El hecho que veamos un empresario claramente pro-israelí nos perjudica. Si es elegido presidente, el apoyo a Israel se identificará con él y muchos países se alejarán de nosotros.
Si Donald Trump es elegido Presidente de los Estados Unidos, será un duro golpe estratégico para Israel. Un racista, xenófobo, que odia a las minorías, a los inmigrantes, un islamofobo que amenaza con no permitir que los musulmanes emigren a los Estados Unidos; que dentro de su corazón cree en la supremacía blanca, o más bien el hombre (masculino) blanco. ¿Por qué razón Trump es un desastre para Israel? Ese hombre se ha pronunciado esforzadamente a favor de Israel de acuerdo a todas las posiciones de la extrema derecha en Israel, incluyendo sobre la construcción en los asentamientos, la anexión de la zona C y la resistencia a aceptar un estado palestino. Si es elegido presidente de los Estados Unidos, estar a favor de Israel será identificado con él, y muchos países se alejarán de Israel. Él y los EE.UU. serán odiados en el mundo árabe y en el musulmán. También debilitará la coalición árabe pragmática contra Daesh (ISIS).
¿Cómo es que Trump fue elegido como el candidato republicano a la presidencia? Trump es una expresión de la negación frente al establishment de Washington, percibido como corrupto, dirigido por las dos dinastías de las familias Bush y Clinton. La elección refleja el desaire de la derecha radical estadounidense frente al hecho que los EE.UU. han sido dominados durante ocho años por un presidente negro. Los evangélicos (1), conservadores, los partidarios del separatismo en el sur y los que salieron del Ku Klux Klan. Además, muchos entre la clase media estadounidense que se consideran perjudicados por las políticas económicas de las administraciones de Obama. Aunque dicha administración salvó la profunda crisis económica de Estados Unidos de 2008, no mejoró la situación económica general. La población blanca, los no educados, no rica y los racistas pueden en noviembre coronar a Donald Trump como el primer presidente sin una trayectoria en la vida política estadounidense: es un propietario de bienes raíces, dueño de casinos y un conductor de un programa de Reallity TV.
A nivel internacional, la América de Trump se debilitará. Socavará los acuerdos comerciales de Estados Unidos con Canadá y México, por un lado, y Japón y China por el otro. Él promete aumentar la presencia de EE.UU. “sobre el terreno” en Irak, lo que entraría en conflicto con el mundo árabe. Ya Europa expresó su preocupación sobre la posible presidencia de Trump, según lo expresado por los ministros de Asuntos Exteriores de Francia y Alemania.
En el contexto del aislacionismo norteamericano, por un lado, y el desprecio hacia ella, por el otro lado, se destacará Israel como un aliado de los Estados Unidos de Trump; probablemente, junto a la Rusia de Putin. Netanyahu y Trump hablan el mismo lenguaje de valores. Ambos construyeron su popularidad en la demagogia nacionalista racial, ambos tienen una relación de respeto muy limitado hacia la democracia (1), los dos creen en el uso de la fuerza para resolver los conflictos en el mundo y la región, y ambos tienen un amigo común llamado Sheldon Adelson. No es casualidad que Trump estableciese su primera sede fuera de los Estados Unidos en Israel.
Bajo la presidencia de Trump, Israel quedará aún más aislada en el mundo, el conflicto entre Israel y Palestina se convierta en insoluble, la lucha contra el terrorismo fundamentalista se debilitará y el Medio Oriente experimentará más violencia, también entre nosotros. La raíz del problema no se basa en intereses, sino en valores. La mayor parte del mundo occidental, y los círculos liberales en los Estados Unidos, están sorprendidos por el fenómeno Trump, mientras que nuestro primer ministro se va relamiendo sus dedos. Trump encarna el nadir moral en los Estados Unidos: el racismo, el nacionalismo, el odio a las mujeres, los extranjeros, los inmigrantes, lo que socava la democracia. El problema es que el hombre que dirige a Israel es su hermano gemelo en sus valores. La buena noticia es que al parecer, Hillary Clinton, será la próxima presidente.
(1) Se trata de una frase soberbia, falsa y maliciosa la cual no respetamos pero que mantenemos como parte del texto original del autor – Hatzad Hasheni.
El autor es co-fundador del Centro Peres para la Paz y fundador de “Yallah – Jóvenes Líderes”. Fue uno de los arquitectos fundamentales de los Acuerdos de Oslo. http://www.maariv.co.il/journalists/Article-555194