También debemos condenar la negación de la realidad, la historia y la justicia hecha por la mayoría del mundo Occidental, y desafortunadamente por parte del mundo judío.
Mientras una pequeña parte del mundo civilizado celebra el reconocimiento de Jerusalén como la Capital del Estado de Israel, la mayoría lo condena. El Presidente de Francia Emmnuel Macron pidió que Estados Unidos respete el estatus quo y revierta su posición. Justin Trudeau de Canadá también expresó su insatisfacción y Erdogan de Turquia dijo que Israel es un “estado que asesina niños”; y que “no van a dejar el destino de Jerusalén en las manos de un estado terrorista”
Los Estados Árabes también mostraron su repudio, incluyendo Arabia Saudita, Jordania y Egipto.
Mahmoud Abbas, Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, declaró que “esta medida es un regalo para Israel” y que “promueve la ocupación Israelí en territorio Palestino”. Además, cancelaron la reunión pactada con Mike Pence en la que iban a seguir discutiendo el próximo “tratado de paz”
Pero el terror también volvió a aparecer. Hamás llamo a “Días de Furia”, en el que los palestinos deben salir y protestar. Ocurrieron atentados, incluyendo el apuñalamiento de un guardia de seguridad en la Estación Central de Buses de Jerusalén.
Pero esto no es nada nuevo. De hecho, si la historia nos puede enseñar algo, es que esto es solo el comienzo. En los años 80’, el chivo expiatorio de la Primer Intifada fue un accidente que llevo a la muerte de 4 palestinos. En la Segunda Intifada, fue la visita de Ariel Sharon al Monte del Templo. En este caso, va a ser el reconocimiento de Jerusalén como Capital del Estado de Israel.
De cualquier manera, ¿estas son razones reales para un levantamiento violento? La respuesta es no.
En la práctica, la Autoridad Nacional Palestina nunca dejó de ser la Organización para la Liberación de Palestina. Ellos siguen promoviendo el odio, enseñando textos anti-semitas a los niños en sus escuelas. Ellos siguen provocando terror, esparciendo ataques espontáneos con “soldados solitarios”, mientras ellos y sus familias son recompensados. Y continúan extorsionando, con su amenaza constante de atentados.
Aún más preocupante es la reacción del mundo Occidental.
En vez de apoyar la decisión del Presidente Trump, que claramente le enseña a los palestinos que su terrorismo lleva a nada, los países Occidentales se quejaron de gran manera y declararon que esto era un error y que habría violencia como resultado
¿Está claro? El mundo asume que si el Presidente Trump toma una medida pro-Israel (que es además una medida pro-Historia y pro-Justicia) va a haber violencia. Y en vez de condenar esa violencia, prefieren condenar la decisión del Presidente Trump.
Por otro lado, grandes partes de la comunidad judía afuera de Israel son peores en este aspecto. El rabino Rick Jacobs, presidente de Union For Reform Judaism, que es la división más grande del judaísmo en Estados Unidos, dijo: “El anuncio tardío, pero esperado, del Presidente Trump, afirma lo que el Movimiento Reformista Judío ha defendido: que Jerusalén es la capital eterna del pueblo judío y del Estado de Israel”
¿Parece pro-Trump, verdad? Bueno, sigan leyendo: “Aun así cuando compartimos la creencia del Presidente de la Embajada de EEUU debe, en el momento correcto, ser trasladada de Tel Aviv a Jerusalén, no podemos apoyar su decisión de empezar a preparar el traslado ahora, en la ausencia de un plan para un proceso de paz. Adicionalmente, cualquier traslado de la Embajada Americana a Jerusalén Occidental debe ser pensada y ejecutada en el amplio contexto reflejando el estatus de Jerusalén como una ciudad santa para los Judíos, Cristianos y Musulmanes.”
Esta declaración va en contra de la realidad, la historia y la justicia. Al principio, ellos mencionan la declaración de Jerusalén como Capital del Pueblo judío, pero después mencionan que la embajada debe estar en Jerusalén Occidental. ¿Por qué? ¿No es toda Jerusalén la capital del Pueblo judío y del Estado de Israel? Además, ¿por qué está mal relocalizar la embajada ahora? Debería haberse hecho en 1995. Inclusive antes, pero mejor tarde que nunca.
La Presidente de Americans For Peace Now, una organización vinculada con Shalom Ajshav, Debra DeLee, dijo: “Trump está causando un daño severo a las predicciones de paz en el Medio Oriente, poniendo vidas en peligro y degradando el liderazgo Americano.”
Ahora debo pedirles a la Presidente de Americans For Peace Now y a aquellos que estén de acuerdo con ella que me perdonen, pero hasta donde sé, nunca hubo un prospecto de paz real y positiva porque los palestinos rechazaron una y cada una de las ofertas de paz y solo se enfocaron en comenzar guerras e Intifadas.
Ellos son los que están poniendo en peligro vidas Israelíes.
Esta clase de declaraciones muestran que el mundo Occidental está negando la realidad y la historia, mientras que muchas comunidades judías alrededor del globo están dejando de lado las bases fundamentales de la religión y cultura en favor de un acuerdo de paz inexistente. Más importante aún, también están envalentonando a los terroristas a cometer atentados, porque ellos saben que luego la gente en los países civilizados lo van a justificar, o simplemente decir: “Esto es culpa de Trump”.
En realidad, la culpa es de los terroristas y aquellos que los promueven, como la Autoridad Palestina.
Pero ellos nunca son culpados de nada.
No debemos solo condenar el terrorismo y la violencia. También debemos condenar la negación de la realidad, la historia y la justicia hecha por la mayoría del mundo Occidental, y desafortunadamente por parte del mundo judío.
Al mismo tiempo, debemos celebrar el triunfo de la historia y la justicia. Esta semana, el Presidente Trump contribuyó a este triunfo.
El autor es un estudiante en el Machon LeMadrichei Chul en Jerusalén y parte del movimiento juvenil sionista Hejalutz Lamerjav.