Recientemente apareció en los titulares de prensa la obra teatral de Nueva York llamada “Tztor”, que distorsiona la historia y que presenta a Israel como una luz demoníaca de asesinos sin escrúpulos. Al igual que los creadores de dicha obra, muchas personas que tienen puntos de vista antisemitas buscan demonizar y deslegitimar al pueblo judío e Israel.
La fuente del antisemitismo moderno se basa en tres corrientes específicas, dos de las cuales recientemente han comenzado a cooperar: En primer lugar, el antisemitismo de la extrema derecha, que casi todos identifican claramente y que denuncian sin dudarlo. Tiene sus raíces en el antisemitismo cristiano tradicional, cuya herencia se extiende desde la Inquisición española hasta los nazis, pasando por la línea Ku Kux Klan.
Segundo, está el antisemitismo del Islam radical. Una tradición cubierta de odio hacia los infieles, especialmente los judíos, que se extiende desde hace más de mil años y que desarrolló nuevos significados desde la creación del Estado de Israel y a raíz del conflicto entre Israel y Palestina. Y en tercer lugar, el antisemitismo de la extrema izquierda que ve a los judíos de Israel como un símbolo del imperialismo estadounidense y occidental, de poder militar y de quien ataca “los derechos humanos”.
El gran problema es que no le prestamos suficiente atención a la alianza entre la extrema izquierda y el islamismo radical, dos grupos con visiones del mundo que no parecen compatibles, pero que cooperan contra Israel y los judíos. Esta extraña alianza es explicada por una nueva teoría llamada “Interseccionalidad” – adoptada por muchos en la extrema izquierdo – y que pide la alianza de todos los grupos discriminados. La base de la teoría es la unión de todos aquellos grupos que se ven discriminados y privados para luchar juntos contra los enemigos de los demás en vez de hacerlo por separado.
Personas que representan al Islam radical se sienten ahora capaces de expandir su odio contra Israel mientras que son presentamos como quienes tienen una preocupación genuina… intentado luchar por los derechos de los palestinos; nos explica la teoría de la “Interseccionalidad”; mientras pintan a Israel como un opresor contra el cual todos los hombres de bien deberían combatir. Al hacer esto, inculcan sus ideas antisemitas en el discurso principal. A pesar que no es cierto, estas personas dibujan a los judíos de Israel como tiranos blancos (en contra de la extrema derecha antisemita, que ve a los judíos como una raza inferior a pesar que la mayoría de los judíos de Israel hoy no son de origen europeo). Los musulmanes en general y los palestinos en particular, son presentamos como parte del círculo de los oprimidos y privados de derechos del mundo.
La alianza entre la izquierda radical y el Islam radical es particularmente destructiva, porque los estudiantes de las universidades se enfrentan a una elección clara: El apoyo a Israel te condena a ser expulsado del alargado ostracismo del círculo de la izquierda y de los grupos de derechos humanos, o eso… es te debe unir a la campaña antisemita. Es por eso que la mayoría de los jóvenes judíos en los Estados Unidos se vuelven antiisraelíes.
El Islam radical y la extrema izquierda lograron crear una realidad alternativa, según la cual los judíos no tienen derecho a la autodeterminación e Israel es el mayor violador de los derechos humanos en el mundo.
En la mayoría de los casos, actualmente, detrás del odio a Israel, yace oculta una ideología antisemita. Debemos sacar el antisemitismo del discurso dominante para pasarlo hacia las sombras. También debemos demostrar que el Islam radical es un enemigo no solo para Israel, sino también para los Estados Unidos, Occidente y la misma extrema izquierda que lo adoptó como socio.
El escritor es el Presidente Internacional del Consejo Comunitario Israelí-Estadounidense (IAC) – http://digital-edition.israelhayom.co.il/Olive/odn/israel/ Traducido por Hatzad Hasheni
