La semana pasada un grupo de árabes israelíes y gente de extrema izquierda realizó una manifestación en Haifa a favor de Hamás. Hubo altercados, y uno de los manifestantes sufrió la rotura de la rodilla causada por el golpe de un policía.
Israel es un país soberano con un respetado poder judicial. La Unión Europea carece de autoridad en los asuntos internos de Israel, pero se permitió exigir que Israel haga una rápida investigación de lo ocurrido.
Un ministro del gobierno israelí, considerando que el pedido de la Unión Europea era una insolencia y una muestra de hipocresía y discriminación, declaró su deseo de que “la Unión Europea se fuese a los mil demonios”.
La brutalidad policial es común en los países europeos y en los Estados Unidos (seria innecesariamente ridículo decir que también es común en los países árabes, Rusia, China, etc.).
Algunos ejemplos:
- En Estados Unidos la policía, en lo que va del año 2018, ha matado a 233 personas incluyendo gente inocente. La Unión Europea no ha exigido una investigación.
- En Gran Bretaña, en los últimos años, hubo dos casos de adolescentes que murieron después de ser arrestados. La Unión Europea no ha exigido una investigación.
- En Francia un policía ha sido acusado de violar analmente a un joven con un palo policial causándole severas heridas en el recto. La Unión Europea no ha exigido una investigación.
- En Grecia es rutinario que la policía torture a los que interrogan. La Unión Europea no ha exigido una investigación.
- En Bélgica, hace unos años, una protesta pacífica contra medidas de austeridad terminó con veinte heridos, la mayoría de ellos causados por la policía. La Unión Europea no ha exigido una investigación.
- En Alemania la policía mata un promedio de diez personas cada año. La Unión Europea no ha exigido una investigación.
- En Holanda una abogada internacional fue brutalizada por policías y tuvo que ser hospitalizada. La Unión Europea no ha exigido una investigación.
Es interesante que hace unos años la policía israelí atacó y golpeó sin motivo a un joven israelí etíope. ¿Por qué, en ese caso la Unión Europea no exigió una investigación, y en el caso de la rodilla del árabe israelí, si pretende interferir?
Es indudable que la Unión Europea siente hostilidad a Israel. Esto no se debe al pretexto de “la ocupación” sino a la existencia misma del Estado Judío, que les obsesiona y molesta mucho más que las atrocidades que se cometen en Siria, que la ocupación de Tibet por China y la del norte de Chipre por Turquía, o por las violaciones de los derechos humanos en tantos países.
Una de las causas de la antipatía europea al Estado judío es la tradición de dos mil años de antisemitismo que culminó en el Holocausto, un crimen contra la humanidad que fue realizado por los alemanes, pero que contó con el apoyo, en algunos casos entusiasta, de franceses, holandeses, polacos, croatas, ucranios, etc.
La antipatía europea a Israel también tiene un motivo ideológico: Israel se creó para ser la nación Estado del pueblo judío mientras que la razón de ser de la Unión Europea es exactamente lo opuesto: su meta es borrar las identificaciones individuales de los Estados de ese continente.
Para los europeos de hoy la idea de que una nación tiene el derecho a la auto-defensa es obsoleta.
La Unión Europea no se limita a una antipatía pasiva contra Israel. Su hostilidad se manifiesta activamente financiando a las ONG que demonizan y boicotean a Israel, apoyando los villorrios beduinos construidos ilegalmente en el sur de Israel, criticando el hecho de que Estados Unidos haya mudado su embajada al sector occidental de Jerusalén, etc.