En el 2005, la Asamblea General de la ONU decretó el 27 de enero, fecha de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz, en 1945, como el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
El propósito es recordar y enseñar la historia de las distintas aristas de esta tragedia de proporciones nunca vistas. Es un paso para la supresión de la intolerancia en base al racismo, xenofobia y antisemitismo.
En estos trece años hubo avances y retrocesos. Hace pocos días la comunidad judía española, con el respaldo del Ministerio de Educación, organizó un Seminario sobre el Antisemitismo y en ese marco, las autoridades se comprometieron en la formación de docentes y alumnos en contra de la judeofobia. Con esta iniciativa se aprecia la comprensión de la necesidad de eliminar una serie de prejuicios discriminatorios tan comunes en esa sociedad.
Las distorsiones persisten; un engaño habitual sobre la realidad histórica, especialmente entre militantes de izquierda, quienes con cinismo manifiestan admiración por la extinta Unión Soviética, es la tramposa comparación entre la aniquilación de seis millones de judíos por el hecho de ser judíos, en verdaderas fábricas de matanza establecidas para esa precisa tarea, con la muerte de veinte millones de soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial, sin considerar que, por inhumana que resulta, los soviéticos murieron enfrentados en un conflicto bélico.
Lamentablemente, los genocidios han proseguido. Bashar al-Assad, apoyado por Hezbollah, Irán y Rusia, impunemente ataca con químicos a la población civil siria. El ejército sirio bombardeó gas sarín contra su propia gente y últimamente usa cloro. Moscú tiene una escabrosa responsabilidad, pues con su veto impide las investigaciones de los ataques químicos que el Consejo de Seguridad de la ONU ha pretendido realizar, lo que quiere decir que Assad tiene la vía libre para continuar sus crímenes.
Yemen afronta una guerra civil, en la cual también interviene Irán. Los combates se han propagado por todo el país, donde se cometen abusos y crímenes de guerra.
Traemos a colación la frase adjudicada a Thomas Hobbes: “el hombre, lobo del hombre”, por eso mismo, la experiencia del Holocausto, su magnitud de extrema crueldad debe ser recordada y enseñada.