RESUMEN: El enfoque coercitivo de Irán en el Líbano es bien conocido. A su entera disposición se encuentra las milicias del Hezbollah, la poderosa fuerza militar a través del cual controla en gran medida al estado libanés. Su enfoque persuasivo, sin embargo, se limita a los chiitas del Líbano, e incluso entre ellos mismos no es nada abrumador.
El enfoque coercitivo de Irán en el Líbano es sustancial. Este posee a su disposición las milicias de Hezbollah, la fuerza militar más poderosa en el estado y muy probablemente al ejército libanés también.
Esto puede deducirse del comportamiento presentado por el ejército libanés, que en innumerables ocasiones ha utilizado métodos muy duros, incluso brutales, contra grupos fundamentalistas sunitas de origen libanés, palestino o sirio. Esto contrasta fuertemente con su profunda renuencia a interferir cuando Hezbollah vulnera la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad, que prohíbe cualquier presencia armada que no sea la del ejército libanés o las Fuerzas Provisionales de las Naciones Unidas en el Líbano – FPNUL al sur del río Litani.
La obediencia del ejército hacia Hezbollah alcanzó su punto máximo en mayo del 2008, cuando los combatientes de la organización se desplegaron más en Beirut y cercaron el complejo del gobierno libanés, el Gran Serail, a fin de inducir al gabinete a que realice los cambios legislativos que le permitan poderes de veto a Hezbollah sobre las decisiones del gobierno. El ejército se mantuvo alejado de los combates.
Esto plantea la siguiente pregunta: ¿el control de Teherán sobre el Líbano es una función solamente del puro poderío, o ejerce también allí su enfoque persuasivo?
El enfoque persuasivo se puede medir de varias maneras. Los portales mediáticos son un buen lugar para comenzar.
Hezbollah posee dos importantes portales mediáticos en el Líbano – Al-Manar, el portal oficial de la organización; y Al-Mayadeen, que no se identifica abiertamente con Hezbollah, pero sí con los lineamientos del partido.
La conexión iraní es claramente visible en ambos. A diferencia de todos los otros portales importantes de los medios de comunicación en el Líbano, estos cubren a las figuras importantes iraníes, principalmente el Líder Supremo Ali Jamenei (el sucesor del Ayatolá Jomeini). En menor medida, promueven temas religiosos tales como el concepto de wilayat al-faqih (en persa, vilayeti faqih): la obligación de que las acciones del gobierno y la legislación parlamentaria sean revisadas por las autoridades religiosas y quizás lo más importante, el Líder Supremo, instituido por Jomeini como el principio organizador de la República Islámica.
En un estudio que data del 2014 por un importante banco libanés a 20 de los mayores portales según búsquedas y de escuchas, ninguno de los dos portales de Hezbollah aparece en la lista de los 20 mejores del Líbano. Esto es sorprendente, ya que los chiitas comprenden entre el 20% y el 40% de la población. Si estas estaciones fuesen muy populares entre los chiitas estas estuvieran dentro de los 20 primeros lugares de popularidad.
Al ir tras las listas de los mejores cantantes según la frecuencia en que colocan sus canciones al aire por los diferentes portales mediáticos se produce el mismo resultado. Los cantantes iraníes no son publicitados en los medios de comunicación libaneses, principalmente debido al idioma (Existe poco apetito por la música cantada en farsi, la abrumadora mayoría de las canciones radiadas son en árabe, seguidas las cantadas en inglés y francés). Los perfiles de cantantes buscados sugieren un gran porcentaje de sunitas y cristianos libaneses y una relativa escasez de chiitas.
La industria fílmica de Irán, incluso bajo el gobierno de los ayatolás, puede presumir de un número significativo de películas que han ganado premios en prestigiosos festivales de cine en Occidente (aunque raramente se ha replicado tal éxito en taquilla). El escrutinio de un par de semanas de anuncios de películas en el Líbano sugiere que pocos libaneses permiten que los logros de la industria cinematográfica de Irán dicten su elección en películas. En la escena cinematográfica libanesa Estados Unidos parece tener un monopolio casi total sobre el enfoque persuasivo, mientras los cines proyectan muy seguidamente las películas de Hollywood.
Las series y telenovelas son un género tan popular en el Líbano como en todo el mundo. Una vez más, las versiones iraníes no se ven en lo absoluto a pesar del gusto cosmopolita de la población por tales producciones realizadas en Siria, el Líbano, Egipto, Turquía y por supuesto Estados Unidos y Europa. Las series de los últimos tres son inevitablemente casi todas dobladas al árabe.
De esta manera los libaneses no son ni parroquiales ni particularmente discriminativos; simplemente no eligen ver producciones iraníes dobladas al árabe. Gran parte de esto tiene que ver con los bajos presupuestos de las producciones iraníes y la tecnología limitada que estos emplean (en parte como resultado de las sanciones impuestas a la importación de tales tecnologías).
Dado que existen muchas razones para creer que los espectadores incluyen a chiitas, parece ser que los chiitas libaneses no son más parciales a las producciones iraníes que sus conciudadanos libaneses.
En los aspectos “más fuertes” del enfoque persuasivo, tales como la ideología y la identidad, el enfoque persuasivo iraní es mucho más visible.
En cuanto a la influencia ideológica de Teherán, las búsquedas en árabe del “Ayatolá Jomeini” en el Líbano muestran claramente un seguimiento, pero tiene correlación con la población chiita. Cuanto más predominantemente chiita es el distrito, Nabatiyya al sur o la parte sur del valle Beka al este, mayor es la proporción de búsquedas del líder de la revolución iraní. Significativamente, el distrito mayoritario y predominantemente sunita, Trípoli, al noroeste, apenas produce algunas búsquedas.
Las búsquedas de otros líderes iraníes, tales como Ali Jamenei, el actual Líder Supremo y posiblemente la figura más poderosa de Irán, arrojan resultados aún más parcializados: gran interés en los distritos predominantemente chiitas y casi ningún interés en áreas predominantemente sunitas y cristianas.
Esto no debería sorprendernos en un Medio Oriente donde las antiguas comunidades todavía se adhieren a sí mismas y donde los gustos más cosmopolitas tienden a ser absorbidos dentro del tapiz confesional de la sociedad en lugar de reemplazarlo.
La República Islámica de Irán en principio tenía sus esperanzas en que un enfoque sobre los oprimidos y luego sobre el Islam en lugar del chiismo ocultara sus impulsos imperialistas.
En estos momentos está siendo rechazado por una contraofensiva mucho más agresiva liderada por Arabia Saudita, pero incluso su enfoque persuasivo limitado en el Líbano demuestra que el imperialismo ya no es viable.
Hillel Frisch es profesor de estudios políticos y estudios del Medio Oriente en la Universidad Bar-Ilan e investigador asociado principal en el Centro de Estudios Estratégicos Begin-Sadat.