentos por parte de Qatar para mediar entre Hamás e Israel, incluso en relación al tema de los intercambios de prisioneros. Otros temas mencionados en este contexto son un puerto marítimo frente a la costa de Gaza y un aeródromo dentro de su territorio. Fuentes en los medios de comunicación también informaron que, a petición de Israel y Estados Unidos, el emirato dejó de acoger al comandante principal de Hamás Saleh Al-Arouri, quien se ha mudado al Líbano. Además, Israel tiene un interés en dirigir la ayuda de Qatar hacia entidades civiles y humanitarias, basándose en el entendimiento que esta ayuda puede aliviar la grave situación humanitaria y posponer posibles hostilidades con Hamás, que pudiesen iniciar una escalada militar para desviar la crítica pública a Israel y como un medio para legitimar su estatus en la Franja.

Los desacuerdos entre los estados del Golfo son reflejados en sus respectivas políticas hacia Gaza. Los vecinos de Qatar desean socavar la conexión que posee Doha con Gaza, y sus esfuerzos en este sentido incluyen la transferencia de ayuda de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) a la Franja a través de Mohammed Dahlan. Dahlan posee influencia y estatus en las calles de Gaza no solo porque tiene sus orígenes allí y por su conocida oposición a Mahmud Abbas, sino también por su capacidad para canalizar dinero desde los EAU (donde ha vivido en los últimos años) hacia proyectos comunitarios y familias necesitadas. A los EAU les gustaría verlo reemplazar a Mahmud Abbas como líder de la OLP y de la Autoridad Palestina. De hecho, la Autoridad Palestina teme que Hamás obtenga un apoyo adicional si llega más ayuda a la Franja. Emadi ha sostenido que la Autoridad Palestina perjudica los esfuerzos de reconstrucción en Gaza, particularmente en relación al suministro de electricidad. Israel, que quiso ayudar a Abbas a promover la reconciliación entre la OLP y Hamás, cooperó con la Autoridad Palestina y restringió el suministro de energía eléctrica a la Franja. Sin embargo, después de un tiempo, cuando las condiciones allí se hicieron cada vez más severas, Israel ejerció presión sobre la Autoridad Palestina para cambiar su política y renovó el suministro de electricidad al nivel anterior. La conducta de Israel en este caso refleja la dualidad entre el deseo de apoyar a la Autoridad Palestina y la necesidad de proveer una solución a la aflicción humanitaria en la Franja, lo que significa fortalecer a Hamás y debilitar a la Autoridad Palestina.

Incrementar la influencia de Qatar en la Franja también significa aumentar las tensiones entre Israel junto a algunos de los estados del Golfo y el régimen del Presidente Al-Sisi en Egipto. Sin embargo, la cooperación estratégica con Egipto es vital para Israel, al igual que lo es con los otros tres miembros del Cuarteto Árabe: Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, que han boicoteado a Qatar desde junio de 2017 y con el cual Israel busca mejorar las relaciones como parte de un frente regional en contra de Irán. Por lo tanto, existe una tensión básica entre el interés de Israel en mejorar la situación humanitaria en la Franja de Gaza y la necesidad de mantener relaciones estratégicas adecuadas con Egipto, destacada por el acuerdo gasífero firmado recientemente y con algunos de los estados del Golfo, que no se ven muy amigables que digamos bajo la influencia de Qatar en la Franja. También existe un ángulo turco respecto a la conexión de Qatar con Gaza, dados los estrechos vínculos entre los dos países. Turquía y Qatar forman un eje de apoyo para el Islam político en la región y su participación en la Franja es parte de una estrategia más amplia, que también es reflejada en otras plazas. Por ejemplo, fueron prominentes en avivar las llamas después del conflicto por los detectores de metales que colocó Israel en el Monte del Templo en Jerusalén en julio de 2017. Su apoyo a la Hermandad Musulmana se ve reflejada en Gaza con referencia a Hamás, pero también aplica al movimiento de la Hermandad Musulmana en Egipto, que fue prohibido en Egipto y es un enemigo jurado del régimen de Al-Sisi. La presencia de Qatar y Turquía en la Franja de Gaza es por lo tanto, altamente provocativa para Egipto y pudiera aumentar las tensiones entre Israel y Egipto.

Desde que se impuso el boicot a Qatar, el traer la ayuda de Qatar a Gaza se ha vuelto una tarea más complicada, porque Egipto ya no permite el ingreso de productos y materia prima de Qatar a través del cruce fronterizo de Rafah. En efecto, Israel sigue siendo el único medio que posee Qatar para transferirle ayuda a Gaza. Esto le da a Israel una influencia significativa sobre ambos… Hamás y Qatar. Por lo tanto, es posible que Israel pueda utilizar la importancia que Hamás le concede a la ayuda de Qatar para ejercer presión por parte de Qatar sobre Hamás para que de esta manera devuelva los cuerpos de los soldados fallecidos de las FDI junto a los ciudadanos israelíes detenidos por el movimiento. Además, a través de acciones coordinadas con la administración estadounidense y Egipto, Israel debe explorar la posibilidad de suavizar la negativa de Qatar en cumplir con las demandas establecidas por el Cuarteto Árabe como condición para levantar el boicot, sobre todo enfriando sus relaciones con Irán. Bajo este contexto, Israel debe mantener una estrecha coordinación con los Estados Unidos, con actualizaciones periódicas para Egipto, en un intento por suavizar a la oposición egipcia a la integración de Qatar en la respuesta al sufrimiento humanitario en Gaza, incluso mediante mayores flexibilidades en las operaciones del cruce de Rafah. Este esfuerzo israelí debería unir la asistencia al esfuerzo estadounidense para reducir las tensiones dentro del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y entre Qatar y Egipto.

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