La retirada del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, del proceso de paz, sus acciones contra el liderazgo de Hamás, el empeoramiento de la situación económica en Gaza hasta el punto de llegar a una crisis humanitaria, la escalada de enfrentamientos militares en la frontera de Gaza y la posibilidad de un descenso hacia la guerra han creado una nueva situación de crisis en Gaza. Se requiere una nueva respuesta que sea diferente a lo que ya existe. Debería basarse en un nuevo paradigma que esté respaldado principalmente por un elemento externo al conflicto israelí-palestino, pero que tenga una influencia directa y decisiva sobre él.
En otras palabras, Egipto.
Gaza plantea un dilema especialmente difícil para la comunidad internacional. El informe del Banco Mundial del 27 de septiembre de 2018 para una reunión de donantes de Gaza, celebrada en las Naciones Unidas por el Comité de Enlace Ad Hoc, concluyó que la economía de Gaza estaba “colapsando” y estaba en “caída libre”. La escasez de agua es cada vez mayor y las fuentes confiables de electricidad siguen siendo un problema. Revertir estas tendencias no es simple considerando que desde 2007, la Franja de Gaza ha sido gobernada por Hamás que, con razón, ha sido definida como una organización terrorista internacional por los Estados Unidos, la Unión Europea e Israel. Su organización matriz, la Hermandad Musulmana, es considerada de la misma manera por Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
Al emplear cohetes y túneles de ataque, Hamás se ha involucrado en al menos tres guerras con Israel y múltiples ataques contra centros de población israelíes. La pregunta que debe responderse es cómo se puede aliviar la situación económica en Gaza sin fortalecer las capacidades militares de Hamás, cuando lo cierto es que no se puede confiar en las autoridades de Gaza para evitar el desvío de recursos para fines militares. No hay razón para dudar que cualquier mejora en la infraestructura de Gaza, como la construcción de un nuevo puerto, lleve al aumento de cantidades de armamento al arsenal de Hamás.
El fracaso continuo para abordar el problema de Gaza equivale a una bomba de tiempo, no solo para Israel sino también para otros. Hamás ha tenido una cooperación intermitente con el Estado Islámico (o Daish) en el norte del Sinaí, lo que dificulta que los militares egipcios venzan esta amenaza, que fácilmente podría ser exportada al corazón de Egipto y al propio Cairo. La escalada militar a gran escala podría llevar a nuevas oleadas de refugiados en todo el Mediterráneo. Las rutas tradicionales para salir de Oriente Medio, como Jordania y Turquía, ya se han cerrado sus puetas, lo que convierte a Egipto en un nuevo conducto para los migrantes.
El nuevo paradigma
Este nuevo paradigma se basa en proporcionar soluciones a la privación económica y humanitaria en Gaza (“el asedio”) en el área del norte del Sinaí, mientras se mantiene estrictamente la soberanía egipcia sin infringirla de ninguna manera. Si bien esta área está adyacente a la Franja de Gaza, está fuera del control de Hamás. Al mismo tiempo, se debe proporcionar ayuda económica masiva a Egipto mediante el establecimiento de un nuevo consorcio basado en los Estados Unidos y los Estados del Golfo.
Esta ayuda internacional debe invertirse en la construcción y desarrollo de una serie de iniciativas y grandes proyectos de infraestructura para el turismo y la economía en el norte del Sinaí, con énfasis en el área de El Arish. Estos serán construidos principalmente por trabajadores egipcios, la mayoría de los cuales provendrán de entre los beduinos del norte del Sinaí, lo que les dará la oportunidad de trabajar y mejorar su situación económica en lugar de unirse al ISIS y llevar a cabo actos terroristas contra el estado egipcio. A ellos se unirán los trabajadores de la Franja de Gaza, cuya situación económica será mejorada y se incluirán en el trabajo de infraestructura y turismo.
Desarrollando el Sinaí del Norte
El objetivo es desarrollar el área del norte del Sinaí, con énfasis en la ciudad de El Arish, que facilitará soluciones infraestructurales y económicas para el beneficio de los residentes de la Franja de Gaza.
Estas soluciones incluyen:
- Construcción de un puerto de aguas profundas en el sitio del puerto existente en El Arish, que permite la importación y exportación de mercancías a Gaza.
- Construcción de un aeropuerto internacional cerca de El Arish que permitiría el movimiento de pasajeros, también desde la Franja de Gaza.
- Construcción de una central eléctrica para generar electricidad a partir de gas natural de los campos de gas egipcios en el Mar Mediterráneo, suministrando suficiente electricidad para satisfacer la demanda total de los residentes de Gaza.
- Construcción de dos instalaciones de desalinización de agua para proveer suficiente agua para las necesidades de la Franja de Gaza.
- Construcción de una vía férrea de El Arish a Gaza, que estaría conectada al ferrocarril de El Arish a El Cairo.
- Construcción de hoteles y un resort a orillas del lago Bardawil, convirtiéndolo en un lugar turístico internacional similar a Sharm El-Sheikh.
- Construcción de nueva construcción residencial.
Estos proyectos de desarrollo económico y turístico se llevarían a cabo bajo la responsabilidad del gobierno egipcio, y los residentes de Gaza tendrían acceso y uso de los mismos, bajo la supervisión de seguridad de Egipto y de acuerdo con las regulaciones egipcias.
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